tres

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La mayor de los hermanos Young se encontraba feliz porque ya era viernes, pero cansada por lo que había sucedido anoche, para su buena suerte, sus padres fueron un poco duros pero entendieron que sus amigos lo hacían para que la chica fuera un poco más social.

Durante todo el transcurso del día no vio a Gabby por ninguna parte, y asumió que fue porque se quedó de las últimas en la casa del muchacho. Y cuando la hora de irse había llegado, sintió como la tomaban de la mano y la arrastraban a caminar por el pasillo, y no se tardó mucho en reconocer quien era, porque el frío de sus anillos lo delató.

—Debemos ir de compras, urgentemente—dijo sin dejar de caminar, ni siquiera la miró, pero Dalia sí miró a Hunter. Se quedó viendo su perfil por unos segundos y pudo darse cuenta de lo lindo que era, junto con la diminuta sonrisa que tenía —Skullfuckers está naciendo de las cenizas y debes presenciar todo el proceso.

Salieron de la escuela y se subieron al auto de Hunter, el cual puso música mientras esperaban al baterista. Dalia aprovechó de mandarles mensajes a sus hermanos diciéndoles que ella saldría con los chicos por la tarde.

—¿Escuchaste las canciones que te envié? —le preguntó mientras la miraba por el retrovisor.

La ondulada quitó su mirada del teléfono y respondió —Sí, la de los beatles era la única que conocía, mi papá se la canta a mi mamá.

—Cool... —murmuró sonriendo. Se volvieron a quedar en silencio mientras "Domination" de Pantera comenzaba a sonar. Young recordó las palabras que su amiga le había dicho y comenzó a preguntarse si todo lo que ella pensaba era verdad, si de verdad le gustaba a Hunter pero estaba demasiado cegada por el miedo que no lo dejaba ver.

—¿Por qué nos mandamos canciones?

—¿Qué?

—¿Por qué siempre nos mandamos canciones? —volvió a preguntar, pero esta vez un poco más fuerte— ¿Es solamente para que yo sepa cuáles canciones estás escuchando en el momento o tiene otro significado?

La pregunta dejó asustado a Hunter, obviamente lo hacía como indirectas pero ella no las entendía, o eso pensaba él, ¿debía decirle lo que sentía o seguir guardándolo y perder como en la guerra?

—¡Hunter!

—Obviamente es con otro significado aparte de que escuches un poco de mi música... —respondió apartando la vista.

—¿Cuál?

—¿Es un interrogatorio? —respondió Kevin mientras se asomaba por la ventana del auto, Hunter le sonrió aliviado y se pusieron en marcha.

Iron Maiden sonaba en el auto y mientras iban en la calle, Dalia sacó su laptop de la mochila y comenzó a jugar "The Binding of Isaac" para intentar cambiar sus nervios, los cuales estaban a flor de piel al saber que muy probablemente le guste a su amigo.

No sabía que le estaban hablando hasta que chasquean los dedos al frente de la pantalla, era Kevin quien le avisaba que ya habían llegado.

—Vayan ustedes, yo me quedo acá cuidando el auto. —sonrió volviendo a retomar el juego.

—¿Por qué no quieres salir? —insistió Schlieb acomodándose en el asiento del auto, Young se veía tan concentrada lanzando los ataques que Kevin se acordó cuando años atrás Dalia jugaba Super Mario 64 a mitad de la clase.

—No me gusta perder...

—¿No quieres estirar las piernas? —el chico no hizo más que suspirar rendido al ver cómo lo ignoraba, salió del auto Y corrió donde Hunter lo esperaba con mala cara— Al menos yo si intentaba arreglar las cosas con ella —murmuró pasando por su lado.

Hunter dio un grito de frustración y volvió a caminar a su auto, y en cada paso que daba se sentía más dudoso de su actitud, él no quería perder su amistad con Dalia pero ella era lo que más quería y no quería mandar los años de amistad por la borda. Abrió la puerta trasera y vio a la ondulada pegar un respingo mientras afirmaba el objeto en su regazo, no puedo evitar pensar en lo linda que se veía ese día y se sentía un completo cursi.

—No puedes quedarte en el auto

—¿Por qué no? —preguntó nerviosa ante su mirada.

—Porque no sabes defenderte. —dijo ayudándola a bajar del auto, cerró la puerta y entrelazó sus manos para entrar a la tienda.

[. . .]

Finalmente, luego de comprar una batería gigantesca, iban de camino a la casa de la fémina para luego ir a dejar las cosas en casa de Kevin, Dalia se había preocupado por la hora y les exigió que la dejaran en su casa en ese mismo instante.

—Lo que necesitamos ahora es un bajista y la banda estaría completa

—Yo conozco a un chico que sabe tocar la batería, pero no sé si querrá tocar con nosotros. —le respondió el de gafas a su amigo, la chica se mantenía lejana a esos temas por su nula experiencia musical.

—Podrías preguntarle cuando nos podríamos juntar para poder conocernos... —murmuró el de melena mientras frenaba fuera de la casa de su amiga. Dalia se desabrochó el cinturón de seguridad y se despidió de Kevin con un ademán junto con una sonrisa. Hunter bajó del automóvil y la acompañó hasta la puerta con las manos en los bolsillos, ambos se detuvieron en el porche de la casa y se sumieron en un silencio en que la tensión era aún más palpable— Lamento ser tan estúpido.

Rió— Lo eres unas veces, pero te perdono.

Hunter suspiró intentando encontrar las palabras correctas, cosa que se le complicó así que pasó una mano por su cabello y dejó que todo fluyera —Durante mucho tiempo, años, quizás, me sentía muy extraño al estar cerca de tí, y hace unos meses entendí que significaba...

—¿Qué significa? —preguntó confundida y nerviosa.

—¡Oh, vamos! —rió— Da igual, no podría decirlo así... —suspiró mientras se acercaba a ella y la abrazaba, sintió los delgados brazos de la chica pasarse por su cintura— Dame unos días, un tiempo y encontraré la manera de decírtelo y que valga la pena.

—Está bien. Mi ansiedad puede esperar —respondió sintiendo su perfume. Estuvieron unos segundos abrazados hasta que el claxon del auto los separó. Ambos se separaron divertidos, el chico se despidió con una sonrisa mientras volvía al auto y la fémina entró a su casa con las mejillas rojas al saber que podría gustarle a Hunter Sylvester. 






joeyking comenzó a seguir a younggez

sabbra cadabra, 𝗁𝗎𝗇𝗍𝖾𝗋 𝗌𝗒𝗅𝗏𝖾𝗌𝗍𝖾𝗋.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora