cap.1

1.7K 138 64
                                    

Kayla

Tache los dias desde aquella conversación llena de "amor" entre mis abuelos y un ser sin alma a la que adoran, sigo sin entender porque me tienen aqui como la consentida, estaria mejor en un nido de parias en la intemperie.

Los pasos afuera de mi habitación resuenan impacientes esperando no se que, ella sabe que estoy despierta ¿Por qué no entra?.

Siempre se ponen nostálgicos un dia antes con esa fecha como si fuera algun dia patrio, solo naci, una drogadicta me trajo en contra de mi voluntad a este mundo mediocre que odio cada vez que me despierto.

—¡Buenos dias!.—Grito entrando a mi habitación de improvisto, rodee la cama saliendo de la ventana que da hacia la calle esperando uno de esos abrazos asfixiantes que Susan me da.

—Buenos dias.

Apreto mi preciosa y diminuta anatomia dejando que olfatee el aroma a caramelo que tiene en su atuendo, ella siempre olia a caramelo.

—Mañana ya serás mayor—Comento con la voz algo apagada.—luego te volveras una niña rebelde y no seras la pequeña bolita que cuide desde bebe en mis brazos.

Sobaba mi espalda en lo que yo intentaba consolarla o al menos eso intento, aveces me pregunto porque ellos son tan cariñosos conmigo ¿Intentan hacer las cosas bien conmigo? ¿O solo creen que cuidando a la bastarda que tuvo su hija arreglaran que ella es una puta drogadicta?.

—Solo es un año mas de vida, no tienes porque ponerte de esa manera cuando no soy capas de salir sola de esta carcel.

Chasqueo la lengua a penas me solto, tenia las facciones serias, me estaba dando una mirada de regaño al llamarle carcel a la casa aledaña en donde no hay personas cuerdas.

Si, no hay personas cuerdas en este vecindario y no solo lo digo yo, si no, que tambien en las noticias salen los pedidos de busca por la anciana piromana que vive al lado.

—Esos pensamientos impuros Ara...—Se mordio la lengua como si fuera a decir algun insulto, me vio extraño, diria nerviosa y volvio a abrir la boca.—Kayla, deja de pensar que esta casa es una carcel.

—¿Ara? Que ibas a decirme y luego te callaste.

Cruce los brazos esperando por su respuesta, ella miraba cada rincon de la habitacion sin decir nada solo soltaba respiraciones pesadas.

—¿Que es lo que la niña ojos color sol del abuelo quiere?.—Antoni entro abriendo sus brazos, aparto a su esposa y me tomo entre ellos sin dejar que mis pies toquen el suelo.

Me descoloque por un momento al sentirme atosigada por esas muestras afectivas, disfrute de los mimos, de las palabras bonitas aun pensando que quiso decir Susan.

<<Piensa Kayla, piensa.>>

—Nada, ustedes no me mienten—Articule enmarcando las cosas con mis dedos.—no me ocultan cosas y siempre me consienten ¿Que mas podria pedir?.

Ambos estaban parados frente a mi, la voz de Susan escapo algo tremula ante mis palabras y solo espere el regaño ante la manipulacion.

—Sabemos que no te gustan las mentiras...

—Y por ello jamas te hemos mentido.—Su esposo la corto, la voz de Susan se oia temerosa.

—¿Entonces que mas puedo pedir? Estoy en una casa en donde no me criaron a bases de mentiras.

Simule una sonrisa que entrecierra mis ojos y eleva mis mejillas derritiendo a los dos ancianos que tengo en frente.

Algo que ocultan pero se aran de la vista gorda, investigar no es lo mio y mucho menos quiero escarbar sobre el poco pasado que tengo ya que podria encontrar cosas que tal vez no quisiera oir.

Este fuego que nos quema (COMPLETA ✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora