Capítulo 2. Joane

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Llevo cuatro horas en la biblioteca estudiando para el examen de geología que tengo mañana, llevo días sin poder hacer otra cosa que hincar los codos en este lugar y la desesperación empieza a ser latente hasta en el color de mi piel. A mi lado suele estar el mismo chico, pelo rubio con lados rapados, ojos expresivos y una barba de tres días que le queda terriblemente sexy, está estudiando medicina en su segundo año y aunque pasa aquí muchas más horas que yo siempre se encuentra con una sonrisa en la cara.

El sol del atardecer hace que tenga que entornar los ojos. La mochila me pesa demasiado, he ido a la biblioteca justo después de salir del instituto así que llevo encima todos los libros del día y el móvil no para de vibrar en el bolsillo a causa de los mensajes de texto, la gran mayoría son del grupo de clase y cómo no, quieren que les pase los apuntes. Llevo estudiando más de cuatro horas diarias desde hace una semana y ellos piden los apuntes el día de antes. Luego se ponen a llorar con la nota.

Suelo ser la chica con las mejores calificaciones, que se sienta en primera fila, con gafas, que siempre hace los trabajos voluntarios, a la que encuentras con miles de libros de lectura por los pasillos... Así que no me sorprende que sea a mí a quien acuden todos cuando necesitan resolver alguna duda o directamente copiar algo.

El camino a casa hoy se me hace aburrido, aunque vivo a unas calles del instituto y la biblioteca en una zona residencial de esas en las que necesitas pase para entrar, con casas individuales en vez de pisos y jardines en vez de rellanos. Desde la pequeña acera que separa el cuidado jardín de Don Luis de la carretera que comunica todos los departamentos con el exterior me llega el sonido del leve peloteo de la pista de tenis y el chapoteo de agua de la piscina aunque estén a varias casas de distancia.

En cuanto abro la puerta mi hermana pequeña salta a mis brazos lo que hace que tenga que tirar las llaves y la cartera al suelo. Se acurruca en mi cuello y aspira mi aroma, es como un ritual que la relaja, pasa la mayor parte del tiempo conmigo y se pone triste cuando tengo que pasar fuera de casa tanto tiempo.

Mis padres no están y desde la habitación de mi hermano mayor sale música a todo volumen cuando se supone que tenía que cuidar de la pequeña niña que ahora llevo a cuestas.

La puerta de entrada da directamente a un salón en el que solemos reunirnos toda la familia cuando vemos alguna película o simplemente queremos pasar tiempo juntos, un pasillo lo comunica con una escalera que baja hasta el sótano, un aseo secundario y la puerta de la cocina, que al mismo tiempo lleva al pequeño jardín trasero. Arriba hay otro piso donde se encuentran las habitaciones, y tres aseos más que se encuentran repartidos entre todos nosotros.

Me toma un momento darme cuenta de que la pequeña puerta protectora que instalamos en todas las escaleras para que Lía no se cayera y baja al sótano está abierta y exclamo para mis adentros lo irresponsable que puede llegar a ser Izan.

Subo las escaleras y llamo varias veces a la puerta de mi hermano, intento abrir pero ha vuelto a poner el pestillo aunque nuestros padres le hayan advertido que es algo que no les gusta.

Entro a la mía que se encuentra al lado, las paredes rosa pálido están iluminadas por el sol que entra por el gran ventanal, la cama individual está hecha y cubierta por un edredón negro (cosa que mi madre también odia). Dejo la cartera en el suelo y voy al escritorio de debajo de la ventana, el parqué cruje casi imperceptiblemente cuando lo piso. Me quito las vans moradas y me permito durante un momento acompañar con mis caderas la música que proviene de la habitación de mi hermano.

Al rato una chica pelirroja que he visto un par de veces sale de él y no tardo en escuchar un gran portazo que deja la casa sumida en un extraño silencio. Cuando entro por la puerta que ha dejado abierta me sorprende la cantidad de humo que se ha densificado ahí dentro y aunque no es de tabaco y su olor me corta la respiración no hago ningún comentario al respecto. Está en calzones y parece que le molesta la luz que proviene de la puerta abierta. Hay un par de condones usados por el suelo.

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⏰ Última actualización: Apr 27, 2015 ⏰

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