Capítulo 1.

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Capítulo 1: El mensaje.

Me encontraba sentada en estado de shock. Mis ojos no podían dar crédito a lo que veía. Debería estar feliz por lo que leía en mi celular. Pero... ¿Por qué siento que mil agujas se incrustan en mi pecho? ¡Joder! Sabía que este día llegaría. Estaba preparada, pero igual me tomó por sorpresa.

Volví a leer el mensaje.

*¡Prima ya estoy de regreso en Londres, ya te libraré de ese matrimonio arreglado!*

Tragué fuerte. ¿No era eso lo que yo quería desde hace seis meses? Entonces qué es esta molestia en el pecho.

Deje el celular a un lado y me tire en la cama boca arriba con los brazos cruzados a la altura de mi estómago. Cerré los ojos y mi mente viajó al comienzo de todo este lío en el que estoy metida.

Todo comenzó cuanto tenía seis años. Mi familia se conformaba por mis dos padres y yo. Ellos tenían una empresa, la cual iba bien o eso entendía yo en mi mente prematura. Nunca me faltaba nada, vivía en una gran casa llena de gente trabajando a toda hora.

"Flash Back."

Era noche, mientras los esperaba a mis padres en casa, el timbre sonó en la entrada. El señor Beltrán abrió la puerta. Mucho no pude escuchar. Pero si supe por el tono de voz del mayordomo que algo malo había pasado. Esa noche mis padres no volvieron y nunca volverían jamás.

Al día siguiente la casa era un revuelo. Temprano por la mañana mi tía Sonia estaba dando órdenes. Su atuendo negro y lúgubre me llamó la atención. Solo recuerdo que cuando su mirada se conectó con la mía, en sus ojos no vi tristeza. Kiara me tomó en brazos. Ella era mi nana, me llevó a mi habitación y me puso un vestido negro.

-Nana Kiara -dije mirándola disgustada- ¿Dónde están mamá y papá?

Ella se largó a llorar mientras me abrazaba. La abracé tratando de consolar su dolor, el cual a mi temprana edad no comprendía mucho.

En la casa se acomodó todo con rapidez. Mucha comida y bebidas mi tía seguía dando órdenes y trataba mal a la gente que trabajaba.

-Ahora vivirás con nosotros -me dijo mi prima Selena mientras me abrazaba.

Yo me alejé de ella porque me parecía algo estúpido ¿Por qué viviría con mi tía y mi prima si yo vivía con mis padres?

Selena era cuatro años más grande. Y obviamente ella entendía mejor que yo lo que estaba pasando.

Tía Sonia me tomó en brazos, ya era medio día y nos subió al auto. Le dijo al chofer que nos lleve al cementerio.

-Tía, extraño a mamá y a papá -le dije casi llorando.

Ella me miró con desdén, una sonrisa poco amistosa curvó sus labios por un segundo. Luego puso su mano en mi cabeza.

-Ellos se fueron Madeleine. Lo siento, pero ellos no volverán -dijo acariciando mi cabeza.

Las lágrimas cayeron por mis mejillas. No comprendía por qué me decía eso, porque mis padres me abandonarían.

-Madeleine fue una niña buena -dije gimoteando-. ¿Por qué mamá y papá no quieren estar con ella?

Sus ojos me escrutaron antes de decir las siguientes palabras.

-Tus padres fallecieron ayer, Madeleine. Por eso ya no podrán volver -su mano se apartó de mi cabeza-. A partir de hoy vivirás conmigo y tu prima. Nos mudaremos a tu casa para hacerte compañía.

Las lágrimas no paraban de salir. Era como una canilla rota qué no dejaba de perder agua.

Cuando llegamos al cementerio el clima estaba espantoso. Las gotas de agua caían tía Sonia me tenía de la mano bajo un paraguas negro como nuestras ropas. Ver cómo enterraban los ataúdes me destrozó por dentro. Mi corazón estaba hecho pedazos. Quería ir y desenterrarlos con mis manitas.

La Maldicion De Eros. Libro ParaleloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora