Metaphorically speaking, I would gladly suck your dick, my homie.

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Hyuck miró con curiosidad al demonio frente a él, era gracioso mirar a alguien a punto de dislocar su cuello sólo para mirar a la cara a un idiota de un metro con noventa centímetros.

Claro, todo era divertido mientras no fuese él el que tuviera que mirar a la cara a Johnny. Gracias a su excepcional estatura demoníaca ha tenido un constante dolor en el cuello por alrededor de tres meses ya.

El tiempo pasó relativamente rápido después de que Johnny pusiera un pie en la tierra en su forma humana, después de las sorpresas iniciales, su vida regresó de nuevo a la normalidad con la rutina diaria -con la diferencia de que ahora tenía a un molesto demonio a su lado casi las veinticuatro horas del día.

Aunque sí que había pasado algo extraordinario durante estos tres meses; Hyuck aún no conocía a Johnny, o al menos su apariencia. No sabía exactamente cómo había logrado que su mejor amigo no lo forzara a presentárselo, pues sabiendo lo cotilla que era acerca de su vida y la de las demás personas en general, era casi imposible pensar que Hyuck dejaría pasar tanto tiempo para poder conocer a -lo que era hace algunos meses- una presencia nueva y emocionante en la aburrida vida de su mejor amigo. O lo que era aún más imposible de creer, ¿Cómo dejaría Hyuck; un fanático de todo lo que tenía que ver con demonios, ángeles, dioses y todo tipo de seres míticos, que su amigo no le presentara a un demonio que había conocido mediante un ritual?

—Así que este es el famosísimo Johnny, ¿uh? el íncubo que te hace perder la cabeza con cada comentario subido de tono.

Fue traído de vuelta a la realidad, tardando un poco para procesar las palabras del moreno con perforaciones nuevas en su oído izquierdo.

Espera, ¿acaso acababa Hyuck de exponer los breakdowns que experimentaba cada que le contaba de las palabras atrevidas que el íncubo le dedicaba? No confíes ni en tus mejores amigos, como decían.

Era una historia un poco larga, de hecho. Al principio podía jurar que toda la mierda que salía de la boca de Johnny en un intento de seducirlo y que le entregase su alma eran simples patrañas para él, literalmente le entraban por un oído y le salían por el otro. Pero su inmunidad había desaparecido algún tiempo después, era incapaz de dar una cifra exacta, pero lo que sabía con certeza era que, de un día a otro, los comentarios sucios y subidos de tono que le daba el íncubo ante las simples acciones que Mark realizaba durante el día había comenzado a pintar sus mejillas de tonos rojizos y una chispa de curiosidad se asentaba en la boca de su estómago.

Ya había hablado de esto con Hyuck -de ahí a que haya soltado esa bomba en su cara y frente al íncubo- y el moreno, al contrario de muchas creencias populares, lo había escuchado atentamente y con algo de preocupación. Ambos sabían el peligro que conllevaba su creciente atracción al demonio, deduciendo que nada bueno saldría de todo esto.

Aún recuerda que antes de poder llegar a una conclusión sobre su problema con Hyuck, éste le había hecho jurarle que no sentía nada más que un simple deseo por el demonio, Mark rápidamente le dijo que sí, que eso era todo, nada más allá que la respuesta de su cuerpo a la apariencia y seducciones de un íncubo. Hyuck le había dado unas palmaditas, sonriéndole aliviado mientras le daba su "consejo".

"Nunca ha habido mejor medicina para alguien que desea a un imposible que la imaginación, una botella de lubricante y un dildo de cristal".

En ese momento lo había mirado con incredulidad, pero no había reaccionado de la misma forma esa misma noche, cuando el íncubo había salido de su apartamento para hacer su actividad vital de todos los días -noches, específicamente hablando- y la curiosidad había crecido en su interior, dispuesta a irse hasta que lo intentara al menos una vez.

Cursed be edgy dudes with horns! - [johnmark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora