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Yerim suponía que Yeojin no quería hablar con ella y lo confirmó cuando la ignoró en la cafetería. Estaban en la línea, ella detrás de Yeojin. Le habló, pero no era escuchada y cuando iba a tomarla del brazo, Yeojin  salió del lugar.

Esto era un asco.

Habían resuelto su malentendido de la infancia, pero en tiempo record ya tenían otro asunto que resolver.

Dieron un paso adelante, para volver tres atrás.

Podría intentar acercarse otra vez, ir a su edificio y pedir que hablaran o pedirle a Hyunjin, por medio de Heejin, la dirección del lugar en donde se estaba quedando, pero fue la misma Heejin que le dijo que le diera unos días, que no tenía que apresurarse.

—¿Por qué? —quería una explicación cada vez que Heejin decía eso.

—Confía en mí —y esa era siempre la respuesta.

Sí confiaba en Heejin, pero a la vez el tema de esperar la mataba. No quería esperar más por Yeojin, no quería que pasara otro día sin que no supiera cómo estaba o si es que estaban al menos en buenos términos.

Pocos asuntos o personas la ponían impaciente; su relación con Yeojin y el hecho de que no se pudieran comunicar, eran uno de estos.

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—Lo intento, Haseul, pero cada que estoy por hablar mi voz se apaga.

—Entiendo que no la quieres herir, Yeojin, pero si esto sigue así las consecuencias serán peores.

Yeojin bajó la cabeza, mirando el suelo de la sala de prácticas y cerró sus ojos, recordando como el día de ayer estaba caminando a casa con Lena a su lado. Uno de los pocos momentos en los cuales podían estar solas ya que últimamente los amigos de la más alta se presentaban y las jalaban a hacer cosas hasta que llegara la noche.

Era el momento perfecto para hablar, pero, por alguna razón, Yeojin  no podía sacar el tema a flote. No sabía cómo, y la verdad es que tampoco quería.

No quería herir a Lena, pero ya lo había hecho, solo que no lo sabía. Ella tenía que hacerse responsable de hacerle saber eso y aceptar lo que viniera; ella tenía que detenerse, mirarla a los ojos y ser sincera.
pero, era difícil, tenía miedo y vergüenza.

Yeojin  se comportó como uno de los tipos de persona que odiaba y eso hacía que se odiara tanto así que no podía dejarse ver por las demás chicas de la casa ni verse al espejo.

—Soy un asco de persona —se tocó la cara, alejando su cuerpo del de Haseul, quien momentos antes tenía una de sus manos acariciando su espalda.

—Si lo fueras simplemente te alejarías de ella, desaparecerías sin decir nada y no sentirías culpa alguna —Haseul habló —pero estás aquí conmigo, tan arrepentida y diciéndome cuán difícil es —y volvió a acercar su cuerpo. Sin pensarlo abrazó a Yeojin quien al principio se sorprendió pero no la negó. —No somos perfectos, Yeojin. Cometemos errores y podemos herir a alguien en el camino, pero podemos aprender de esas experiencias y ser mejores personas.

Yeojin nunca pensó que Haseul tenía un gran poder con las palabras y eso era porque nunca habían sido tan cercanas sino hasta el día de la fiesta de Chaewon, cuando le abrió su corazón a alguien que no hubiese sido su psicólogo.

Debería confiar más en haseul y también podría hacerlo con las demás. Sí, sus amigas y compañeras de banda ahora que recuerda también estaban atentas por lo que estaba pasando, lo sabía, podía ver cómo la miraban en los ensayos, pero no decían nada, tal vez porque no querían repetir un conflicto como el que tuvo con Jungeun. Respetaban que estaba actuando de otra manera, que estaba pasando por algo que no sabía pero que, a pesar de eso estaban de su lado.

Less than friends [yeorry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora