Capítulo III: Sí, sí, como sea ¿Hemos vuelto?

40 7 3
                                    

Aunque no sepamos a dónde estamos yendo.

Prometo que nunca estaremos separados.

Solo escógeme y nunca me dejes ir.

No necesitamos mucho mientras estemos juntos.

-Together. Martin Garrix, Matisse & Sadko.


23 de marzo, 2022

Han pasado veinticuatro horas exactas desde que el mundo ha descubierto mi actual paradero, obviamente se ha corrido el rumor que estamos trabajando en el nuevo álbum que nos sacará del descanso en el que hemos estado por dos años, pero la realidad es otra, no hemos trabajado en el álbum. Ni siquiera hemos estado los cinco en la misma habitación, pero eso cambiará hoy.

Brownie apoya su cabeza en mis piernas y lo acaricio tratando de reducir mis nervios. Aunque quiera negarlo, mi corazón late desbocado y las palmas de mis manos se encuentran sudorosas, tomo un sorbo de mi té y vuelvo a dejar la taza en la mesa. Algunas personas me saludan al verme y de forma torpe, se los devuelvo. Suspiro y miro de nuevo la hora en mi celular.

10:00 am.

En media hora deberé subir a la sala de juntas, donde nos comunicaremos con André, los cinco, por primera vez en dos años. Juntos. En una mista habitación.

Brownie le da palmadas a mi mano con su pata porque sin darme cuenta he dejado de acariciarlo. 

—Lo siento, bebé, estoy algo nerviosa —le digo y Brownie ladea su cabeza mirándome fijamente.

De repente, Brownie deja de enfocar su atención en mí y se pone alerta, aún sentado a mi lado, comienza a mirar a todas direcciones como si buscara a alguien.

—Hey, ¿qué pasa? —Le pregunto moviendo sus orejas, pero parece no prestarme atención.

Brownie se levanta y comienza a mover su cola de manera animada, frunzo el ceño y comienzo a buscar el objetivo que ha captado la atención de mi perro, cuando lo veo, es tarde. Brownie ha comenzado a correr hacia él y me levanto con rapidez para que no ocasione un desastre.

Casi puedo mirar en cámara lenta lo que está por suceder. 

—¡Brownie n— es tarde. Ya ha saltado sobre él, derribándolo. Me llevo las manos a mi boca mientras jadeo y corro hacia el hombre que yace en el suelo— ¿Estás bien? Lo siento, él no suele comportarse de esa forma —lo miro preocupada, mientras Brownie lo ataca lamiendo su rostro, su víctima ríe y se deja hacer por mi perro.

—¿Qué hay, amiguito? —Acaricia detrás de sus orejas y Brownie aún con ambas patas delanteras sobre su pecho, le ladra contento— Sí que eres grande, ¿eh? —Sin dejar de acariciarlo, levanta su mirada hacia mí—. Estoy bien, creo que nunca se había sentido tan bien ser derribado.

Se me escapa una risa y le sonrío apenada mientras le tiendo una mano para ayudarlo a levantarse.

—En serio, lo siento. Estoy algo ansiosa y creo que le he transmitido eso a él —me disculpo de nuevo y él acepta mi ayuda, su mano se siente algo rasposa a diferencia de la mía, una vez se encuentra de pie, deja ir mi agarre y sonríe.

—No tienes porqué disculparte, amo los perros —comenta sin dejar de acariciar a Brownie quien sigue aclamando su atención.

—Creo que le agradas —señalo a la gigante bola de pelo marrón que lame su mano. 

—También me agrada. No lo había visto antes por aquí.

—No lo traigo seguido, pero hoy necesitaba de su compañía —me encojo de hombros—, él me da paz y trae recuerdos agradables.

AZUL: Entre Tiempos Y Melodías (Bilogía Un Relato Musical #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora