sabbra cadabra, 𝗁𝗎𝗇𝗍𝖾𝗋 𝗌𝗒𝗅𝗏𝖾𝗌𝗍𝖾𝗋.

cinco

La ensoñación excesiva estaba apoderándose de Dalia en muy poco tiempo, en pocas horas, mejor dicho. Se había pasado todo el día pensando e imaginando escenarios con Hunter que no la dejaban concentrarse en clases ni en el proyecto de Historia, cosa que no pasó desapercibida para Montt la cual comenzó a bromear mientras Emily reía.

La ondulada estaba en su habitación terminando sus deberes cuando una llamada de Kevin la interrumpió.

—El día de hoy, Kevin Schlieb se hará escuchar.

—Wow, que liberal, Kevin —rió—¿Qué sucede?

—Le diré a tu novio que Emily es nuestra salvación, hoy, en la tarde. Estás invitada al evento. —Kevin se sentía tan seguro de sí mismo que hablaba con tanta seguridad que impresionaba a Maurie, la estaba en silencio intentando digerir sus palabras.

—...¿Bueno? Supongo que me vendrás a buscar para ver la pelea en primera fila.

—Claro, también pasaremos a buscar a Emily. ¡Nos vemos, Dalia! —dijo antes de colgar la llamada. Dalia rió un poco para luego cambiarse perezosamente su pijama.

Cuando llegamos a casa de Hunter, el chico no nos recibió con muy buena cara, no se dio la molestia de ocultar su rostro de desagrado al ver a Emily, pero luego me recibió con un abrazo y un pequeño beso. Bajamos todos a su cuarto en un silencio incómodo, Kevin y Emily se separaron para hablar en privado mientras Hunter se sentaba a escuchar sus argumentos, estaba segura que con su terquedad no aceptaría a Emily en la banda.

—Nos quedan dos semanas y ella puede aprender todo en dos días —hablaba Kevin frente a nosotros. Estabamos sentados en unos pequeños sillones negros, los cuales de seguro eran más costosos que mi casa.

Había escuchado un par de veces a Emily con su chelo, y era muy buena, y considerando las nulas posibilidades de los chicos para conseguir a un baterista, estaba de acuerdo con que Emily fuera un integrante de su banda.

—No es nada personal, Emily. —habló Hunter, estaba más que claro que no estaba interesado con tener a una mujer en su banda, cosa que era muy estúpido— Solo que no es congruente con la imagen que queremos dar... como ya le había dicho a Kevin —masculló.

—¿Es porque es una chica?

—Está claro que es por eso —bufé rascando mi cabeza, ¿ya dije que el pensamiento de Hunter es estúpido?

—¿Qué hay de Joan Jett? —dijo Emily— ¿No que es la mejor?

—Es de The Runaways.

—¿Lita Ford? —murmuré viendo el perfil de mi novio.

—Es de The Runaways... —volvió a mascullar, pero Kevin no se dio por vencido— Kevin, Kevin, Kevin, ¡Kevin! Somos una banda de metal, no una banda de metal indie ni de alt metal, y no somos una banda como de metal, somos una banda de metal. Y que tengamos a una chelista en lugar de un bajista sería completamente gay.

—¿Con qué derecho dices eso? —inquirí luego de ver todos los posters en su habitación, en la gran mayoría eran de hombres semidesnudos o de dibujos algo dudosos.

Mis otros dos amigos me dieron la razón, mientras que él decidió ignorarme —Debes tener todo eso en cuenta, Kevin.

—¿Gay? —dijo el de gafas completamente indignado— Nuestra banda se llama Skullfucker ¡Skullfucker! ¿Así deseas impresionar a las chicas? ¡Es un milagro que una mujer como Dalia esté saliendo contigo, Hunter! —auch, pero bien merecido— Moriremos vírgenes con una banda llamada así.

La sala se quedó en un completo silencio, aunque me parecía de lo más normal, no había por qué apresurarse a tener relaciones sexuales.

—Oh vamos, como si ella no supiera... —dijo Hunter. Mientras Kevin intentaba darle explicaciones a la de rulos, me levanté suspirando del sillón, dispuesta a irme del lugar. —¿A dónde vas? —Hunter preguntó a mis espaldas, asumí que se había levantado y caminando tras de mí.