En torno a la estrella gigante roja denominada Raansher era orbitada por un sistema estelar desarrollado, el cual constaba de cuatro planetas de tamaño similar a la Tierra cuya gravedad era muy cercana a la estándar, aunque sus atmósferas nunca favorecieron la formación de vida, pero resultaron bastante ricos en minerales y demás insumos básicos para la producción de todo tipo artículos dentro del imperio drakerión, en torno al cuarto mundo la Naval Armada Imperial construyó una estación, aunque de inicio fue una colonia con los años el gobierno central agregó varios astilleros junto con una fuerte guarnición militar, además de una escuela de ingenieros.
El transporte llegó al hangar, sus puertas se abrieron y permitieron descender a sus pasajeros, entre ellos iba una chica drakerión de nombre Doorahyl, cargaba casi sin ganas su maleta con sus escasas pertenencias, procuraba ocultar con su capa negra algo sucia en su parte baja el atuendo que la delataba como miembro del culto a Ytrin, pero su cuchilla ceremonial resultaba casi imposible de esconder y mucha gente prefería no cruzar palabra con ella por miedo a lo que representaba. Su viaje había sido lo más lejos posible del área de influencia del grupo de batalla de su primer amante el señor de la flota Bryce, ya que fue expulsada luego de un incidente con aquel almirante tan afamado.
El oficial de ingresos la observó con desgano, no sabía si pedirle que se separase de la fila para inspeccionarla: primero estaba aquella cuchilla ceremonial, luego seguía la pistola de plasma, y por último el exoesqueleto motorizado de batalla de placas ablativas con símbolos del alto clero. En cuanto la mano enguantada se lo entregó, él revisó de manera detenida el documento de identificación percatándose que tenía todos los permisos requeridos para portar semejante equipo, aunque la fémina de los Nagath Smaert que tenía enfrente no se veía con el porte que se contaba en las historias de ellas, entonces con un gesto de desgano inscribió en la placa el permiso de ingreso y se la regresó, entonces fue cuando la escucho hablar.
–¿Hay templo en esta estación oficial?
–Sí n'ga fendareel -respondió tranquilo el oficial-. Siga el pasillo principal hasta llegar a los elevadores, baje tres niveles en cualquiera, gire a la izquierda camine unos treinta metros y llegara al santuario del ojo de Ytrin, que tenga un buen día.
–Eso espero oficial -contestó la fendareel tan desganada como él mientras guardaba su identificación en la maleta la cual cargaba sin problema con una de sus manos.
–¡El siguiente! -volvió a decir aquel hombre.
Los pasos de la chica resonaban en aquellos pasillos con una circulación mediana de personas, descendió por aquel ascensor acompañada por otros cuatro inmigrantes de los cuales ninguno le dirigió la palabra, no supo si toda la parafernalia del templo intimidaba a sus acompañantes. Las puertas se abrieron en el nivel al cual iba, la iluminación no resultaba la mejor que ella hubiere visto en sus viajes en otras estaciones ya fueran de combate o incipientes colonias situadas en el espacio profundo.
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Doorahyl [Temporada I-Concluida]
Science FictionLa Galaxia en espiral de de Lianvathis es el hogar de diversas especies, la más agresiva y avanzada son los drakeriones, cuyas fuerzas controlan una basta franja de ese espacio aunque hay otras especies quienes le disputan ese espacio. Para evitar p...