3

47 2 40
                                    

Tras haber terminado mi trabajo, regresé a casa a las diez y media de la noche; fue tan cansador, nunca había limpiado tanto como hoy.

—Ahh, que hecho mierda que estoy... —mencioné vagamente mientras entraba a mí casa.

—¡Hijo! Ven. —me llama mi madre.

—Dime pues. —comencé a hablar mientras me adentraba al living.— Dime la razón de la cual me llamaste. Dime, el porqué tuviste el valor de llamarme, e interrumpir mi queja, en lo que tan concentrado estaba. Dime, porque mi tiempo es valioso. No debería de estar aquí, ¿Pero sabes qué? Eres mi madre, y sé que si no te hago caso, recibiré un chanclazo. 

—¿Estás pendejo o qué? Aparte, recién llegas, puedes salir de nuevo.

—... —di una pausa pensativo.— no ma... que vergüenza.

—Dios... —suspiró mientras con dos dedos "sostenía" el puente de su nariz.— Bueno,  te llamé para que vayas a comprar este listado de cosas. —me extiende un pedazo de papel escrito.

—Madre, eso no hace falta. —finalmente accedí por si las dudas.— ¿Acaso olvidaste que tengo una gran memoria? Con tan solo leerlo tres o cuatro veces, ya lo tengo memorizado. A ver, déjame que lo leo.

—Bueno, pero tráeme todo lo de la lista, no quiero que te olvides de nada porque vas a volver allá. ¿Se entendió?

—Clarísimo. —Alcé mi mano hacía mi cabeza como si fuera el saludo militar (no nazi).

Mientras salía de mi casa, repetía todo lo de la lista, si se me olvidaba algo, iniciaba de nuevo y contando con mis dedos para no perderme. Noté como era de noche. ¿Qué pasó? Cierto, me quedé con la idea de que era pleno mediodía.

☕︎

—¡Hola mi bebé! —me arrodillé al suelo.— ¿Cómo estás? 

Algunas de las personas que estaban en la calle me miraban raro, ¿Acaso nunca vieron a un perrito? O mejor dicho, ¿Nunca vieron a Jeon Junkook saludando a un perrito? Pff, que risa.

Dejé al perrito donde estaba y entré al supermercado caminando hacia tras para ver que el perrito no me siguiera; por mi suerte no pasó.
Dirigiéndome a los estantes de verduras y otras cosas de cocina, presiento como una mano se atraviesa enfrente mío, intentando agarrar un producto.

Una mano pequeña, no muy blanca, delgada y con las uñas pintadas de negro apareció en el estante de abajo del que yo estaba. Miré de quien era esa mano y quedé en shock. ¡Era de Hyori!

—¡Hola Hyori! ¿Cómo va en tu posible hermoso día! —saludé con entusiasmo.

—Hola. Bien ¿Supongo? —agarra el producto.

Mis ojos no paraban de mirarla, una gran obra de arte es ella, una belleza única. Ni la chica que me gustaba era así de bella.

—¿Qué me miras tanto? —pregunta algo enojada.

—Nada, nada. —giré rápidamente mi rostro hacia el estante donde estaba. Estoy llegando a pensar que estoy un poco rojo. (👉🏼👈🏼)

—¿Cómo dijiste que te llamabas?

—¿Yo? —volví a mirarla, por poco y me sonrojaba.

—No, al perro de afuera. Sí, tú. —dijo obvia.

—Me llamo Jeon Jungkook. —hago una reverencia por si las moscas.— Y el perrito le puse Pelusa.

—... ¿Cuántos años tienes?

—Tengo 20 años, ¿Y tú?

—... 19 años.

—Seamos amigos; mejores amigos. ¿Qué te parece?

—Ni flash fue tan rápido. Pero, bueno.

—¡Amiguis! —la abracé.

—¡Ey, ey, ey! —se suelta de mí.— ¡Mucha confianza Jeon!

—Llámame Jungkook solamente.

—De acuerdo. Nos vemos mañana.

Mientras ella se alejaba, dentro mío festejaba.

—Y bueno. —vuelvo a lo que hacía anteriormente a punto de agarrar un producto, sin embargo, paro en seco analizado la situación.— Carajo, ¿Qué tenía que agarrar? ¡Me olvidé!

«𓃱𓃱𓃱»

Estando frente a la puerta de mi casa, abro lentamente para no realizar ningún tipo de sonido que alerte a mi mamá.
Apenas giré el picaporte, la puerta me traicionó. Maldita sea, nunca me habia traicionado de tal manera.

—¿Compraste lo que te pedí? —se cruza de brazos frente mío.

—¡Mamá! Por el amor de Dios. Casi me matas del susto.

—Lo voy a hacer si llego a ver que no trajiste las cosas.

—Sabes algo ma. Vuelvo al supermercado solito, no hace falta que digas nada más. ¿Me das el papelito?

—¿Qué hice para tener un hijo así? —me entrega lo pedido.— Ten.

—Gracias, ya mero vuelvo.

«𓃱𓃱𓃱»

Nuevo día, segundo día consecutivo de trabajo. Y sigo vivo por suerte.
Dirijo mis ojos al reloj que está sobre la mesita de luz; una de la tarde.
Me acomodo de nuevo en mi cama para posteriormente cerrar mis ojos e intentar dormir.

—Presiento que tengo que hacer algo, ¿Qué será? —pregunto muy pensativo.— ¿Yo comenzaba a trabajar tipo tres de la tarde, no? Ahg... Debo apurarme.

☕︎

—¿No desayunaras nada? —me interroga mi mamá.

—No puedo, llegaré tarde al trabajo.

—¡Qué alegría! Mi hijo trabajando. Bueno, ahora apure que llegará tarde.

—¿Okey...? Adiós ma, te quiero.

☕︎

A

penas entré al restaurante, la vi a ella... Tan hermosa, tan encantadora, tan perfecta... Es increíble...
Mientras babeaba mentalmente, un sujeto se me frenó de golpe delante mío, intentado que le prestara atención.

—Jeon Jungkook. ¿Acaso eres sordo?

—Ah... —me fijé en su etiqueta del pecho en el cual tiene su nombre.— ¿Kim Seokjin?

—Sí, soy yo. ¿Eres el nuevo empleado no?

—En efecto, mi señor.

—Bien. Acompañame a la cocina.

Al llegar, observé que todo estaba muy sucio, bueno, más bien las hornallas, platos y alguna que otra mancha en la superficie de la mesada.

—¿Qué quieres que haga Seokjin?

—¿No eras el nuevo limpieza?

—Ya empiezo a limpiar, espera a que... ¿Tú no eras el de la otra vez?

—¿Cuándo te encontré merodeando la cocina? Sí, era yo.

—Uh, perdón por eso. ¿Este es tu territorio verdad? —asiente con la cabeza.— Trataré de no venir muy seguido, solo cuando tenga que limpiar.

—Bien, nos vemos.

Rᴇsᴛᴀᴜʀᴀɴᴛᴇ ᴅᴇ ʟᴏs '70 [𝐽𝑒𝑜𝑛 𝐽𝑢𝑛𝑔𝑘𝑜𝑜𝑘 - 𝐵𝑇𝑆]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora