𝙎𝙘𝙖𝙧𝙮 𝙇𝙤𝙫𝙚 [Dazai x OC]

Oh dulce suicidio

Caí en tus brazos anoche, fue agradable.
Morí en tus brazos anoche, me resbalé al más allá y fue agradable.
–Mother Mother, Arms Tonite.

~•~

Izumi Tenda era una joven nada singular, y ese quizá era lo más memorable que podría describir de sí misma.

“Existen dos tipos de belleza, la que te da ternura y la que te invita a pecar” decía su madre con diversión cuando de niña le preguntaba sobre sus futuras relaciones con aquel príncipe encantador que la rescataría de un castillo como a su princesa favorita.

Si su madre no mentía entonces Izumi era la primera categoría. Mejillas redondas y ojos lindos, no estaba tan mal era lo que se decía todas las mañanas antes de exponerse a un mundo lleno de prejuicios. Subió su pantalon y casi arrastrándose llegó a la cocina.

“Los reportes son la peor parte del trabajo” Dazai tenía razón, lo confirmó de la peor manera.

Un día despues de su ayuda como detective llegó al trabajo esperando ser felicitada por resolver su primer caso y de forma oficial ser útil. No fue lo que pasó pues Kunikida le pidió amablemente su reporte.

“¿Reporte?“ preguntó incredula.

“¿Dazai no te dijo?, debes entregar un resporte de los casos que se te asignan” frotó el puente de su nariz, no estaba molesto con ella, por otro lado estranguló a Dazai apenas se acercó a molestar “¡Por tu culpa nos retrasamos en archivar los casos!”.

Por lo menos Atsushi la felicitó junto a Kyoka. Ya podía hacerse una impresión de ambos: La niña era inteligente pero una lisiada social, y Atsushi era casi lo mismo pero más distraído.

El solo recordar que Kunikida la regañó por olvidar el nombre del abogado la hizo suspirar desanimada. Sirvió su té resignada a morir vieja y acabada junto a un montón de comida rápida por su incompetencia, porque por mucho Izumi era una joven dramática.

Salió de casa encontrando al castaño recargado en el barandal sonriendo—. Buenos días, Izumi-chan.

—Buenos días. Y solo para que lo sepas no soy mucho más joven que tú— “No es divertido” pensó mientras revisaba una última vez su celular y puso llave a la cerradura—. Listo, ya podemos irnos.

—Cualquier mujer menor que yo me parece adorable…tal vez la mayoría— estiró los brazos haciendo que sus articulaciones sonarán alto.

—Tienes como veinte— “Aunque tus huesos sean los de un anciano”.

—Veintidos, y mis articulaciones sesenta y cinco— bueno, si le parecía divertido.

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—No tuve la oportunida de felicitarte ayer por tu primer caso resuelto, así que lo hago ahora, espero que sigas con un trabajo eficiente— Era Sigma.