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—¿Estás escuchandome? —cuestionó Tsukki, ya que no le había contestado y asentí— ¿Qué dije?

—Me dijiste oye, Yamaguchi —replique.

—¿Y después?

¿Después? Me metí tanto en mi pánico que ya no escuché lo demás. Solo alcé los hombros en respuesta.

—Te dije que si mañana nos iremos directo a mi casa saliendo de la escuela o quieres ir a la tuya por tus cosas —explicó.

—¿Eh? —cuestioné confundido, pero recordé que me pidió ir a su casa a dormir mañana — Ahh, iré a mi casa por mis cosas y después voy a tu casa.

—De acuerdo.

Íbamos doblando la esquina del pasillo en silencio.

—¡Tadashi! —escuché que gritaron y volteé, Azumi-san corría hacia mí con mucha felicidad.

—Buenos días, Azumi-san —saludé cuando llegó a lado de mí.

—Vamos al cine sábado.

—¿Eh?

—Quiero ir a ver una película y no pensé en nadie mejor que tú para acompañarme.

—Yamaguchi y yo tenemos planes, no puede —respondió Tsukki sin darme la oportunidad de contestar.

—Que raro, creí que ahora preferías pasar más tiempo con tu novia y por eso hiciste a un lado a Tada-chan —repuso Azumi alzando una ceja y viendo de forma acusadora a Tsukki.

—¿Es tu asunto? —cuestionó Tsukki.

—Si, porque Tadashi en mi amigo.

—Pues Tadashi es mi amigo desde mucho antes, así que mantén tus narices en tus propios asuntos.

Tsukki comenzó a caminar, me sentía extraño, sabía que estaba rojo. Era la primera vez que Tsukki me decía Tadashi. Me incliné levemente en forma de despedida hacia Azumi y corrí detrás de Tsukki.

—¿Hiciste la tarea? —cuestionó Tsukki antes de que entraramos al salón.

—Si, Tsukki. Aunque probablemente este mal en la tarea de química, no le entendí muy bien a la profesora —expliqué avergonzado.

Tsukki asintió y se dirigió a su lugar, me senté en mi pupitre.

—Toma, revisa tu tarea con la mía antes de que llegue el profesor —Tsukki me entregó su libreta de química y se fue a sentar.

Abrí su libreta un poco sorprendido y revisé mi tarea, tenía todo mal, me alegraba que Tsukki me dejara copiar. El día paso mucho mejor a comparación de los últimos días.

La hora del descanso llegó y Tsukki me dijo que iríamos a comer afuera. Salimos y nos sentamos debajo de la sombra de un árbol.

—Toma —Tsukki me dio una pequeña bolsa de papel y la abrí— Akiteru hizo algunas ayer y bueno... Se que te gustan.

Yo le sonreí ampliamente.

—Gracias, Tsukki —respondí tomando una de las galletas marmoleadas que estaban dentro de la bolsa, eran mis favoritos.

Comenzamos a conversar sobre todo y nada. Estaba contándole a Tsukki mi progreso con mis saques cuando escuchamos que alguien le gritaba.

—Hola, Akaane —saludó él cuando la chica estuvo lo suficientemente cerca.

—Kei, se que me dijiste que hoy no comeríamos juntos, pero... ¿Podríamos hablar? Solo un momento —pidió, se veía un poco apurada.

Tsukki asintió, se levantó y se alejaron un poco de donde yo estaba sentado. Se me fue el apetito totalmente, había sido un día demasiado bueno para ser cierto. Comencé a arrancar el pasto de alrededor para distraerme mientras Tsukki regresaba.

Las Estrellas Que Rodean La Luna | TsukkiYama +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora