Justin volvió a los 10 minutos, y yo no aguantaba las ganas de comer helado.
-No me dijiste tus gustos, asi que pedi los que me parecían buenos.
-Granizado y chocolate suizo, son mis favoritos.
-Traje granizado y chocolate italiano con dulce de leche. -me sonríe.
-Ricos. -le di un beso. -¿Te sirvo los dos?. -dije sacando dos vasitos y dos cucharaz.
-Si. -se va a sentar al sillón. Nos serví los helados y me sente junto a el.
-Mañana voy a tu casa. -dije comiendo mi helado. El me miró y sonrio.
-¿En serio?. -me reí ya que tenua un pedazo de chocolate en el labio. Me acerquey lo bese. Comiendome su chocolate. -Mmm chiquilina.
-¿mmm? -le dije en una carcajada. -Quedas muy pa... -me interrumpe.
-Ya entendí. -dice riendo. -Volviendo al tema importante, ¿¡Mañana vas!? -me dice entusiasmado.
-Claro. Mi mamá trabaja mucho y mayormente siempte estoy sola.
-Como te quiero... -me abraza. Nos quedamos en silencio, yo pase la mano por mi helado y le enchastre la cara. El me miró, sin pider creerlo.
-Limpiame. -me dice sonriendo, yo sin parar de reirme, me pare y fui a buscar servilletas.
-Ah ah -dice negando- con tu propia lengua.
-Sos un asqueroso. -dije poniendome seria.
-Vos también. -dice sonriendome. -Veni y limpialo. -yo me acerque. -Ahora. -no podia hacerlo. -Ángel... ahoooora. -me da verguenza.
-No puedo. -le dije riendo. Bese sus labios y los limpie.
-Si puedes.