diablo en llamas

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Beliar

10 horas antes

es hoy, el sacrificio que llevo meses planeando por fin se llevara a cabo

arrastro a mi presa al circulo que hice con las piedras ensangrentadas

escucho sus quejidos, pero no siento pena en cambio empiezo a sentir como esa adrenalina empieza a correr por mis venas y como el deseo se acumula en mi interior

dejo que llore y reviso si algo esta fuera de lugar o falta algo, esto tiene que salir perfecto.

le quito la cinta de la boca, pero no le destapo los ojos ni la desato, no correré el riego de que intente huir

-por favor, no hagas esto Bel te lo ruego- mi sonrisa se ensancha al escuchar eso, algo que me encante de asesinar es escuchar como suplican por su vida, creyendo que se la merecen o que seré compasiva con ellos.

Elisa, metro cincuenta y cinco, piel pálida y cabello rubio, "mi mejor amiga" o eso le hacia creer, desde los 10 años que llevo planeando esto, la conocí cuando ella y sus padres se presentaron en mi casa para darnos la bienvenida al lugar cuando yo tenia los 8 años recién cumplidos, dos años después de descubrir lo que soy me empecé a acercar a ella haciéndole creer que quería ser su mejor amiga.

Elisa era la típica niña amable popular que le caía bien a todo el mundo y no mataba ni una simple mosca, ya que desde pequeña que es religiosa como sus padres siempre fue un corazón puro y sin pensamientos crueles, cuando me empecé a acercar a ella obviamente me recibió con los brazos abiertos, en ese entonces solo creía necesitar a alguien que sacrificar a mis dioses para así poder irme con ellos, ella era el sacrificio perfecto, su alma era puro.

apenas empieza a anochecer y estamos a kilómetros de la carretera mas cercana, atrás nuestro se pueden apreciar las montañas cubiertas por la nieve al igual que los arboles mas grandes de todo el pueblo

es hora de comenzar.