I. Esperanzas rotas.

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Elisa se encontraba aún encadenada, la punta de sus pies apenas tocaba el piso, no tenía ni la menor idea de cuanto llevaba ahí, el tiempo transcurrió con mucha dificultad, Elisa luchó y luchó por seguir adelante por no morir... pero, lamentablemente y para su mala suerte no puede hacerlo, por mas que quizo evitarlo regresó a ese hoyo del que tanto le costó salir, volvió al punto donde todo comenzó, de nuevo no tiene a nadie.

Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas mientras recordaba las caras de aquellas personas, mientras recordaba su rostro.

—Fui una tonta —, pensaba —Como pude creer que iba a salvarme. Por la mente se le pasó la imagen de Lucifer, odiaba recordarlo, no sabía que sentir pues una mezcla de todo se apoderaba de su corazón, lo repudiaba pero aún anhelaba que viniera por ella; lo quería lejos pero deseaba con todo su corazón un beso de él, lo odiaba pero lo amaba.

Pensó en quien consideró un aliado, aquel rubio de puntas filosas en sus dedos. Pensar que ni él ni Lucifer han hecho nada, y a pesar de todo ella los sigue entendiendo, cree comprender que todo es por el bien del infierno, su mundo, y el mundo celestial.

De la nada, el sonido de las rejas abriéndose la sacaron de sus pensamientos y pudo notar como la silueta de un hombre se hace presente, Elisa aún con su casi muerta esperanza creyó que era Lucifer pero no.

—Por el infierno niña, estás demacrada, mírate por favor come algo —,dijo Gadreel en tono de burla.

—¿Qué quieres de mi? —, preguntó la chica retadora a pesar de su estado, sus ojos se tornaron morados pero este rápido se apago por la tos inminente de la chica, su padre solo rió.

—Cualquier otro día vendría a sacar mas poder de ti, pero ahora —, su cara se puso seria— Dime ¿A dónde ha ido Yekun?—, esas palabras, justamente esas palabras hicieron que la chica sonriera de oreja a oreja pero lo disimuló antes de que su padre se diera cuenta.

—No se de que me hablas — dijo con real confusión, ella, aunque estaba animada por la noticia de que Yekun escapó, no sabía en dónde estaba sin embargo lo imaginaba.

— Niña, tu no sabes lo que soy capaz de hacerte si no me dices ahora —soltó un grito, de sus ojos parecían salir chispas, —En dónde está Yekun —.

—Te juro no lo se —habló asustada pues aunque ella ya era la reina del infierno, su posición no era la mejor en ese momento.

Gadreel tomó a Elisa por la cara, apretó sus mejillas y dirigió su mirada hacia él.

—¿Acaso crees que soy un tonto? ¿Tú de verdad piensas que no sé que fue en busca de Lucifer? Solo vine a advertirte, que el próximo en morir será él —. Aún sosteniendo el rostro de Elisa, con su mano libre desenvainó la espada que traía colgando en la cintura y cortó las cadenas, haciendo que los entumidos y delgados brazos de Elisa se golpearan fuertemente contras su cuerpo. Gadreel se la echó al hombro y se encaminó hacia su habitación, para luego atarla con cadenas dentro de un armario escondido tras un par de cortinas rojas y viejas.

—Ya veremos la cara de Lucifer cuando no te encuentre en tu celda —, habló para después cerrar de un golpe y luego  ponerle llave.

Sus lágrimas comenzaron a escurrir, no sabe que sentir, realmente no sabe si quiere o no ser salvada por Lucifer después de todo; con ese último pensamiento su cuerpo cede y se desploma contra el piso.

*

—Lucifer, llevas días sin decir una palabra, por favor dime algo hermano —decía Yekun a un Lucifer perdido sentado frente a su escritorio.

—¿Cómo pude permitirlo? —, se culpaba constantemente pues Yekun le había contado las cosas que le habían hecho a Elisa. —Ella debe de estar sufriendo, y yo no he hecho nada — Lucifer se mantenía serio.

—Tú plan no funcionará, yo he estado ahí un tiempo y se que en este momento ya nos esperan —, habló Yekun poniendo la mano sobre la espalda de su decaído hermano.

—Debe de haber algo que podamos hacer.

—Lo hay —, una voz femenina los sorprendió de repente; de la oscuridad,  una chica de melena rubia y corta se hizo presente, llevaba una máscara con una estrella en la frente, Yekun la reconoció de inmediato, era Osmara, la chica que casi lo deja inconsciente en Zemelot.

—¿Qué haces tu aquí? —Dijo Lucifer mientras se levantaba con fuerza de su silla y golpeaba el escritorio con sus manos.

—No trates de intimidarme, solo quiero ayudarte porque estoy arta de Gadreel —, la chica se sacó la máscara dejando ver un rostro pálido, con el ojo derecho azul y el izquierdo totalmente emblanquecido pues una cicatriz bajaba desde la mitad de su frente hasta la mitad de su mejilla; Osmara le sostuvo la mirada a Lucifer y dijo, —No lo soporto mas, se ha vuelto loco de poder, cree que es él es el rey, mira lo que me ha hecho —señaló su cicatriz—, solo quiero que muera.

Lucifer se apartó de la chica y sonrió de lado.

—¿Que te causa tanta risa? —preguntó ofendida la chica.

—No me rió, sonrió. Y es porque ese maldito bastardo no sabe ni siquiera que está haciendo, ¿Cree que puede contra mi? ¿De verdad?—, di un chasquido y su forma demoniaca se hizo presente, su piel brillaba como el látex y de sus ojos emanaba un colorido y eléctrico rojo. —Yo soy Lucifer, ¿Él? Solo uno mas que me desafía solo eso.

—Y ¿que piensas hacer? —, habló Yekun pasando por completo de la chica.

—Creo yo, que la respuesta está en ella —señaló a Osmara. —¿Cómo se que puedo confiar en ti? —, espetó serio.

—Te lo diré —, tomó lugar en un mueble de cuero viejo. —Gadreel está preparando las cosas porque sabe que Yekun vino a buscarte, si pisas su dominio, él tratará de matarte me lo ha contado todo.

—¿Pero cómo sabes todo eso? —cuestionó Yekun cruzado de brazos mirándole hacia abajo.

—Percival, el me lo ha dicho todo, es tan patético que cree que tenemos algo.

—Entonces ¿Cuál es el plan? —. Preguntó Lucifer.

—Gadreel no tiene ni idea de que estoy aquí, usaremos eso a nuestro favor, le diré que he estado investigando y espiando un poco y añadiré que ustedes llegan a su castillo en tres días, pero lo harán antes, justamente en el momento que yo le esté diciendo todo eso ustedes aprovecharán para meterse a la zona de celdas y sacar a Elisa, una vez con ella fuera, Gadreel pierde su poder.

—¿Qué opinas de esto Lucifer? — preguntó Yekun.

—Hagámoslo, todo sea por salvar a Elisa —dijo con determinación. —Todo se por salvar a mi Elisa—, habló únicamente para si mismo.

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Holaaaa he regresado, no diré mucho solo
Quiero que me cuentes que les ha parecido este primer capítulo.

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LA AMANTE DEL DIABLO - Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora