Capítulo 11

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Capítulo 11

Ander

-¡Ander!

-Nos vemos luego.

Veo como se aleja por el pasillo.

-¿Qué fue todo eso?- pregunta mi mamá.

-¿Qué?- La miro haciéndome el desentendido.

-Últimamente estás decaído y de mal humor, pero todo eso parece esfumarse cuando Rufina anda cerca. No me malinterpretes, me fascina verte de buen humor, pero me genera curiosidad cómo es que solo con ella te comportas así.

-Mamá, no empieces con tus cosas. No ando de mal humor por la vida.

-Ander, últimamente si. Hace un mes o más que lo único que haces es estar de mal humor. Y...- no escucho lo demás que dice porque me llaman la atención unos gritos que vienen de la ventana.

-¿Escuchas eso? - deja de hablar y también presta atención a los gritos.

-¿Rufina?- dice desconcertada por los gritos.

Me acerco a la ventana. No muy lejos de donde está la salida puedo ver a Rufina hablando con un tipo que trae gafas y gorra.

-Ander, ¿qué pasa?

-Esto no me gusta nada, llama a la estación de policía y a los de seguridad, creo que es él.

Mi mamá no necesita más explicación, coge el teléfono y hace la llamada que le indiqué.

Me alejo de ella y salgo al pasillo.

Veo a Lu y Valerio venir caminando.

-Está aquí.- entienden al instante que hablo de Alex.

Los tres salimos casi corriendo con dirección a la puerta. Cuando llegamos a las escaleras podemos escuchar claramente todo lo que Rufina le está gritando.

-¡Me arruinaste la vida! ¿¡Por qué hacés esto!? No lo entiendo, siempre fui una buena persona. Éramos muy buenos amigos, cuando empezamos a salir todo estaba perfecto, ¿¡cuando cambió todo!? ¿¡Cuando cambiaste!?- veo cómo se revuelve el cabello, está muy alterada.

-Yo te amo, nunca te lastimaría. - da un paso acercándose a Rufina. Ella retrocede y nosotros nos acercamos a ella. - ¿Ustedes que quieren? ¿Llenarle más la cabeza? Por su culpa ella ya no me quiere. -Va paseando la vista por Lu, Valerio y termina en mí. - Y vos. - me señala; puedo ver cómo aprieta la mandíbula. Da un par de pasos en mi dirección. Rufina se para delante mío.

Él va a dar un golpe sin importarle quién esté delante. Tomo a Rufina de la muñeca y la corro justo a tiempo para evitar que la golpee en el pecho. Quedo parado delante de ella y tomo los brazos de él antes de que intente dar otro golpe.

-No vuelvas a acercarte a ella.

-¿Por qué? ¿Te pensás que vas a lograr alejarla de mí? ¡Ella es mía!

Esto último lo dice gritando. Siento como la rabia se empieza a acumular en mi pecho. Tengo tanto odio acumulado que sería muy fácil molerlo a golpes.

Unos pasos por detrás de Alex se acercan dos hombres de seguridad del campus. Lo toman uno de cada brazo y lo arrastran dentro del edificio.

Una vez que salió de nuestra vista me giro para ver a Rufina. Su rostro está tapado por sus manos. Unos segundos después noto como su cuerpo se sacude al soltar un sollozo. Doy un paso en su dirección, quiero abrazarla, pero no quiero que se sienta ahogada.

-Ruf...- susurro. Ella levanta la vista y nos quedamos viendo fijo unos segundos.- Yo...- No sé que iba a decir, pero tampoco me importa. Rufina separa los pocos pasos que la separan de mí, me abraza y esconde su rostro en mi cuello. Subo una de mis manos a su cintura para estrecharla más contra mí, y la otra la pongo sobre su cabeza para empezar a acariciarla suavemente.

Sigo BuscándoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora