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第3章

— ¡Joven que le sucede!

— ¡QUE NO VE AL ANIMAL QUE TENGO ENCIMA! —grité mientras trataba de zafarme de mi hermano, no podía ver nada y estaba sumamente asustado y temblando.

— Joven... Ahí no hay nada —me dijo.

— ¿Ah? —era cierto. Me senté rápidamente y observé que no había nada ni nadie a mi alrededor, solo el mismo doctor que me estaba atendiendo desde hace rato —. Pero... Yo... Él estaba aquí -dije mientras miraba a todos lados buscando a lo que parecía ser JeHyun sin ser exactamente JeHyun. Me toqué el rostro y ni siquiera una mancha de sangre tenía en ella ahora.

— Joven Lee, no hay nada por ningún lado —me contestó él —. Lo estaba buscando desde hace rato pero no lo encontraba.

— Amm... —que vergüenza. Yo tirado en el piso por culpa de un ser que al final no sé si es verdadero, hasta se me quitaron las ganas de ir al baño por ello.

Capaz y fue mi mente —pensé con cierta duda.

Me levanté del piso recogiendo toda mi vergüenza que había regada por ahí y miré al doctor Yang.

— Ok, ¿ya está todo listo? —le pregunté ya de pie.

— A eso vengo. Necesito que espere un rato más —me dijo mientras revisaba sus papeles —. Hay un caso de emergencias que está muy complicado, falleció y ahora se necesita hacerle la autopsia para saber quién lo mató.

Sabía a qué caso se estaba refiriendo así que solo asentí. Reconozco que ese caso está complicado y es mejor que se ocupen de ese tema antes que el mío, total... lamentándolo mucho, a mi hermano nadie lo mató porque el mismo fué quien lo hizo, duele pensar en eso pero es la cruel realidad en la que estoy viviendo. Caminé con el doctor para ir de nuevo a donde estaba antes, voltee por un segundo a ver si había rastros por ahí de algo pero no había nada. Yo no creo que haya sido falso o que mi imaginación haya hecho todo eso, eso era real y yo lo ví con mis propios ojos. ¡¿PERO COMO DESAPARECIO ASI DE LA NADA?!

Debo de dejar de pensar tanto, por lo menos horita debería de hacerlo, sino voy a quedar loco.

01:34am.

¡Ah! ¿Cuánto más tengo que esperar a que me den un documento? Ya me duele el culo de tanto estar sentado esperando por un par de papeles con unos sellos.

Me levanté algo fastidiado de tanto esperar y toqué la puerta de la oficina del doctor Yang. A los pocos segundos el abrió la puerta.

— Dígame joven Lee —me dijo amablemente cuando me observó.

Aun con mi semblante serio y algo obstinado hablé — A ver... Sé que soy algo estresante pero, ¿Cuánto falta?

— Joven... —me dijo esperando a que yo le dijera mi nombre.

— JinWoo.

— Eso mismo Joven JinWoo. Esto es un trabajo complicado, y le recuerdo que hay un caso un poco más delicado que el suyo —me dijo —, el joven Kim también está esperando respuestas y tengo que dárselas.

Bueno, tiene razón. El caso de TaeDong era más complicado que el mío, solté un pequeño suspiro antes de hablar nuevamente.

— Ok, está bien... Cualquier cosa me avisa.

— Aja está bien joven Lee, yo lo llamo cuando tenga todo hecho —me dijo y cerró la puerta.

(...)

Ya estaba cansado de durar tanto rato sentado así que solo paseaba por el largo pasillo en el que estaba y ya, mientras caminaba mi mente solo pensaba en él. En mi hermano; aún no podía creer que vi eso, era aterrorizante... Aunque, también tenía ahora muchas dudas.

¿Por qué se acercó a mí de esa manera?

¿Por qué apareció de ese modo tan feo y asqueroso?

¿Me estará tratando de decir algo?

¿Qué significa que vaya con él?

Me quería alejar de mis propios pensamientos, pero quería que alguien me contestara esas dudas.

Seguía caminado pero ahora sentía el aura algo pesada y diferente a como estaba hace rato. Era raro ese cambio.

— Ven... Conmigo —escuché que dijeron en un susurro, era la voz de JeHyun de nuevo.

Mire a todos lados con precaución y no había rastros de nadie a metros. Tal vez ese sonido solo se lo trajo el viento.

— Ven... Conmigo —escuché de nuevo pero ahora alguien había tocado suavemente mi hombro, por ese mínimo tacto un escalofrió recorrió todo mi hombro y parte de mi brazo.

Voltee rápidamente y observé a lo lejos una forma masculina caminar con pasos veloces hacia uno de los pasillos. Él era el único que podía contestar mis preguntas, arriesgaré todo, incluyéndome a mí, pero iré con todo a que me responda mis preguntas, todas y cada una de ellas.

Fuí justo al pasillo en donde el cruzó, lo ví a los lejos así que traté lo mejor que pude en seguirle el paso sigilosamente para que no me notara. Él llegó hasta la escalera que daba al segundo piso y la fue subiendo, lo seguí con cuidado para no ser descubierto por él. Era raro ver personas por estos lares y más si era a estas horas, los pocos trabajadores del turno nocturno estaban en la zona de emergencias y en estos momentos estoy en la zona de psicología.

Él subió las siguientes escaleras que daban al segundo piso y yo lo seguí, pero esta vez antes de volver con el camino tomé con sumo silencio el martillo de emergencias que estaba pegado en la pared sin un vidrio de protección, suerte en eso por lo menos tuve.

Ví que el subió por otra de las escaleras así que fui tras el con cuidado de no hacer ruido, cuando llegue al otro piso escuché a lo lejos una puerta ser cerrada y seguí el ruido como mejor pude. Cuando estaba enfrente de la puerta por la que al parecer había pasado la abrí con delicadeza para luego notar en que piso me encontraba ahora.

La azotea. Perfecto —pensé.

La luna y las estrellas estaban presentes conmigo, aunque eso no me importaba ahora. ¿En dónde se había metido JeHyun?

Ví a todos lados buscándolo pero no lo veía por ningún lado.

Este desgraciado me jugo sucio —hablé para mis adentros algo frustrado.

Él vino fue hasta acá ¿a qué otro lugar se iba a meter? Mi mente estaba en otro lado hasta que sentí como me tocaron el hombro, voltee a ver si era él, pero no había nadie de nuevo. Di un largo suspiro y volví a voltear y antes de poder reaccionar ya una de las manos de lo que era mi hermano estaba atrapando mi cuello, me levanto haciendo que no pudiera tocar el suelo. Me estaba ahorcando y parecía no tener escapatoria, intenté jalar su mano con las mías pero su fuerza me lo impedía; mi respiración fallaba de a poco y sentía como mis manos se enfriaban y perdían fuerzas para seguir intentado quitar su mano de mi cuello.

Sus ojos completamente oscuros me observaban fijamente como si quisiera hipnotizarme con ellos, su cara sin ninguna expresión y unos que otros rasguños en ella por varias partes daban escalofríos, y la asquerosa sangre que salía de su boca de vez en cuando me daba muy mala espina en este momento. Tenía miedo... Miedo de que me torturara o me asesinara.

— Su... Suéltame —dije con la poca respiración que tenía.

Fuí cerrando los ojos lentamente sintiendo como mis músculos se debilitaban y no sentía mi parte inferior, y ahora ni siquiera la superior.

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Solo dire... Activa.