Un amor no tan sano

Prólogo

La Port Mafia. No la odio, para nada, pero la serie de sucesos que me trajeron hasta aquí...me produce un profundo grado de desprecio. Y todo por ese maldito suicida que pusó a mis amigos en mi contra. Estoy consciente de que mi relación con ellos no era la mejor, que me usaban, pero al menos no estaba solo, era útil para alguien, por eso una parte de mi le agradece a Dazai por darme la oportunidad de unirme a una organización en la que puedo tomar más decisiones por mi mismo, una en donde reconocen mis habilidades, eso lo pienso desde mi parte lógica. La otra parte, bueno...culpa a Dazai por mi soledad y el sentimiento de traición que me marcó, lo odio por eso, arruinó mi vida.

"Si yo no puedo tenerlo, él menos"

Empecé a seguirlo cuando vi que se llevaba bien con uno de sus subordinados, me molestó pensar en que el podría tener amigos y yo...yo los acaba de perder, por su culpa, yo solo tenía a Dazai y a la Port Mafia sería injusto que la momia tuviera más que lo mismo, así que, me aseguraría de que nadie se le acercara más de lo debido, nunca llegó a pasar nada, resultó que no tenía amigos ni parecía permitirse tenerlos, aún así, continúe con mi vigilancia, supongo que me ganaba la paranoia.

Él es muy bueno notando cuando alguien lo sigue, al principio estaba seguro de que sabía que alguien lo veía, pero, con el tiempo creo que mejoré o simplemente se acostumbró a mi presencia, pues ya no mostraba señales de notarme.

Con el tiempo, el observar a Dazai comenzaba a tomar otra forma, no sólo me fijaba en las personas con las que hablaba, sino también en sus gestos, sus expresiones, su cara, su cabello, su cuerpo...

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Nuestros horarios coincidían, por eso no era difícil seguirlo después del trabajo. Él tenía tres actividades preferidas para hacer después del trabajo, una de ellas era el caminar directamente a casa, otra era parar en un bar llamado "Lupin" y salía de ahí después de unas 3 o 4 horas, y también estaba cuando se detenía al borde de un puente y se quedaba viendo el agua por un largo rato, así que, seguirlo no era la actividad más divertida y entretenida de todas, de hecho, su rutina aveces me aburría tanto que estuve a punto de dejar de seguirlo pero era posible que una vez dejara de seguirlo él podría empezar a conseguir amistades, y eso no podía ser, no lo merecía, no lo permitiría, ya había pasado un tiempo y nada, no parecía juntarse con nadie ni permitirlo, habían personas que se le quedaban viendo, aveces hasta de más, con la clara intención de acercarse, me molestaba eso, algunas lo hacían, se armaban de valor para acercarsele pero eran de una u otra manera ahuyentadas por Dazai, no parecía necesitar mi ayuda para mantenerse solo, así que, decidí dejar de verlo, no tenía caso perder mi tiempo así, pero empecé a entretenerme con otras cosas, como por ejemplo, la manera en que caminaba, o las expresiones que hacía cuando encontraba un gato por ahí o cuando parecía estar tan concentrado en su mundo de deprimente fantasía, que no notaba cuando había una piedra en la calle y estaba a punto de resbalarse, era divertido, de hecho algunas cosas se me hacían de lo más tiernas, como cuando ponían en oferta las vendas o compraba cangrejo para llevar, sus ojos muertos parecían brillar de emoción cuando eso pasaba, habían detalles pequeños, gestos pequeños que hacían que observar a Dazai dejara de ser tan aburrido, puede que sus actividades sean las mismas siempre pero la manera en la que él se sentía no, y eso hacía que cada reacción fuera una sorpresa.

Desgraciadamente no podía verlo todos los días, tenía cosas que hacer, algunas misiones o mis compras. Cuando no podía verlo me asombraba la falta que me hacía, así que, decidí que la próxima vez le tomaría una foto para al menos verlo cuando no pudiera seguirlo. Con esto en mente, cuando lo seguí al día siguiente me dedique a mirarlo más detalladamente para asegurarme de que la foto sea perfecta, el problema era que hoy era uno de esos días en donde se dedicaba a caminar y comprar cosas, así que, se movía mucho, me rendí por hoy, sería imposible tomarle una buena foto, si se la pasaba de un lado a otro. Probé el día siguiente, y nada, ese día fue al bar y casi no lo vi.

Después de una semana, lo logré, era una foto de él mirando fijamente el mar en el borde del puente, su expresión era la de alguien que está extremadamente perdido en sus pensamientos, la foto era buena. Y él se veía...muy bien, bastante, de hecho. Orgulloso de mi trabajo me dirigí a mi departamento para guardarla.

Luego de eso todo transcurrío normal, trabajo, seguir a  Dazai, regresar a mi departamento para dormir, despertarme y hacer todo de nuevo. Pero no, extrañamente no me aburría, cada noche me encontraba deseando ver que cara tendría Dazai mañana, eventualmente Dazai se convirtió en el centro de mis pensamientos, pero no se me hacía raro, es decir, es normal pensar en tu compañero, así que lo dejé pasar.

Un día como cualquiera estaba esperando a que Dazai saliera del bar al que acostumbraba ir, hoy se estaba tardando más de lo normal, pero no era que me preocupara, Dazai era completamente capaz de defenderse, luego de unos minutos más, salió, parecía haber tomado de más, tenía las mejillas ligeramente sonrojadas y parecía que en cualquier segundo se quedaría dormido, imbécil, claro que podría ayudarlo si llegase a caerse pero él no lo sabe y aún así, permitió terminar en ese estado. Se veía lindo así, el ligero tono rosado en sus mejillas y desorientado...sí, se veía muy bien, era una nueva expresión, y me gustaba, mucho, pero quité esos pensamientos de mi mente, tenía que estar alerta por si en algún momento colapsaba. Afortunadamente no se cayó, tambaleaba un poco pero parecía poder caminar sin accidentes. Por un momento pensé que se quedaría dormido en medio de la calle y eso sería una molestia...Eso me recuerda, yo nunca he visto a Dazai dormir, ¿Cómo lucirá? Es injusto que solo él me haya visto dormido e incluso desmayado (por usar corrupción) y yo nunca lo haya visto así, por un momento me lamente de que no hubiera colapsado pero hubiera sido una molestia que se durmiera en medio de la calle, así que, no me quejaba.

Hoy había descubierto que Dazai podía hacer otro gesto que no fuera uno apático o burlón, no podía esperar para ver que otro tipo de caras podría ver si seguía observándolo...