Prólogo.

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El infierno es cálido , sí, pero para Maeve Tsitsanis era gélido , tan gélido como el interior de un iceberg.

Podía pasar horas y horas observando las oscuras paredes de su habitación , el vuelo de los mosquitos que el olor a cadáveres y azufre traía.Los libros eran lo único que podían saciar su sed de divertirse , de vivir como una chica de su edad.Los libros y su mejor amigo Seth.

Un pelirrojo larguirucho de ojos azules, tan azules que podías ver tu alma reflejada en ellos.

A sus mil años de edad Seth le había contado billones de cosas de su tierra natal. Egipto y sus maravillas.La historia de Seth era parte de su vida.

Su historia...un texto que cualquier niño leería en su libreta de cuentos, en cualquier libro escolar de cultura clásica.

Cualquiera puede decir que ser hija del dios del infierno es ¿Bonito? No, esa no es la palabra.Ser hija de Hades tiene sus ventajas e inconvenientes.

Y quien lo diría , una chica menuda de pelo color azabache y ojos claros podía compartir sangre con un barbudo de ojos marrones con un perro de tres cabezas como mascota.

Cerbero era un perro fiel llevaba al lado de Hades siglos, desde que Zeus tuvo su primera amante.

Hades tenia mujer , Persefone. Era una buena madrastra para Maeve. Su madre biológica era una griega y ella fue producto de una noche de caricias y besos sin amor, sin sentimiento.

¿Por qué los humanos practicaban sexo sin sentimiento? No entendía nada. Y así sería durante muchos más siglos de tortura en aquel agujero.Aislada del mundo , como ha vivido toda su vida.

Estaba decidida a salir de aquellas cuatro paredes y poder ver los rayos de sol perforar su piel , sentirlos , ponerse en la piel de una pequeña planta que comienza la fotosíntesis.Si , eso quería.Y estaba dispuesta a cambiar si debía de hacerlo.

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