Extra

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Las manos del pelinegro estaban inquietas mientras, bajo la atenta mirada de su amigo, se paseaba de un lado al otro por la sala. Pasaban ya los tres años desde que Loki conoció a aquel rubio que lo enamoró en un par de días, ahora vivían juntos en un pent-house que  Thor había escogido para ellos dos, y aunque trató de negarse y convencerlo de que no era necesario, acabó aceptando luego de una apasionada sesión en el jacuzzi. ¿Quién se negaba a eso?

 Aunque lo compraron en su mayoría equipado, habían cosas que no acababan de convencer a la pareja, MUCHAS cosas, por lo que él mismo se había encargado de la decoración luego de eso. Los sofás, las luces, las sábanas de la cama, la pintura, los muebles, la cocina. Cada cosa que no le gustase al ojiverde, fue cambiada bajo la gestión del mismo. Su novio le había facilitado el dinero y la madre de éste le recomendó un gran equipo de remodelación. Todo lo que el chico quiso, así mismo lo realizaban ellos. Le agradeció muchísimo de eso a su suegra. El trabajo en el pent-house se terminó en dos días debido a la eficiencia del equipo, y a que Loki tenía sus ideas claras. Ahora estas mismas eran un revoltijo.

Parecía que en cualquier momento haría un agujero en el piso de madera clara y caería hasta el departamento de abajo, y mientras él se desesperaba, su castaño amigo se mantenía en silencio, muy tranquilo, sin decir nada, sentado en el medio del sofá blanco para tres personas. 

-Dios...-Suspiró frustrado. Comenzaba a perder la paciencia. Habían pasado diez minutos y el pelinegro no sabía si soportaría los otros cinco que restaban, aunque tampoco estaba seguro si quería que avanzara el tiempo.

-¿Podrías calmarte un poco?- Le habla finalmente la única persona el lugar, además de el mismo.- Vas a acabar por desgastar el piso si sigues así.

-¡¿Cómo quieres que me calme Tony?!- Regañó el chico mirando fijamente a su compañía.

-Siéntate, respira hondo, y espera un poco más. Es solo una prueba Loki, no el fin del mundo.

-Lo dices porque no eres tu el que se la está haciendo.- Sentencio aún alterado.-¿No lo entiendes? Ni siquiera se que haré si es positivo, no se como se lo tomaría Thor.

-Oye, Thor te ama, más que a nadie. Si no comienza a saltar de la alegría, tampoco te va a odiar.- Y aún cuando las palabras del castaño tenían las mejores intenciones, acabaron por estresar más a su amigo.

-Joder...-Debió sentarse finalmente, los malditos mareos eran otra cosa que lo tenían harto.

-Hey. Un bebé no es el fin del mundo. Entiendo, no están casados ni nada por el estilo, pero ambos son adultos Loki.- Tony se levantó del sofá y caminó hasta la cocina, al volver, traía un vaso de agua para su amigo.- Y siempre que necesites algo, me tienes a mi. Siempre .- Sonrió con cariño a su amigo y le entregó el vaso en sus temblorosas manos, mientras el pelinegro le devolvía la sonrisa. 

-Gracias Tony... Y dime, ¿cómo va todo con Steve?- Preguntó luego de dar un trago al vaso, en un intento por distraerse a si mismo y por el genuino interés que siempre había tenido con respecto a la felicidad del hombre que consideraba un hermano.

-Muy bien, ya en un par de días comenzaremos la mudanza hacia el nuevo departamento.- Habló el castaño con una sonrisa más que enamorada.

-Me alegra que finalmente decidieran mudarse juntos.- Contestó sinceramente, dejando el vaso en la mesa de cristal. 

-Si...pero...-El doncel dudó si continuar con sus palabras, pero al ver lo preocupado que se veía Loki ahora, suspiró y continuó.- ¿Qué tal si es muy pronto?-Preguntó mirando al suelo. 

-¿Muy pronto?- Consultó, confundido y dudando si sus oídos le fallaban.- 

-Si...ya sabes...¿no fue una decisión muy precipitada?, ¿qué pasará si se arrepiente? 

Daddy- ThorkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora