Gustabo dió una larga calada al cigarrillo de menta entre sus temblorosos dedos, esperando con desesperación que la pesada angustia y el insufrible rencor que tenía en su interior se tranquilizara con el contacto del humo en sus pulmones.
Cerró sus ojos con fuerza cuando no funcionó. Había esperado con plana esperanza que al menos los cigarrillos favoritos de Toni lo ayudarán a tener una mente clara, algún tipo de epifanía que lo ayudará con todo el lío en el que estaba metido. Pero en cambio solo se encontró con la misma tristeza y decepción que lo abrazaba con insistencia desde la encarcelación de su novio.
Se encontraba en la oficina de Salinas, en una reunión urgente con Fedor y Greco.
Hacía horas discutían los últimos detalles del plan para sacar a Toni de federal. Desde planos de la comisaría y la prisión hasta nombres de todo el cuerpo policial, sus placas y familias.
Gustabo solo escuchaba a medias, sabiendo perfectamente que todo el plan tenia miles de huecos y fallas imposibles de arreglar o buscar la vuelta. La falta de tiempo y mano de obra les jugaba en contra de muchas maneras. Básicamente, los cuatro hombres reunidos solo estaban discutiendo los acuerdos de su suicidio.
No que al rubio le importara, desde la ausencia de Toni que no estaba vivo de todas formas.
Los detalles eran tan sencillos como absurdos. Greco era el que tenía que entrar a federal, por descarte era el único con el rango para hacerlo, pero teniendo en cuenta como Conway le tenía manía, bueno, Gustabo lo veía complicado. Fedor es el que tiene las armas y amigos dentro que "podrían" echarle una mano. Salinas era el de los papeles falsificados y los aviones de alquiler, el único del grupo en el que el rubio confiaba cumpliría al cien por ciento su parte del plan.
Gustabo había pedido unas "vacaciones" por su servicio en el cuerpo. Su papel era, en fáciles palabras, matar a Conway con sus propias manos o retenerlo el tiempo suficiente.
A el le encantaba la primera opción, esperaba que todo saliera un poco regular para poder hacerlo. No veía la hora de ver cómo todo brillo desaparecía de los ojos del viejo y como exhalaba su último suspiro. Lo sentía mucho por Julia, pero no le iba a llegar condolencias de su parte.
Salinas suspiró con pesadez por milésima vez en el día. Gustabo fingió que no le dolía la mirada de absoluto desprecio que el abogado le regalaba cada vez que lo miraba.
Sabía que se lo merecía. Que atraparan a Toni era solo su culpa. ¿Después de todo a que gilipollas se le ocurría confiar en el puto diablo? Sabía de antemano que su padre era un hijo de puta, pero aún así decidió jugar a la casita con el como el imbécil que era.
De todas formas el recordatorio en esos rencorosos ojos marrones no lo hacía más fácil.
"¿Listos entonces?" Preguntó el abogado con voz ronca, posiblemente por las noches en vela y el duelo por el que estaba pasando.
Los dos hombres mayores en la sala asintieron. Cada uno con un semblante más tétrico que el otro.
Gustabo solo se dedicó tararear una afirmación, mientras se atrevía a soñar con ojos amables, manos delicadas acariciando su cabello y una voz dulce diciéndole una y otra vez palabras de cariño al oído.
Se levantó con pesar y cruzó la puerta. Un día más. Solo uno más y toda esa pesadilla quedaría en el olvido.
𖣠𖣠𖣠
Gustabo no se avergonzaba en decir que se había ocultado en las profundidades de su mente durante un buen tiempo. Luego de que Toni había sido sentenciado a una vida miserable por su culpa, lejos de su hogar, su familia, sus muchos amigos y de el, Gustabo no había podido salir adelante.
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all the angels
FanfictionGustabo vió a Toni en una celda y decidió que sería mucho más barato que un terapeuta. O Toni Gambino entró a la comisaría solo y salió de la mano con un policía.