Al abrir la puerta la fría ventisca de la noche golpeó su rostro, suspiro viendo su propio aliento en forma de vapor antes de desaparecer con la brisa, que desde esa altura era mas intensa. No tardó demasiado en encontrar la razón por la que estaba en la terraza, ya que la mata de cabello dorado y rojo se veía demasiado brillante comparada con la oscuridad presente esa noche.
Una vez más dejo escapar su aliento, acercándose lentamente al cuerpo mas grande sentado en el borde del enorme edificio, con cada paso permitía que su mirada viajara por los mínimos detalles de su vestimenta, aquel traje de aspecto caro estaba salpicado de gotas carmín oscuro, el saco del traje estaba en el suelo cubierto casi en su totalidad de la misma sustancia que había en su ropa, claramente no era suya.
Una vez estuvo detrás de el tomó su hombro, pero de un movimiento tan rápido que fue incapaz de percibir su muñeca fue atrapada y su frente golpeo el cañón de la pistola en manos del contrario, sus pupilas estaban dilatadas y la cantidad tan grande de emociones reflejadas en sus ojos le hicieron querer dar un paso atrás, no, quiso no haber comenzado ese horrible camino hecho con la sangre derramada de terceros.
Un pequeño sollozo lo saco de sus pensamientos, el frío metal desapareció de su piel cuando el arma cayó de las manos del mas alto, su muñeca al igual que la pistola fue liberada. La expresión tan seria que asé unos momentos había portado su mayor cambio radicalmente a una llena de arrepentimiento y en sus ojos ahora predominaba la melancolía, el contacto visual no duro demasiado antes de que su rostro fuera cubierto por sus manos manchadas de sangre seca, aprisionado las lágrimas entré sus dedos y callando los sollozos mordiendo fuertemente sus mejillas internas.
— Tomu-
— No puedo — Su voz ahogada interrumpió al otro — Debería odiarte, nos llevaste a este resultado tan... Horrible, éramos solo niños y yo... Apenas me di cuenta de eso fue demasiado tarde, ya había matado a alguien, todo fue por ti y... — Sollozo — Draken... Kazutora... Baji, porque ha ellos?
Volvió su vista a Kisaki, quien observó sus ojos llenos de lágrimas sintiendo su pecho pesar demasiado al notar que cualquier sentimiento negativo en su mirada no era dirigido para el, sino para si mismo.
— Debería odiarte y quiero hacerlo, pero me ayudaste tanto aunque... Probablemente fuera para que estuvieras en esta posición ahora mismo — Elevó su mano señalando la gran cantidad de edificios en Tokyo — Eso fue lo que me planteé al inició pero... Soy consiente de eso Kisaki, si tan solo hubiera sido en otras circunstancias quizás tu...
Se interrumpió al notar las gotas descender por las mejillas de Kisaki, a pesar de su expresión sería su mirada expresaba demasiado, brillando en el arrepentimiento más puro que pudo presenciar alguna vez.
— Lo siento por ponerte en esta posición, es solo que... Desde que entraste a mi vida la cambiaste tanto y... No quería estar más tiempo en silencio al respecto, cuando ellos se fueron tu me consolaste y me ayudaste tanto en mis arranques de ira o los ataques de ansiedad — Suspiro una última vez, volviendo su vista a la ciudad de Tokyo — Se me hace imposible pensar que ésto es lo qué haras ahora, aun no lo entiendo y no quiero una explicación, supongo que en todo el tiempo que estuve hablando lo acepte, después de todo, porque razón estarías en la terraza ahora?
Las lágrimas salían sin control por sus ojos mientras su mirada estaba fija en la larga cabellera de Tomura, después de todo no se sorprendía de sus últimas palabras, el mayor podía leerlo tan bien como un libro abierto, tanto que incluso sabría de sus mas oscuras intenciones con solo dedicarle una pequeña sonrisa.
Tomura sintió las manos del contrario en su espalda, cerrando los ojos dispuesto a aceptar su horrible destino.
Cayó de rodillas a la terraza, ahogando los sollozos con sus manos sin poder creer que lo que había provocado, Tomura fue parte importante de su plan, pero sobrepasó la barrera teniendo un efecto demasiado grande sobre su vida, el haberse encariñado con el mayor no estaba ni por mucho dentro de sus opciones, pero fue inevitable, el miedo simplemente lo cegó para mal, ahora si levantaba la mirada solo vería el reflejo de la dorada cabellera desaparecer por última vez.
Se arrepentía de muchas cosas, desiciones erróneas, momentos en los que no logro ayudar a sus amigos simplemente porque su cuerpo no respondía a sus órdenes, derramar sangre de forma injusta, cada pensamiento negativo se vio disipado por el dolor físico mas grande que pudo sentir en su vida, primero fue en su cabeza luego se extendió por todo su cuerpo, no merecía una muerte instantánea como creyó que sería, lo acepto a medias, ya que ese dolor no era nada comparado con el que causo en esos años a tantas personas.
Sus momentos de agonía no duraron demasiado antes de cerrar los ojos, pero fueron suficientes para pensar una última vez en las personas que quisiera ver una vez más si la oportunidad se diera, principalmente deseaba disculparse con su hermanito, alguien tan puro no merecía la vergüenza de vivir sabiendo quién y como era su hermano mayor.
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BURNING. | Tokyo Revengers
Fanfic|BURNING| "𝕮𝖔𝖓 𝖘𝖔𝖑𝖔 𝖆𝖈𝖊𝖗𝖈𝖆𝖗𝖒𝖊 𝖞𝖆 𝖘𝖎𝖊𝖓𝖙𝖔 𝖒𝖎 𝖎𝖓𝖙𝖊𝖗𝖎𝖔𝖗 𝖆𝖗𝖉𝖊𝖗"