Miré sus pies. Sus largas piernas. Su torso. Su ancho pecho. Su cuello, donde una vena me suplica ser intervenida por mí. Y finalmente sus azulados ojos. Mierda. Es Sam.
- Hola - volvió a hablar sonriendo de lado
- Hola - susurré agachando la cabeza
- ¿Soy yo o tus ojos no eran cafés? - preguntó confundido buscándome la mirada
- ¿De qué hablas? Son cafés - dije nerviosa. Cosa extraña en mí - disculpa, debo irme
Salí, literalmente, corriendo de allí y llegué al baño, que afortunadamente estaba vacío y me dispuse a colocarme las putas lentillas.
[...]
- ¡¿Y te vio?! - gritó Emma desesperada y aterrada
- Si, pero tranquila, no dejé que viera "bien" mis ojos - hice las comillas con los dedos
Estábamos caminando por los corredores hasta la cafetería. Dato curioso: nosotros no comemos las mismas cosas que los humanos, así que en vez de "almorzar" simplemente nos sentaremos allí y conversaremos.
- Debes ser más cuidadosa, Hailey - me regañó - no podemos arriesgarnos a que nos descubran
- Lo sé, pero tranquila. Eso no pasará, los humanos no son tan inteligentes para eso - le quité importancia encogiéndome de hombros
- No lo creas, ya sabes lo que pasó con Brandon, nuestro creador... No todos los humanos son iguales - colocó una de sus manos en mi hombro
- Ok - gruñí
Cuando llegamos a la cafetería el hedor placentero de la sangre humana llenó mis fosas nasales haciendo un martirio a mi pobre garganta.
Di un respingo y aguanté la respiración, después de todo, no la necesito. Emma posó una de sus manos en mi hombro y me dio una mirada de "te entiendo".
Nos formamos en la fila para retirar la comida y todos alrededor hablaban animadamente mientras que yo me moría por devorarlos a todos.
Una vez que tuvimos las bandejas en mano, nos sentamos en una de las mesas, que se encontraban vacías, y lanzamos la comida en ella.
- ¿Sabes? Estoy pensando seriamente en limarme los colmillos - le susurré en medio de una pequeña risa - me delatan cada vez que quiero cazar - hice un puchero
- Son instintos Hailey, pero contrólalos. Fíjate que abres la boca y se notan demasiado - hizo una mueca. Cubrí mi boca con la bufanda por milésima vez en todo el día
- Lo siento, pero la chica de dos mesas hacia allá... - la señalé disimuladamente -... es O negativo. Me está matando el olor - mi cara era de una verdadera tortura. ¿Y cómo no?
- Tranquilízate, esta noche saldremos a cazar - me quité la bufanda y sonreí profundamente. Emma me regañó con la mirada - Cubre. Tus. Putos. Colmillos - dijo entre dientes diciendo cada palabra por separado
- Ok, ok, ya - dije y volví a colocar la bufanda sobre mi boca
Realmente con Emma no tenemos mucho tema de conversación. O sea, me explico: no es que nos llevemos mal o algo, es solo que, al ser hermanas, ya nos conocemos perfectamente.
- No mires ahora, pero, en tres mesas más allá, un chico no te ha quitado el ojo de encima - sonrió levemente burlándose - si tan solo supiera que te lo podrías devorar en un segundo - ambas reímos
Levanté la vista lenta y disimuladamente y...
Era Sam.
¿Pero qué mierda le pasa a este? Cuando se percató de que también lo miraba me sonrió sin mostrar los dientes. Agaché instintivamente la cabeza y miré de reojo a Emma que trataba de contener la risa mordiéndose el labio inferior.
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Mistery © #Wattys2015
Novela Juvenil-¿Sabes? -dijo mientras colocaba una de sus manos bajo mi barbilla. Mi respiración se volvió algo agitada cuando se acercó un poco más a mí -Se me ocurrió un apodo para ti -¿Si? ¿Cuál? -sonreí -Hielo -lo miré confundida -¿Hielo? ¿Por qué Hielo? -tu...