Violentometro || UzuGyu. - CANCELADA

Amenazar.

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...

Hubo un error, por favor espera.

Tomó con fuerza a Gyutaro, sacándolo del establecimiento. Su fuerte agarre hizo que la pálida piel de su pareja se hiciera de un tono rojizo, ya que estaba siendo extremadamente brusco con él.

- Oh cariño, estás hecho un desastre. ¿Acaso quieres que me arrepienta de estar contigo? Fácilmente podría irme con alguna chica bonita en estos momentos, Gyutaro. - Habló, mientras acariciaba el cabello del pelinegro. - Sabes perfectamente que yo me comporto así porque tú eres un inútil. Todo es tu culpa. - Cambió su tono de voz, ahora se escuchaba de forma muy agresiva y fuerte, cosa la cual asustó a Gyutaro. - Entra al puto auto, no tengo todo el tiempo del mundo.

Su cuerpo temblaba, estaba seguro que todo esto no debía ser así, ¿acaso había cometido algún error? Juraba que ellos estaban bien. Uzui ya se había disculpado antes ¿No?

No quería que las cosas siguieran así, no quería.

Entró al auto sin argumentar con Uzui, sabía que le iría peor si ponía alguna queja al respecto del comportamiento de su pareja.

- Bien. Volveremos a casa, hoy Irán unos amigos míos a ella, quizá ellos te enseñen a comportarte.

Gyutaro tragó en seco, la misma imagen de sí mismo la noche anterior lo hacía querer vomitar, sentía asco de él mismo.

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Gyutaro despertó. ¿Se había quedado dormido? Parece ser que sí.

- ¿uh? - frotó sus ojos para tratar de que enfoquen bien, para luego notar como habían muchos hombres a su alrededor. La mayoría variaban de 35 a 40 años, al menos eso era lo que se notaba por su apariencia. - ¿que mier...? 

- Veo que ya despertaste, amor. Mira, ellos son mis amigos y me pidieron venir a saludarte ¿no es lindo de su parte? Por favor atiendelos al pie de la letra. - Habló el Albino, mientras salía del cuarto.

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- Mamá, ¿por que no me dejas jugar con él?

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Él jadeo ante lo dicho por Uzui, mientras ponía un rostro de horror al imaginar lo que podía suceder en ese escenario.

- Tengen-san nos dijo que era divertido usarte, realmente nos gustaría comprobarlo. - Comenzó uno de los hombres a decir, el simple hecho de tenerlos enfrente ya le daba arcadas, ahora imaginarse lo que podrían hacer con él lo hacía sentir aún peor.

Los hombres se acercaron a Gyutaro, él trató de levantarse pero su cuerpo no reaccionó, estaba completamente helado, sentía que ese cuerpo no era el suyo.

Sus brazos habían sido aprisionados por unas esposas las cuales se encontraban atadas a la misma cama, mientras que Únicamente podía mover sus pies.

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- ¡POR FAVOR PAREN! ¡SE LOS SUPLICO! - lloró. Estaba siendo tocado de forma agresiva por desconocidos, sentía ganas de vomitar.

Tocaban su escuálido cuerpo con curiosidad, pasaban de su clavícula a su pelvis con sus dedos. Comenzaron a tocar su cintura y sujetarla, mientras que algunos desabrochaban sus pantalones.

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Su cuerpo ya estaba cansado de haber sido usado una y otra vez por horas. No podía levantarse y su zona baja sangraba.

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Lloriqueaba ante lo sucedido, estaba confundido, asqueado, molesto y de cierta forma triste. ¿Uzui tanto lo odiaba? Él no se iba a quedar así.

Pasadas las horas, su cuerpo no dolía tanto y pudo levantarse. Fue al baño y tomó una ducha.

Talló su cuerpo con agresividad y desesperación. Poco a poco su piel se irritada más hasta que comenzó a sangrar.

No era suficiente.

No era suficiente.

Sus ojos lloraban, mas no podía sentir emoción alguna ante lo sucedido, se encontraba en shock.

Al acabar, se vistió como pudo y tomó una mochila. Comenzó a meter ropa, zapatos y productos de uso personal en ella. Estaba decidido a irse.

Cuando terminó colocó la mochila en su espalda y tomó una mascarilla junto a una gorra, quería irse con su hermana y amigos.

Caminó hacia el Salón en busca de la puerta principal, ahí se encontraba su pareja.

- ¿Gyutaro? Ya puedes pararte, ¿a donde mierda vas? - cuestionó sin levantarse de su asiento en el sofá.

- Me voy de la casa, Tengen. Nos vemos.

Él sonido de la puerta abriéndose fue lo último que escuchó Uzui antes de levantarse de golpe y tomar a Gyutaro de el brazo sin pensarlo dos veces.

- ¿que? ¡¿QUE?! ¿ACASO NO TE HE DADO LO SUFICIENTE? TE HE DADO TODO LO QUE TÚ NECESITAS, IMBÉCIL. - comenzó. - TÚ NO PUEDES DEJARME.

- Claro que puedo, y eso es lo que haré. Nunca hice nada para que tú me trates de esta forma.

Salió por la puerta ignorando a Uzui, sin más para decir o algo de lo que arrepentirse.

- si tú te vas yo me suicidaré.

Ante eso, Gyutaro paró en seco. ¿Había escuchado correctamente?

- ¿qué?...