。゚❁۪Capítulo 06 ུ °

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Karsy podía ser rudo cuando quisiera y más si era cuando estaba dentro de su omega

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Karsy podía ser rudo cuando quisiera y más si era cuando estaba dentro de su omega.
Embistió con fuerza, sacando un jadeo fuerte de los dulces y brillosos labios de su omega que se encontraban hinchados por los besos que se habían dado sin pudor.

Entre más fuertes y constantes eran los gemidos del pequeño omega, su alfa más se regocijaba dentro suyo. Sintiendo el control en su ser, aquel que poco a poco desaparecía como los caprichos y el control del omega en él. Definitivamente el pequeño castaño de ojos azules como el cielo y mar había llegado a su vida para romper todas sus reglas.

Él que había jurado jamás marcar a un omega después de su pérdida, se encontraba arrodillado frente a una de sus más dichosas deidades vivas. Su omega, el que llevaba su marca y muy pronto su hijo. Karsy alfa, líder, hijo de líderes. Era liderado por un omega, por la criatura de esa casta que tan poco valor tenía en su tribu.

—¡Alfa! —el omega jalo de sus cabellos, mientras se corría en su torso, manchando su abdomen plano.

—Así, sí... así omega —jadeó Karsy mientras su omega movía sus caderas circularmente.

—¡Nudo!

༊*·

El alfa pelinegro gruñó mostrando sus afilados caminos, mientras atraía al omega rubio hacia él.

—No te metas —masculló el alfa mayor, amenazando con golpearlo con su palo. —Son las leyes de Emjke¹. Se deben cumplir —dijo el padre del omega, mostrando también sus caminos gastados. —Él me ha deshonrado.

[¹: Es el nombre de la tribu.]

Zerko gruñó, sosteniendo mejor al omega entre sus brazos.

—Es mi omega.

—No ha aceptado tu cortejo.

Volvió a gruñir.

—Respeta la ley, Zerko y deja a mi hijo cumplir con su castigo.

El omega rubio no podía sostener su llanto, no podía. Sabía que no había vuelta atrás. Las leyes de la tribu estaban en contra de él, era un omega sin un alfa y está embarazado, merecía que lo apedrearan.

—No —masculló el pelinegro, gruñendo con más potencia al alfa mayor, sosteniendo el cuerpo del omega para salir de la tienda de quienes él pensaba en un futuro serían sus suegros.

—¡No puedes hacer eso! —el alfa mayor grito ante el escape del alfa con su hijo.

La noche no era piadosa ante sus lágrimas y arrepentimiento. Su omega, el mismo que había sufrido tanto por él, estaba embarazado de su cachorro. Lo sabía, claro que era suyo, Nolan no se había entregado a nadie más que a él.

Bendita era la luna por animarlo a ir a la casa del omega en medio de la noche, su alfa le habían rasgado internamente para que esté saliera corriendo de su tienda, aquella que había construido para su omega.

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