O4: Es solo una comida... (I)

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Había ciertas cosas en que la señora Kim, no podía comprender del todo a sus hijos, como por ejemplo, ese afán de querer hacerle travesuras a los gatos de los vecinos, también estaba el hecho de que sus hijos perdían toda clase de modales cuando de comida se trataba —sobre todo si se trataba de un buen trozo de carne—, pero ahora... quizás la señora Kim se sentía un poco alejada de sus propios cachorros, o quizás simplemente las mentes de los alfas son demasiado diferentes a las de los omegas, sí, pero ahora mismo ni siquiera podía descifrar lo que estaba pasando.

La comida estaba casi lista, lo único que faltaba era servirla, pero por alguna extraña razón, sus seis hijos habían tenido la ferviente necesidad de correr a sus respectivas habitaciones para poder "prepararse para comer."

¿Era extraño?

Sí, lo era, o a menos para la señora Kim lo era, porque desde pequeños, a ninguno de sus hijos le importo tan siquiera un segundo la importancia de su vestimenta a la hora de comer, usualmente todos les gustaba más prestar atención a lo que se serviría en la mesa ese día, ella lo sabía perfectamente, pues cuando Jungkook jugaba con lodo junto a Hoseok, ellos siempre llegaban a la mesa con la cara embarrada de tierra al igual que sus cabellos, aunque ella les obligaba a lavarse las manos antes de sentarse, ellos ni siquiera prestaban atención a sus ropas sucias y a sus rostros, Taehyung también tenía ese especial toque de que siempre que trabajaba haciendo retratos con acuarela, siempre terminaba por pintarse la cara y las manos, de igual forma, ella le obligaba a lavarse las manos, pero a Taehyung no le importaba si su cara estaba pintada de múltiples colores.

Jimin acostumbraba siempre bajar a desayunar en pijama sin siquiera haber tomado una ducha antes, lo mismo hacía Namjoon, mientras que Seokjin algunas veces prefería tomar una ducha y después bajar a comer, importándole poco si lo único que vestía era su bata de baño. Sí, sus hijos siempre han tenido ese comportamiento, pero los quiere demasiado, por supuesto nunca duda en reprender sus acciones, pero al parecer la mente de sus jóvenes alfas, no tiene cabida las normas morales.

Por eso, en cuanto Taehyung y Hoseok entraron a la casa y gritaron la respuesta de cierto omega, todos no dudaron en apresurarse a poner la mesa y ayudarla a colocar todo en perfecto estado para después irse a sus habitaciones, ¿por qué? Quizás la señora Kim lo estaba pensando demasiado, pero ¿y sí lo hacían porque Yoongi iba a estar presente? Sonrió levemente para después apretar sus labios para evitar sonreír de oreja a oreja.

La señora Kim sabía que aquí había algo extraño, y no es intuición maternal, no señor, los hechos son demasiado evidentes, y sus suposiciones no estaban más allá de la realidad.

—¡Mierda, Jimin! —escucho la voz de su hijo menor a lo lejos—. ¡Devuélveme eso! —no se tardaron en escuchar las pisadas en los escalones, apresuradas, y pronto ante ella aparecieron sus dos hijos, Jimin y Jungkook, uno más enojado que el otro—. Te he dicho mil veces que no me robes la ropa.

—¿Yo robarte ropa? —Jimin sonrió ladino—. Más bien sería yo quien te tiene que reclamar por algo así, esta camisa —tomo son su mano izquierda el cuello de la misma—, es mía, fuiste tú quien la saco de mi armario.

—No seas ridículo —mascullo entre dientes Jungkook—, es mía.

—Mentiroso —gruño Jimin por lo bajo.

—¿Cuándo será el día en que dejen de pelear por ropa? —Seokjin bajaba las escaleras tranquilamente mientras miraba a sus hermanos menores quienes no dejaban de desafiarse con la mirada—. Dejen de actuar como trogloditas frente a mamá.

—Descuida, cachorro —menciono la señora Kim para después soltar un suspiro—, a mí no me importa mucho si actúan de ese modo frente a mí —sus tres hijos la miraron—, pero eso sí, no actúen así frente a Yoongi.

Jimin parpadeo un par de veces al escuchar eso, Jungkook apretó los dientes con leve fuerza, mientras que Seokjin simplemente rezaba porque esta vez ninguno de sus hermanos cometiera una estupidez.

—¿Por qué tendríamos que comportarnos bien frente a él? —pregunto Jimin, a pesar de que su madre lo vio rodar los ojos, ella sabía perfectamente que esa actitud tan indiferente por lo que piense Yoongi de su comportamiento, era completamente falsa.

—Porque no deben de dar una mala impresión a las visitas —menciono la señora Kim, Jimin cruzo sus brazos por sobre su pecho, para después comenzar su camino hacia el comedor.

—Como sea —soltó un bufido—, lo que piense o no, ese omega de mí, no me interesa —oh, claro que le interesa, no quiere que Yoongi lo vea como uno más de los desastrosos hermanos Kim, no, por supuesto que no, quiere que Yoongi vea que es un alfa maduro con un porte dominante y algo frío, según leyó en internet eso atrae mucho a los omegas.

Jungkook soltó un bufido, después miro a su madre.

—Mamá, ya no somos unos cachorros, sabemos como comportarnos —menciono el menor de la familia.

—Y eso espero —la señora Kim le sonrió a su hijo—, recuerden que dar una buena primera impresión es lo mejor que pueden hacer en su vida, sobre todo cuando se trata de encontrar pareja.

—¿Quién dijo que queríamos que Yoongi sea nuestra pareja? —pregunto Jungkook.

—Yo no lo dije —la señora Kim soltó una pequeña risa—, ahora fuiste tú, Jungkookie quien lo dijo —las mejillas del alfa adquirieron de inmediato un ligero rubor, haciendo a su madre volver a soltar una pequeña risa.

—¡Y-yo no dije e-eso!

—Es divertido ver como a tu edad todavía te dan vergüenza cosas como esas, enano —menciono Seokjin, haciendo que su hermano lo viera de inmediato.

—¿Sí te percatas que estoy más alto que tú? —ataco Jungkook de inmediato haciendo que Seokjin rodase los ojos.

—Sí tú lo dices.

—No solamente lo digo yo —volvió a hablar Jungkook.

—Sólo deja de sentarte en esa nube tuya de superioridad, no eres más alto que yo, y no eres mayor que yo, así que supéralo un poco, Kim Jungkook —Seokjin por fin se alejo para ir hacia el comedor.

—¡Eres un...! —su madre lo interrumpió.

—Kim Jungkook —el alfa se encogió en su sitio al escuchar la voz de su madre—, nada de groserías en casa, lo sabes perfectamente, te pase la primera que escuche, pero una nueva, no, mucho menos si Yoongi esta presente en casa, ¿entendido?

—Sí, mamá —canturreo Jungkook, resignado ante la reprimenda de su madre, mientras que en el comedor se escucharon las risas de Jimin y Seokjin debido a lo que presenciaron, Jungkook no tardo en mirarlos de mala gana.

Jungkook después de caminar despacio lejos de su madre, logro tomar asiento en una de las sillas libres que se encontraban en el comedor, la señora Kim no tardo en mirar hacia la mesa, tres de seis ya estaban sentados, y los demás ni siquiera daban alguna señal de estar listos, quizás se tarden un poco más, pero no importaba, porque todavía la visita especial no llegaba.

La señora Kim se preguntaba si acaso Yoongi también estaría arreglándose, puede que, si lo este haciendo, sonrió ante sus pensamientos, y no pudo evitar recordar cuando ella se arreglaba para ver a su esposo, inclusive recuerda cuando su esposo le pedía consejos para lucir bien antes de tener una cita, el amor te vuelve tan diferente algunas veces.

¡El cortejo Kim!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora