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—Buenos días mamá, te aviso que saldré.

—¿A dónde crees que vas a las diez de la madrugada? ¿Sales a escondidas con alguien acaso?

—Mamá, ¿Recuerdas que me pediste buscar trabajo? —asiente con la cabeza.— Bueno, eso mismo haré. ¡Nos vemos! —sonreí.

—Estos jóvenes de hoy en día...

Al salir de casa, hice el mismo recorrido de ayer para llegar al restaurante, porque había visto un cartel que en letras grandes decía: "BUSCO EMPLEADOS", y voy para ofrecerme como tributo.

—Espero que todavía no hayan contratado ninguno. —abrí la puerta de vidrio que hizo que la campanilla resonara en todo el lugar; finalmente entré.

Me dirigí a unos de los meseros y le pregunté por lo del cartel. Hizo un pequeño gesto con su mano para que lo siguiera.

—Aquí está el jefe, con él hablaras sobre eso. Nos vemos. —se retira.

Cuando por fin se fue el chico, golpee la puerta unas tres veces, al principio nadie me respondía, ya en la última un joven un poco más alto que yo me abrió la puerta.

Ese hombre... era bellísimo, esos brazos... ese torso que era tapado por un traje... esas piernas... —mentalmente mordí mis labios— lastimosamente atrás se apareció una mujer, aunque no muy guapa,  no más que Hyori.

—¿En qué lo puedo ayudar? —pregunta el guapo, digo, el joven.

—Vengo en busca de trabajo, ¿Aún está disponible?

—Ah, en ese caso, pase. —hice una reverencia y pasé.— Mi nombre es Kim Namjoon*, ¿El suyo?

Namjoon...  quedé flechadísimo.

—Soy Jeon Jungkook.

—De acuerdo... mire, casi todos los puestos ya están ocupados, y...

—Puedo ser el lavaplatos, o el que limpie. Ya tengo mucha experiencia de sobra con eso. Mi mami me obliga mucho. —hice un gesto tierno.

—Bueno, lo que pensaba. Si quiere puede quedarse con ese puesto Jeon.

—¡Oh, claro! —estreche su mano con la mía e hice una reverencia.— Muchas gracias señor, ¿Cuándo puedo comenzar a trabajar?

—Ésta misma tarde a las tres en punto.

—¡Muchas gracias! —hice una reverencia.— ¡Muchas gracias señor! Le prometo que no se va a arrepentir de haberme contratado. —de nuevo una reverencia.

—Muy bien. Puede marcharse.

Salí de la oficina y de paso fui a ordenar algo allí mismo. Al momento de llamar a alguien, aparece justo la persona que quería que apareciera. Mi querida Hyori.

—¿Qué va a ordenar? —habla con un tono frío y molesto. Pobre de mi pequeño corazón... 

—Quisiera este almuerzo. Compañera. —mencioné lo último con un tono "tenebroso". Luego sonreí.

—¿Disculpa?

—Te disculpo. —solté una sonrisa inocente.

—¿Qué fue ese tono? Con el que me hablaste.

—¿Te molesta? Perdón.

—Como sea, en unos momentos te traigo tu comida. —se lleva el menú dejándome solo.

Suspiré cansado. No sabía que conseguir un trabajo era tan cansador, ¿Por qué mi papá nunca mencionó semejante situación? Qué barbaridad.

Me levanté de mi asiento y empecé a deambular por ahí, a ver que haría ahora estando tan al pedo.
Llegué a lo que sería la cocina, limpiecito por todas partes, ¿Está seguro el jefe que tengo que limpiar? Todo está muy impecable.

—¡Oye! —la voz de un hombre me detiene en seco. Al darme vuelta lo vi con un trapeador en mano. Estando él de pie, mantenía una pose de "cangrejo", me quería reír.

—Hola. —saludé nervioso.— ¿Sucede algo?

—¿Qué haces por aquí? ¿Eres cliente o un trabajador?

—Soy un trabajador, tranquilo.

—¿Y tu uniforme? —vuelve a pararse normal.

—Todavía no me lo dieron. Hoy a la tarde comienzo.

—Ah.

—Niño. Tu orden.

—¿Eh? Ah, Hyori. Ya voy. —empecé a irme de allí de a saltitos hasta el mostrador donde yo pensaba comer.

Cuando eran las doce del mediodía, llegó la multitud de gente. Era peor que el Crustácio Cascarudo. Ahora entiendo porque me toca limpiar a la tarde, a estas hora los humanos ensucian más que nunca.

Pasadas las horas, por fin las personas se fueron; el lugar vacío se hacía notar más grande y silencioso, juraría que si uno presta una mayor atención, escucharía hasta su propia respiración.

—Bueno muchacho. Te dejo a cargo de cerrar el restaurante apenas termines de limpiar todo. Ten, —me lanza un objeto pequeño. Seguí con mi mirada al objeto hasta que cayó en mis manos.— la llave.

—¿Siempre seré el último en cerrar, jefe?

—Claro, ¿Acaso te asustan los fantasmas? —ríe en lo bajo y se dirige a la salida.— Nos vemos mañana.

Esperé con ansias a que se vaya. Rápidamente cerré las ventanas y puertas, bloqueando cada entrada posible. Luego me fijé si había alguien escondido por ahí; por suerte no había nadie.

—Sólo, por fin... es hora de limpiar. —prendí la radio en la estación de sólo música y puse el volumen a todo lo que da.

En todo el procedimiento de limpieza, la re vivía. Era como si fuera el último día de mi vida, sin embargo esto no terminará aquí...

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*: My name is Kim Namjoon

Pd: te desactivo la respiración automática. (Ahre)

Rᴇsᴛᴀᴜʀᴀɴᴛᴇ ᴅᴇ ʟᴏs '70 [𝐽𝑒𝑜𝑛 𝐽𝑢𝑛𝑔𝑘𝑜𝑜𝑘 - 𝐵𝑇𝑆]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora