Él

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Harry estaba de rodillas, completamente desnudo frente a los ojos de Louis, quien lo miraba embelesado con la imagen que tenía frente suyo. Harry siendo totalmente sumiso ante él. Su sumiso. Era lo que más adoraba de él y sus sesiones. Totalmente agradecido por haberlo encontrado en su vida y hacer de esas sesiones algo más emocionante, excitante y que disfrutaba a tal grado de jamás sentirse cansado de estar en tantas sesiones con alguien. Con Harry, su sumiso, todo era diferente a como era antes, hace unos años atrás.

—Harry.— lo llamó con su tono demandante.

—Sí, ¿señor?— respondió docilmente.

Louis pasó su lengua por sus labios tras escucharlo. Pasó su mano por su mentón, ahuecando sus mejillas.

—Has sido muy bueno esta semana.

—Trato de ser siempre bueno para ti.

Louis paseó a su lado, quedándose parado frente suyo con las piernas ligeramente abiertas. Harry tenía la cabeza gacha, por lo que sólo podía ver sus pies.

El castaño dobló sus rodillas, quedando en cuclillas para estar a la altura de su sumiso. Puso su mano en el mentón del menor, dando una caricia, después obligándolo a alzar su vista y verlo a los ojos. Esos ojos esmeralda conectándose con sus zafiros, soltando un brillo que sólo aparecía en sus ojos cuando veía a Louis.

—Eres bueno. Jodidamente bueno. Sabes que eso me gusta de ti, ¿no?— Harry asintió con la cabeza, admirando sus pupilas dilatadas. Sintiéndose orgulloso por causarlo en el castaño. —Por lo bueno que has sido, hoy estoy un poco complaciente contigo.— dio una mirada rápida a sus labios rosados y carnosos. —¿Quieres algo en especial en esta sesión, papillon?

Louis podía ser muy demandante con la disciplina de un sumiso. Podía ser muy duro y estricto. Pero igualmente podía ser atento y accesible, cosa que no era al inicio y fue cambiando poco a poco. Eso sí, siempre y cuando Harry hiciera lo que le pidiera.

—Azotes.— respondió tan pronto como Louis se lo permitió. —Y... a ti.

Louis sonrió de lado, mordiendo su labio inferior. ¿Ya había dicho que adoraba a ese chico? Podía darle una simple sesión de sólo sexo y caricias, pero así no era su fiorellino, a él le gustaba ser azotado por su dominante, y a Louis le encantaba hacerlo. Ahuecó la mejilla del rizado en su mano. Harry se apegó más a su contacto.

—Buen chico.— murmuró.

Harry pudo sentir las típicas mariposas en su estómago por la emoción de lo que venía.

Louis volvió a ponerse de pie para desaparecer de su vista. Harry volvió a bajar la mirada al piso, esperando a Louis. Escuchó el clóset ser abierto, a los pocos segundos, sintió algo frío recorrer su cuerpo. Reconocía esa sensación, venía su parte favorita y estaba listo.

El material de cuero recorría su cuerpo con lentitud, empezando por su cuello a su espalda, bajando por la columna hasta llegar a su espalda baja, donde Louis decidió cambiarle el camino, pasándola por su abdomen. Harry podía sentir escalofríos por su cuerpo, gracias él. Cerró sus ojos con fuerza tras recibir un ligero golpe en su abdomen. Mordió su labio inferior, el calor empezaba a adueñarse de su cuerpo.

—Sólo hay una condición.— habló con un tono más ronco. Caminando a su alrededor, volviendo a recorrer su cuerpo con la fusta de cuero.

—La que quieras, señor.— tragó con fuerza.

El castaño volvió a ponerse de cuclillas frente suyo. Con una mano tomó su mentón.

—Déjame amarrarte.— susurró sobre sus labios.

If I Was In Love... [L.S] [O.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora