Desde que se conocieron, el chico de pelo negro se enamoro perdidamente de él, su profesor.
Al acabar la Preparatoria, este se declaro al albino, recibiendo una respuesta positiva de parte de el. Pero, mientras mas avanzaba su relación, mas abusiva...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El frio clima finalmente azotaba a la ciudad Kimetsu, siendo que ya habían entrado en la era más fría de todo el año en la mencionada.
Gyutaro se encontraba viendo televisión, mientras pensaba en sus recientes "inconvenientes" con su novio, Uzui. No creía que aquellos problemas sin importancia podrían hacer algún mal, aunque de igual forma se sentía algo mal por aquellos percances sin importancia.
Uzui aún no llegaba de trabajar, eso hacía que Gyutaro se preocupara mucho.
Normalmente llegaba temprano y si no lo hacía era de esperar que le avisara a su pareja para que se calmara, aunque esta vez no fue así y Gyutaro no recibió llamada alguna.
El sentimiento de culpa entre los sucesos pasados y la preocupación de la tardanza de su pareja lo volvía loco, no comprendía del todo lo que sentía pero tampoco quería hacerlo. No quería parecer débil, así que simplemente trato de ignorar todo aquello que sentía.
Siguió bastante nervioso, hasta que su celular finalmente sonó.
Lo tomó rápidamente con la esperanza de que fuera Uzui quien lo estuviera llamando, aunque se cayó de esa nube al ver que tan solo era su hermana, Ume.
Ignoró la llamada y ni siquiera se dio el tiempo de colgar o devolver la llamada, solo quería que Uzui fuera el que lo llamara en esos momentos, nadie más que él.
Mientras más pensaba en Uzui más idiota se sentía, "¿Acaso soy tan estúpido como para seguir esperando una llamada?" Pensó, mientras se insultaba a sí mismo como lo solía hacer casi todos los días sin falta alguna.
Una completa laguna de pensamientos lo inundó, hasta que escuchó la puerta principal siendo abierta sin cuidado alguno. Se levantó de su asiento, y lo primero que vio fue a su pareja con una expresión de rabia a su persona.
- ¡Uzui! ¿Donde estuviste? No me llamaste para decir que vendrías tarde, ¿sucedió algo? - Comenzó a decir al ver como el chico se acercaba a él.
Normalmente esperaría una fría respuesta, pero no fue así. Lo que recibió fue una cachetada en su pálido rostro, haciendo que rápidamente la zona golpeada se hiciera completamente roja.
- ¡Eres un inutil! - Le gritó el albino, para luego dar repetidos golpes al chico, tumbándolo al suelo de forma agresiva. - ¡¿Acaso no puedes hacer nada bien?! ¡Eres un maldito estorbo!
El pelinegro no entendía lo que pasaba, no se habían visto en todo el día y lo estaba insultando por alguna cosa. No comprendía nada.
- ¡Eh, pues que hice?! - Dijo alzando la voz, cosa de la que luego se iba a arrepentir rápidamente al sentir repetidas palabras en su abdomen, haciendo al chico escupir algo de sangre.
- ¡Oh, quieres saber que sucedió?! - Gritó con sarcasmo, comenzando a reir. - ¡Pues me despidieron del trabajo por tu estúpida existencia, maldito estorbo!
¿Que había pasado? El no entendía que tenía que ver con que lo despidieran de su trabajo, la noticia en sí lo preocupó al instante, pero ¿que tenía el que ver en ello?
- ¡Yo no he hecho nada! - Dijo con dificultad y enojo. - ¡No es mi culpa que tengas una conducta de mierda!
El albino comenzó a reir de forma sarcástica, para luego tomar al menor del cabello tomándolo de forma agresiva. El chico soltó un quejido y sus ojos comenzaron a estar visiblemente llorosos.
- ¡Es todo tu maldita culpa, insecto de mierda! ¡Si tu no estubieras yo sería perfectamente más feliz y cuerdo, eres una maldito imbécil! - Insistió, dando golpes al chico hasta dejarlo finalmente inconsciente.
