Capitulo 7: Ninjarian, un lugar al que puedes llamar hogar

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Los chicos ya estaban en camino a Shinnobi-Mikkyo a reunirse con la reina Mizuki en una de las naves robadas. Ahora que eran 8 en el grupo, habría mas posibilidades de poder derrocar a Mcfist. Ya estaban cerca de llegar al reino, pero algo llamo la atención de los chicos dentro de la nave; y es que al ver unas naves que regresaban al reino, "Nomi" intento activar el acelerador, pero este parecía no funcionar; como si se hubiera atascado.

En ese momento escucharon la alarma de la nave como si indicara de que se le había acabado el combustible o que habían entrado intrusos.

-Saludos niños, disfrutando su vuelo en la nave robada.- dice una voz proviniendo del monitor. Era la voz de Viceroy.

-¡Imposible!, ¿Como se dieron cuenta?- dice "Nomi" al ver de que supieron lo del robo.

-No fue tan difícil, puse un detector dentro de cada nave para asegurar de que quien las estuvieran piloteando serían uno de nuestro ejercito. Y para los intrusos como ustedes que nos roban, les tenemos una sorpresa.-

Una vez que la voz de Viceroy se fue la alarma de la nave volvió a sonar. Esta vez para mostrar el la pantalla del monitor una cuenta regresiva marcando 20 segundos para su autodestrucción, lo que significaba es que iba a explotar el transporte con ellos adentro. "Nomi" intento anularlo, pero era imposible ya que habían programado la auto destrucción para que una vez activada, no pudiera detenerse, así que su única esperanza era buscar una salida.

Rachel finalmente encontró una que literalmente estaba debajo de sus pies, por lo visto podría ser lo único que no estaba conectado a la computadora de Viceroy, pero antes de decirles que saltaran en cuanto la abriera, les dijo que tomaran todos sus maletas y que por nada del mundo se soltaran en cuanto cayeran.

-Rachel. No quiero sonar pesimista, pero no creo que haya algo en las maletas que valgan mas que nuestras vidas.- dice Anahí al punto de regañar a su amiga.

-No quiero que tomen su equipaje por que me parezca valioso. Se los estoy pidiendo, por que en esta unidad no hay paracaídas, así que usaremos nuestro equipaje para que podamos caer suavemente.- esta explica al abrir la puerta.

Después esta les lanzo sus maletas para que pudieran tomarlas, pero antes de que pudieran saltar, "Nomi" tuvo que hacer una pregunta.

-Rachel, ¿No sería mejor hacer un paracaídas con la ropa?-

-No, ya no tenemos tiempo.- dice ella.

En ese momento el monitor marco que faltaban 10 segundos para la autodestrucción, no lo dudaron mas y decidieron lanzarse desde lo mas alto en una nave antes de que explotara. Cuando salieron ya la nave había terminado su cuenta regresiva y había volado, pero en pedazos.

Tal y como Rachel les dijo, usaron sus equipajes como bolsas de aire, para amortiguar la caída y una vez que cayeron, quedaron inconscientes en medio de una calle.

Cuando comenzaron a despertarse, se dieron cuenta de que estaban en un poblado muy hermoso, todo parecía estar hecho por los ricos, por que casi no había pobreza, y al parecer era el único lugar que Mcfist no había tocado todavía.

Los chicos decidieron dar un recorrido por este bello lugar y se toparon con una estatua de los reyes Kirikashi y Mizuki decorando el centro. Al verla Randy se extraño un poco al ver la estatua, ya que por una razón se les hacía familiares, hasta que "Nomi" se le acerco y al oído le dijo.

-Esos dos son sus padres, joven príncipe.- 

Randy no dijo nada, solo se quedo pensativo viendo la estatua, ya que esperaba que este fuese el día en que finalmente se reencontraría con su madre y pusiera punto final a esta pesadilla. Finalmente "Nomi" y las chicas lo llamaron para que siguieran con su recorrido.

Randy Cunningham, la leyenda del príncipe ninjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora