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Unos días después, Félix regresó al Castillo. Cómo era de esperarse, la familia entera preparó una reunión privada con motivo de celebración.

Aún tenía que tomar un medicamento diariamente, pero eso era lo de menos. Al fin todo volvería a la normalidad.

Félix suspiró con una sonrisa mientras veía la pintura de su padre en el Gran Salón, a su lado estaba la de él por ser el príncipe heredero legítimo y junto a esa, una de toda su familia. Frunció el ceño al verse en pintura.

—Falta algo aquí...

Después de morderse levemente el labio se encaminó a la oficina de su padre.

—Félix ¿Pasa algo? ¿Estás bien?

—Si, lo estoy. Solo me duele la herida. Papá, necesito hablar contigo sobre algo importante.

Noah dejó aún lado su laptop para prestarle total atención a su hijo y durante los siguientes días ambos trabajaron duro para solucionar la situación.

Mientras los empleados preparaban y decoraban el castillo para el baile de celebración por el regreso de Félix, el príncipe buscaba a su primo por todas partes pero, después de la junta dónde anunciaban su retiro, Patrick había desaparecido.

No fue hasta que dobló en el pasillo del gimnasio que vio a su tío revisar unas carpetas, por lo que se acercó a él.

—Tío Jake.

—Oh, hola Félix ¿Sucede algo?

—Estoy buscando a Patrick –Jake señaló una de las salas de entrenamiento y el chico sonrió –¿Puedo pasar?

—Claro, solo está entrenando.

—Bien.

Félix entró mientras su tío se retiraba a la oficina, Patrick entrenaba lo que parecía ser box con un muñeco de madera mecánico. Esquivaba los golpes pero también los devolvía con fuerza. Simplemente era increíble verlo moverse con tal velocidad.

—Con que aquí estabas.

La repentina voz lo alertó y giró para ver a su primo, pero el muñeco aún estaba en movimiento y estuvo a punto de golpearlo.

—¡Cuidado! –Felix se tensó, pero Patrick se agachó y fue a apagar el mecanismo que movía al muñeco –. Ah, Dios. Lo siento, pensé que te golpearía.

—Está bien, tranquilo ¿Pasa algo?

—Oh, yo bueno... Quería hablar contigo –Patrick se quitó los guantes de las manos mientras caminaba hacia la banca –¿Interrumpí tu entrenamiento?

—No, solo estaba despejandome un poco. Antes no tenía tiempo, ahora tengo mucho –rio nervioso –¿Qué querías decirme?

—Bueno, son dos cosas. Primero... –alzó una de las invitaciones exclusivas a la fiesta, Patrick alzó una ceja.

—Creí que las invitaciones saldrían después de la junta.

—Si, pero esta invitación requiere tu aprobación.

—¿Mía? Félix yo ya no soy el príncipe, no se necesita mi aprobación ¿Para quién es?

—Para Oliver Lenoxx –Patrick se sonrojó –. Es una invitación especial por qué él te estuvo apoyando todo este tiempo, te enviaba mensajes y chistes muy extraños –se sonrojó aún más –. Creo que deberías invitarlo al baile del viernes ¿No crees?

—Siendo el duque no puedo decidir eso por mi cuenta, Félix.

—Ese era el otro asunto que quería decirte –dejó la carta en la banca y se acomodó en su lugar –. Estos días estuve pensando las cosas. Patrick, aunque lo niegues, sé que disfrutarse ser el príncipe –desvió la mirada y Félix sonrió –. Hiciste un trabajo espectacular, limpio y perfecto. Mi padre y yo decidimos que mereces tener una oportunidad.

Jóvenes Reyes || TERMINADA ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora