[4]

4.6K 383 125
                                    

—¿Cómo a estado Akiteru? —cuestioné mientras nos cambiábamos.

—Bien —respondió secamente.

—Me alegro... ¿Y tú mamá? Hace mucho no la veo.

Estaba forzando la conversación, pero no me quería hundir en un silencio incómodo.

—Mi mamá está bien, ¿Hay alguien más por quien quieras preguntar o podemos terminar con esta conversación? —cuestionó con él ceño fruncido.

—¿Y tu papá...? —comencé a decir para hacerlo enojar.

Tsukki me empujó contra los casilleros haciendo que me sobresaltara.

—¿Tsukki?

—Callate, Yamaguchi.

—Gomen, Tsukki.

Todavía no me había puesto la camisa, así que sentí un escalofrío al sentir las manos frías de Tsukki recorrer mi cuello.

—Te deje algunas marcas, ojalá Yoshida las vea.

¿Yoshida? ¿Qué tenía que ver ella con todo esto?

—¿Por qué debería verlas?

—Para que sepa que no tiene oportunidad contigo —explicó besando mi frente—. Ponte la camisa o te resfriaras.

Me lanzo mi camisa y comenzó a acomodar su cosas dentro de su mochila.

Salimos rápido del lugar y caminamos en silencio hasta la parada. El autobús no tardó mucho en llegar y Tsukki se puso sus audífonos, yo estaba sentado del lado de la ventana viendo hacia afuera. Era irónico lo normal que era esta escena cuando hace menos de una hora estábamos en una situación muy comprometedora.

Llegamos a nuestra parada y bajamos.

—Nos vemos mañana, Tsukki —me despedí caminando en dirección a mi casa.

—No olvides pedirle permiso a tu mamá para quedarte en mi casa mañana —escuché decir a Tsukki a lo lejos.

—¡Si, Tsukki! —grité en respuesta.

¡Wow! No hay otra palabra para describirlo, solo ¡Wow!

Esto realmente había pasado, ¿Eso significaba que le gustaba Tsukki? ¿Ahora estábamos saliendo? ¿Seguimos siendo amigos? Bueno, mañana tendríamos la oportunidad de hablar.

El camino a mi casa fue rápido, cuando me di cuenta estaba atravesando la puerta de la entrada.

—¡Estoy en casa! —anuncié al escuchar la tele en la sala.

—Bienvenido, Tadashi —respondió la voz de mi madre—. ¿Quieres que te prepare algo de cenar?

—Por favor. Iré a cambiarme —respondí subiendo los escalones de dos en dos.

Llegué a mi habitación, arroje mi mochila a lado de mi cama y me cambie rápido. Sentía mucha energía, probablemente hoy no podría dormir.

Baje directo a la cocina/comedor que teníamos y me senté, listo para cenar.

—¿Cómo te fue hoy, cariño? Te vez muy animado. ¿Tu y Kei ya están bien?

Cuestionó mamá sirviéndome la cena. No pude evitar sentirme nervioso, ¿Cómo sabía que Tsukki y yo no habíamos estado bien? Y como si me leyera la mente, continuó.

—El mal humor que haz tenido solo podría provocar una persona. Kei es el único que te puede cambiar el humor tan drástic-

Ella misma se interrumpió y me vio con una sonrisa maliciosa.

Las Estrellas Que Rodean La Luna | TsukkiYama +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora