Uno, dos y tres fueron los toques a la puerta de un muchacho hecho de nieve.
Entró en la habitación de la hija de Hades sin permiso.
Y allí se encontraba.Tumbada en la cama con Bob Dylan de fondo.
Maeve.— la llamó pero no obtuvo respuesta. Se acercó a su reproductor de música y lo apagó.
Pelirrojo buenorro llamando a una imbécil sorda.— soltó una leve risita. La chica con el ceño fruncido habló.
Eres un creído, Seth.— se levantó — Y aparte de eso idiota.— dejó una leve golpe en su frente. El chico emitió un quejido para después llevarse la mano a la frente y sobar esta.
Tengo una idea para salir de aquí.—habló entusiasmado.
¿Qué?—sorprendida, soltó la cuchara con la que estaba comiendo el helado de vainilla.—¿Me vacilas, Seth?— preguntó la muchacha con cierta ironía.
Echo a reír a causa de su reacción.—No, no te vacilo.— sacó de una bolsa lo parecía ser un decolorante de pelo junto con un tinte rosa oscuro.
¿Qué es eso?— estaba perdida. No tenia ni la mínima idea de lo que el chico sujetaba en sus manos. Miró extrañada los botes de color rosa.
Es tinte .— susurró leyendo las pequeñas letras del envase .— Recuerdo que querías cambiar algo de tú físico y bueno, pensé que a lo mejor esto te parecía buena idea .— Asintió tragando saliva con ansias de tener los botes entre sus manos.
Claro que me parece buena idea pero...—Hizo una leve pausa pensando en que decir .— Mi padre me castigara a trabajos forzados en la entrada, dice que los viajes al infierno están muy demandados últimamente .—
Oh venga, Maeve , no se enterará .— musitó el joven. La chica de pelo azabache asintió, insegura por aquella decisión. Agarró a la chica para tirar de ella hacía el baño. Estaba segura de aquello.* * *
¡Idiota!— el hombre de mediana edad volcó el agrió café en la cabeza del muchacho.— ¡Te dije que lo quería con azúcar! — gruñó y siguió con la mirada fija en aquellos papeles desgastados de tanto tachón.
El infierno y sus facturas ocupan mucho tiempo en la vida de Hades. Maldito Zeus. Esté mes las había subido un 5% más y él no estaba como para regalar dinero. Su propio hermano cobrándole como si fuera un desconocido. Lo envidiaba, él tenía todo lo que deseaba, poder, dinero, un cargo envidiable, una mujer poderosa, unos hijos bellos y poderosos. Sin embargo, él vivía con lo que podía y su vida era más amarga cada día. Su mujer y su hija eran preciosas, si, pero, ¿Y su poder? Se consumía, como un cigarro. Se gastaba y no lo soportaba más. Acarició una de las cabezas del perro de su izquierda y suspiró. Necesitaba algo para salir de allí y ser libre.* * *
Bien ¿Estás preparado?— el joven asintió animado. Una muchacha de pelo, ahora rosa, salió del baño con una amplia sonrisa.
¡Vaya!— emitió el chico para después dibujar una sonrisa en su cara.
¿Te gusta?— preguntó llevando un mechón hacía delante para ver como había quedado.
exclamó mientras sacaba una foto de Maeve antes del cambio de look. Se la pasó colocándole la pequeña imagen a un lado.
-¿Rosa o negro?- señaló su pelo para después apuntar a la pequeña fotografía.
-Me gustas más siendo un unicornio- hizo un gestó un tanto infantil y sonrió.
-Muy gracioso feo pelirrojo-imitó al chico sacando la lengua.
Caminó hacia el espejo y un rosa se interpuso entre su reflejo y ella.Acarició su pelo y sonrió.Le gustaba demasiado aquello.
Suspiró sabiendo que necesitaban salir ya de allí o si no su padre se daría cuenta de su cambio.
-Vamos- dijo en un leve susurro abriendo la puerta de su habitación.
Cogió a Seth del brazo y tiró de él dejando aquella sala vacía.
Varios minutos después la luz de la salida ondeaba de fondo, como una bandera hacia la libertad.Cerbero corría detrás de ellos cual perro guardián de la puerta del averno.
La dentadura de la primera cabeza se clavó en el gemelo de Seth , desgarrando un trozo de sus pantalones favoritos.
-¡Maldito perro andrajoso!- gritó entre jadeos.La melódica risa de Maeve relajaba el ambiente.
-¡Corre!- el chico obedeció a la orden de la muchacha y aceleró.
La primera en salir fue la chica del pelo rosa seguida de la zanahoria con piernas y por último, aquel monstruo muy singular asomó dos de sus cabezas.El mínimo contacto con el sol quemaba su piel. Un espeso y maloliente humo comenzó a emanar de su piel. Cerbero retrocedió quejándose con aullidos agudos.Los chicos plantados en medio de aquella escena taparon sus oídos y un gesto desagradable apareció en sus caras. La puerta se cerró con un fuerte golpe dejando a Maeve y a Seth allí solos.
-Bien...-el pelirrojo acarició su barbilla con el ceño fruncido-¿Dónde vamos ahora?-miró a Maeve preocupado por no haber pensado aquello antes.
-Bueno he pensado ir a ver a mi madre-tragó saliva .No tenia ni idea de quien era su madre y pretendía ir a verla, estaba loca.
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Lete.
FantastikAcre, detestable ,caluroso , solo, adjetivos con los que cualquier mortal describiría el averno. Agradable, atractivo, empapado de sangre de mortales apetecibles, epítetos que un demonio te daría de él. Siempre las mismas historias entran aquí pero...