cap.2

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Kayla

Luego de lo acontecido no pude pegar un ojo en toda la noche, mis abuelos estuvieron discutiendo cosas entre murmullos que eran claros para mis oidos de chismosa.

Discutian sobre algo que fue confuso para mi, la casa era el centro de su pelea y no entendia el porque hasta que oi el nombre de aquella persona que aborrezco desde que tengo memoria.

Estaba sobre mi cama observando el techo de madera el cual tenia algunas marcas de humedad, las lluvias ultima mente estuvieron siendo fuertes para todos nosotros y estaban pasando factura a nuestras casas.

No tenia mente para pensar en otra cosa que el regaño que tendre que afrontar a penas mi abuela entre por esa puerta, escucho sus pasos, se que esta del otro lado del umbral yendo y viniendo.

¿Porque no entra?.

—Buenos dias pequeña niña rebelde, ¡Felicidades!.

Luego de un extenso tiempo de pisadas fuertes entro sonriente a mi habitacion, no parecia enfadada.

—Gracias—Fingi una sonrisa apenas la vi.—¿El abuelo? ¿En donde esta el?.

Si quería salir de un regaño tenia que tener al jefe de mi lado, mi abuelo es menos cebero que su esposa.

—Tenia que resolver algunos asuntos de la casa, pronto volvera.

El nerviosismo que cargaba en sus ojos me otorgaba ciertos escalofrios en los huesos, este mal sabor se planta en todo mi ser advirtiéndome que algo sucedera.

Susan salio de mi habitacion poco despues de sentirse atormentada por mi mirada curiosa, habia oido toda su discusión y estaba intentando atar cabos.

Con la pijama puesta sali detras de ella armando una pregunta en mi mente que no suene tan brusca, queria una explicacion, yo tambien estoy nerviosa y no se el porque.

—¿Sucede algo con la casa? ¿Es por las huellas de humedad?.—Inquiri sentandome en mi puesto de la mesa, siempre a la derecha de mi abuelo.

Me siento como en un libro de mafiosos en donde yo soy el arma secreta, Antoni siempre dice que soy valiosa y que debo estar siempre a su derecha.

"Jamas detras de mi, nunca a mi izquierda, siempre a mi derecha Kayla."

—Hablaremos cuando el llegue y sobre las manchas de moho luego veremos como quitarlas. Por ahora solo arregla la mesa ¿Si?.

Beso mi frente y el olor a caramelo que emana su piel me tranquiliza un poco, no se que aria sin ellos y tal vez hacerme mas vieja me este poniendo nerviosa.

<<Presiento que algo anda mal.>>

Mi cabeza estaba sumida en todo lo posible que pueda llegar a suceder, perder la casa, mudarnos, remodelarla... aunque no le vendria mal un poco de brillo y cosas nuevas.

Adornaria todo como una casa de muñecas porque es pequeña como una, los muebles no ocupan mucho lugar en la sala y en la cocina solo entran dos personas por lo pequeña que es.

Tiraría los adornos navideños que jamas quitan y pondria flores nuevas cada dia, sin omitir que cambiaria el empapelado por uno rojo o mas oscuro.

<<Demolerla y volver a construirla no seria una opcion.>>

—Mi niña ojos color sol—Antoni me tomo por sorpresa, me levanto entre sus fuertes brazos y me colmo de besos.—Felicidades, aunque deseo que dejes de crecer tan rapido.

Aterrice en el suelo luego de una sesion de caricias de su parte, siempre se las apaña para consentirme y no puedo negarme a ello.

—¿Porque no me diste mis buenos dias?.

Este fuego que nos quema (COMPLETA ✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora