Comienzo del juego

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No debí haber ido a esa estúpida fiesta en casa de ese idiota.
No debí haber escogido "reto" y menos cuando era Dante el que decidía qué debía hacer.
Simplemente no debí haber aceptado.

(18:30 )

El cumpleaños de Dante empezaba dentro de media hora y yo aún ni sabía qué ponerme.
Revisé una y otra vez las perchas que contenían miles de vaqueros con camisas ajustadas a juego, pero no había nada.
Nada capaz de hacerme sentir cómodo.
Chasqueé la lengua y tomé lo primero que vi para notar que Él entraba en la habitación.

-Me alegro de que hayas querido ir aún después de lo de...

Noté que su voz se iba quebrando poco a poco para terminar cortando lo que tanto ansiaba decir.
Pero sabía de lo que se trataba.
Un recuerdo que por más que quisiera no se me podía borrar.
¿Por qué la gente no entendía que no quiero hablar de ese tema en concreto?
No tengo esa fuerza de voluntad, yo no soy igual al resto.
Pero lo escondía.
Y se me daba bien hacerlo.
Así que le dediqué una sonrisa, como a todos cuando mencionaban algo del tema.
-Por supuesto Papá, es su cumpleaños, no puedo Faltar.
A veces me pregunto por qué sonaba tan convincente cuando por dentro me estaba derrumbando.
Pero Papá me creyó.
Vino a abrazarme fuertemente como cuando era pequeño y me mantuvo ahí por lo menos 40 segundos, eso para él ya era demasiado.

-¿Quieres que te lleve?

Negué rápidamente para tomar mi ropa e ir hacia el aseo.

-No te preocupes papá, puedo ir solo.

Y tras eso desaparecí.

(19:03)

Cuando llegué todo el mundo estaba esperándome.
Todos esos ojos se clavaron en los míos y sentí algo que nunca antes había podido  experimentar.
Los nervios.
Intenté elevar mi cabeza como siempre para hacer que mi barbilla diese un suave beso al techo desde la distancia.
Me senté cerca de donde se encontraba el "chico más importante" del día y fruncí débilmente mis cejas.
La casa estaba perfectamente decorada con objetos extravagantes.
Plumas y guirnaldas de mil colores adornaban el salón donde siempre habíamos celebrado nuestras Navidades.
Y aún estando opacado por todas esas cosas, la foto seguía estando en primer lugar.
No lo habían quitado.
Se me formó un nudo en el estómago y guíe mi mirada directamente a la de él.

-Feliz cumpleaños Dante.

Ladeé la cabeza ligeramente para dar mi mejor sonrisa mientras me acercaba a él para dejar dos besos sobre sus mejillas.
Me daba asco de sólo hacer contacto con su piel.

-Pero si has venido...- De nuevo hablando con ese tonto Tono de voz capaz de atacar con las palabras como si fueran dagas - Pensé que me dejarías colgado...

Hizo una breve pausa para ver mi reacción.
Sus ojos.
Buscaban sangre, buscaban el mal ajeno, yo lo sabía.
Me imaginé que diría algo más sobre mí pero rápidamente aplaudió para llevar toda la atención del lugar para sí mismo.
Disfrutaba con eso.
Y para qué mentir.
Yo igual.

- Atención todos por favor...-Esperó a que todo el mundo se centrase en él para luego seguir anunciando - Primero que nada , bienvenidos a mi fiesta de cumpleaños, es un placer teneros a todos aquí.

Escuché como todos lo vitoreaban en un ambiente tan falso que me daba asco de sólo imaginarlo.
Nadie de allí lo quería realmente.
Nadie de allí era capaz de ver más allá de su popularidad.

-Y en segundo Lugar...La fiesta ha empezado así que, ¿preparados para dar iniciación a los juegos de esta noche?

Otra tonta ovación.
Rodé los ojos mientras tomaba una botella de Jagger para tomar un poco.
¿Qué es de una fiesta sin alcohol?

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