Recuerdo que en ese momento, odiaba que la gente se me quedase mirando .
Detestaba que se compadecieran de mí y que cambiasen su forma de verme por la de alguien débil.
Aunque lo fuese.Tragué saliva nervioso, lo peor de todo es que él sabía que me había dañado pero seguía teniendo la misma cara de Imbécil de siempre.
-Bien,lo haré.
-Sabía que no dirías que no.Cuando terminó de pronunciar esas palabras todo el mundo actuó como si nada hubiese ocurrido.
Parecía que esos minutos en los que la tensión era protagonista no habían ocurrido.
Por eso llegué a la temprana conclusión de que me lo había imaginado todo, pues eso es lo que deseaba.Di un pequeño suspiro al tiempo en que salía al balcón para tomar aire y alejarme de aquellos hipócritas ; necesitaba estar solo por un momento, aunque en realidad siempre lo estaba...
+ + + + +
La chica se quedó completamente atónita cuando Farah pronunció aquellas palabras.
Le resonaron una y otra vez en su mente, se sentía miserable por haber hecho que acudiese allí.
Dejó caer la tarjeta que tanto había estado apretando contra ella al suelo y se quedó concentrada en ver cómo caía.Sí.
Sentía su dolor.
Quizás no el mismo, pero sí uno muy parecido.
Por eso me juré a mí mismo no volver a sentir nada por nadie.
Pero el Universo nunca ayudaba.-Que idiota...-Musitó Ares mientras apretaba su mandíbula cada vez más.- Seguro es una excusa de mierda para no salir con ella...¿Tan inseguro es que no puede decirle simplemente que no quiere estar con ella? Qué gilipollas...
"Farah tiene algo."
O eso es lo que nuestros padres nos habían dicho durante casi toda nuestra vida.
Lo habían llevado a todos los psicólogos de las ciudades próximas para saber el por qué de su comportamiento.
Recuerdo que , una vez con 8 años volvieron de una visita y en cuanto llegaron supe que algo no iba bien.
Papá se había sentado en uno de los sillones que decoran mi casa, leyendo un informe con un montón de letras demasiado pequeñas y raras para un chico de mi edad.
A lo único que pude alcanzar a ver fue la palabra Asperger.
Y creo que jamás podré olvidarla.
Con forme iba creciendo veía como la gente se quedaba mirando a Farah y cuchicheaban cosas que nunca pude lograr escuchar con claridad.
Mi hermana siempre me había dicho que si queríamos que Él estuviese cómodo debíamos hacer que los demás dejarán de decir todas esas mierdas de él.
Porque yo vi cómo lo trataban y creo que ningún ser humano se merece ser tratado de esa manera.Por eso cuando dijo eso, no pude controlarme y Noté como mi sangre comenzaba a hervir de una forma violenta, mis ojos ya no estaban pendientes de la tarjeta que había acabado en el suelo, sino del monstruo que se encontraba a mi lado.
La rabia se estaba concentrando alrededor de mí y sabía que en cualquier momento iba a estallar.
Y no quería.
De verdad que no quería.
Pero lo hice.
Cuando me quise dar cuenta, mi respiración estaba entrecortada y de la nariz del chico salía un hilo de sangre adornando su bonita piel.
Su respiración también estaba agitada y vi como su expresión se había mezclado con una de sorpresa.-N-no...vuelvas a decir nada acerca de mi hermano.
No quería volver a verlo,por lo que salí corriendo de allí dejando un portazo como punto y final de la historia.
Pero él me estaba siguiendo por detrás así que nos encerré a ambos en el baño, puse mis manos en mis caderas pidiéndole algún tipo de explicación al comentario que había hecho de mi hermano.
-¡¿Q-qué haces inútil?!
Se acercó a mi oído con sigilo, yo ya notaba como la impotencia me iba consumiendo como si se tratase de una cerilla.
-Ni se te ocurra...volver a hacer lo que has hecho.
-¿Y si no qué? ¿Me pegarás?
Lo miré como pude , la ira se estaba apoderando de nuevo de mí.
Revolvió mis muñecas hacia atrás a lo que yo solté un notable quejido.
Apoyé mi frente contra la fría pared y comencé a sollozar débilmente.
Sí, era un cobarde que fingía ser valiente.
Pero no me pensaba rendir tan fácilmente por lo que en cuanto tuve la oportunidad, me giré con todas mis fuerzas para tumbarlo en el suelo y subirme encima suyo con los ojos inundados de lágrimas.-¡Discúlpate por ser un pedazo de imbécil! ¡Pide perdón por haberle dicho eso a mi hermano ! - Le grité con todas mis fuerzas al tiempo que daba puñetazos ligeros en su pecho, había perdido completamente la cordura y creo que él se había dado cuenta de ello- ¡Hazlo, hazlo hazlo!
Frunció su ceño para con cuidado dejarme en el suelo y levantarse quitándose la sangre que caía de su nariz.
Apreté mi mandíbula y limpié mis lágrimas para levantarme también, aún enfadado.
Pensé que diría algo más pero no fue así, salió del baño y fue la última vez que lo vi.De vuelta a casa, ni Farah y yo pronunciamos palabra sobre lo que había ocurrido, aunque eso sea algo habitual en él.
+ + + + +
Se apoyó en el balcón y me miró intentando descifrar qué es lo que pasaba por mi mente.
-Anda pero si es el chico del baño...
Sonreí un poco viendo su nariz, la cual había sido adornada con una tirita, en un intento de sanarla completamente.
Pero él no mostraba ningún tipo de sentimiento.
Parecía que las vistas del pueblo habían captado totalmente su atención, las luces de los farolillos hacían que se viese menos lúgubre y el viento jugaba con los carteles de las tiendas, haciendo un leve chirrido cada vez que cambiaban el sentido en el que se movían.Al ver que no respondía rodé mis ojos y le hice señas para que se centrase en mí.
-¡Ares!
Al final guió sus ojos a los míos y aunque parecían estar sin vida, yo veía una chispa que quizás nadie se había molestado en admirar.
-¿Qué es lo que quieres, pesado?
Me quedé callado tras su respuesta e inflé mis mejillas en un gesto de total desacuerdo con él.
No iba a poder ser amable con alguien que no lo era conmigo, eso estaba claro.-¿A quién llamas pesado subnormal?
Soltó una pequeña risa que pudo conmigo y después ladeó la cabeza en un gesto de poder comprenderme.
-¿Te peleas conmigo y ahora tratas de volverte mi amigo?Eres Raro Liam...muy raro.
¿Raro?
El raro era él, que se quedaba mirando a la nada como si estuviese perdido.
Pero...en el fondo era algo que me atraía hacia él.
Ares era un completo misterio del que yo estaba encantado de poder averiguar.Volví a inflar mis mejillas enfadado y le aparté la mirada mostrándole que no me había gustado esa pregunta.
- Tú empezaste insultando a mi Hermano, ¿querías que me quedase de brazos cruzados?
-Por supuesto que no, pero tampoco era normal la fuerza con la que me atacaste...
Otra risa más, me estaba cansando de él y de sus tontas conversaciones.
A veces parecía un niño pequeño.-Bueno ya vale...-Me reí mientras miraba a otro lado, ni siquiera sabía cómo iba a hacer para seguir con el plan de Dante-
¿Acaso esa chica era tu hermana o algo...?Y en ese momento cambió totalmente su rostro a uno que no conocía.
Se giró sobre sus propios pasos y volvió a desaparecer, de igual manera que cuando nos conocimos.
Yo me quedé desconcertado, sin saber muy bien si seguirlo o no, pues por la forma en la que me había mirado, parecía no querer estar para nadie.Ares de García no es más que un idiota que se intenta hacer el interesante.
No sé si voy a poder conseguir manipularlo.
Pero de momento he movido mi primer peón : dos pasos hacia el centro del tablero.
¿Cuál será tu próximo movimiento, Ares ?
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Juegos de Ajedrez
Roman d'amourEl plan es simple : Jugar como si fuese mi peón para que así nadie pueda saber qué se oculta tras el tablero