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— de ninguna manera — respondiste.
— por favor ________, ¿cuando van a superar su estúpida pelea de niños? tú necesitas un vestido a medida y sabes perfectamente quien hace unos preciosos.
— no, no quiero, me niego a pedirle ayuda a Mitsuya — insististe.
Yuzuha suspiró — necesitas rápido un diseñador y tienes uno frente a tus ojos ¿cuál es el problema? — preguntó.
— ¿mi orgullo, quizás? — respondiste con obviedad.
— Mitsuya no es un mal tipo — Yuzuha rodó los ojos — quiero ayudarte ________, en serio. pero no puedo hacerlo si tú no quieres ser ayudada. tienes un problema y tienes la solución, ya depende de ti.
y después de una hora discusión al teléfono, Yuzuha cortó.
Tú madre iba a carsarse dentro de un mes. y la temática de la boda era: un vestido único, hecho a la medida — para nada pretencioso — fuiste avisada de eso con bastante antelación, pero dejaste correr el tiempo y los pocos diseñadores que has logrado contactar te dicen que tienen cupo para mínimo 3 semanas más.
nadie puede hacer un vestido tan rápido, sin morir en el intento.
te sentías como una idiota por dejar pasar el tiempo sin preocuparte de esto, no sabías que hacer.
Mitsuya seguro tiene cupo libre — te recordó esa vocesita en tu cabeza.
Mitsuya no, definitivamente no.
cuando eran solo unos niños y tú te uniste a toman, nunca te llevaste bien con el peli morado. él nunca te tomo en serio aún siendo vice-capitana y tú nunca lo respetaste a pesar de que al principio era caballeroso.
y digo al principio porque con forme pasaba el tiempo y se iban llevando peor y peor, los comentarios hostiles de ambos no podían faltar hacia el otro.
a pesar de compartir ciudad, pandilla y amigos. nunca podrías llevarte bien con él, jamás.
y sabías perfectamente que él pensaba igual. ambos se odiaban y eso nunca podría cambiar.
*****
al día siguiente, seguías comiendote la cabeza pensando en una solución, cuándo tu madre te llamó.
— ¿Hola? — contestaste.
— Hola mi amor ¿cómo estás? — preguntó tu madre.
— bien ¿y tú?
— bien, bien cariño. te llamaba para hablar sobre los preparativos de la boda ¿ya tienes tu vestido? — preguntó.
mierda, no podías decirle que se olvidó pedirlo con anticipación y ahora estabas cagada.
