Los sonidos de bofetadas y gemidos resonaron en la habitación de la pareja que estaba ahora en ella.
- ______, ya no puedo más, ¡ay, no puedo! -dijo Takemichi, apretando tu espalda cada vez más fuerte con sus dedos y uñas.
-Vamos, cariño, puedes tomar un poco más por mí, ¿de acuerdo? - Dijiste, pasando tus manos por el estómago de Hanagaki.
Él solo gimió y una nueva tanda de lágrimas fluyó de sus ojos. ¿Cuánto tiempo ha estado corriendo? ¿4 veces? ¿Quizás 5? Ya no entendía. Lo único de lo que era consciente era de tu polla hundida en su culo. Sintió cada sacudida que movió sus entrañas. Sintió cada toque tuyo en su cuerpo. La forma en que tu mano recorrió suavemente su estómago, costillas, pecho, tu dedo rodeó su pezón, haciéndolo gemir, las clavículas, el cuello y luego...
¿Todo? Cuello. Sintió que tu mano se envolvía alrededor de su cuello, presionando hacia abajo en el medio, haciéndolo jadear y gemir por la pérdida de aliento. Sintió que profundizabas tus embestidas. Sintió su mano presionando en diferentes partes de su cuello, de vez en cuando trazando los chupetones y mordiscos colocados anteriormente. Sintió que se correría 6 veces... ¿O tal vez 7 veces? Quién sabe.
-Michi, eres tan sucia… ¿Te gusta que te apriete el cuello? ¿Estás listo para correrte solo con la sensación de mi mano? Chico sucio… - dijiste, poniendo tu otra mano en su cuello, soltando su trasero.
-¡N-no! ¡Agh, no! No puedo… - dijo, corriéndose en su estómago cuando le apretaste el cuello con especial fuerza.
Sintió que besabas sus mejillas donde estaban sus lágrimas y las lamías. Se rió del gesto, solo para descubrir que reanudaste tus embestidas y le apretaste el cuello con más fuerza.
-Vamos cariño, te voy a follar hasta que dejes de hablar. - dijiste, apretando de nuevo el cuello de tu novio.
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