Omega En Alquiler [KataIchi - Omegaverse]

Prólogo

Azul como el cielo por la mañana, con pequeñas gotas de rocío que aliviaba la sed de pequeñas plantas. Así describía los ojos de aquella mujer rubia tan bella que decidió quebrar.

Fue necesario para obtener a los quintillizos que ahora monitorea de cerca en busca de crear al ser perfecto, pero no hay día en que ni se arrepienta de haber asesinado a la única mujer que hizo latir su corazón... Quizás por eso hizo de sus hijos prácticamente objetos que ni sentían casi nada, solo hechos para decorar y traer vida al mundo por los diseños fallidos que fueron.

Fue así que nació la famosa compañía de vientre en alquiler, donde todos los alfas deseantes de una familia hicieron fila en la puerta sin importar su extracto social o la edad de quien tendría los bebés.

—¿Y todas estas personas? — Con los cuatrillizos detrás de él, la quinta que se trataba de una chica, volteo hacia el guardia. El hombre los miró observando en la pequeña manada un montón adolescentes omegas.

—Serán los-...

—¡miren, son los del folleto! Son aún más lindos en persona~ —Toda la atención se fue hacia ellos, los no les fueron los primeros en acercarse para elegir quien tendría a sus cachorros.

Ese solo fue el inicio que rompió cada ves más aquel mundo que deseo su difunta mujer para sus hijos... Actualmente eso ya no importaba, lo que importaba era que ¡el actual rey había venido a su tienda en busca alguien que pudiese dar a luz a su heredero! Pidiendo un par de días para que ellos no se rompieran aún, se aseguró de que todos comieran bien y descansarán después de sus partos.

Al ver al rey llegar solo pudo emocionarse y suspirar de alivió al ver que pidió el menos usado y más caro por petición de su mujer.

Ahora solo tenían que tener cuidado con el niño que crecería en el vientre de su hijo pelirrojo. si eso podría hacerse, serían ricos por un buen tiempo y ganarían aún más renombre por haber ayudado a juntar las reinos... Nunca se imagino la verdadera razón por la cual su hijo pareció desesperado por ver al rey ese día.

El destino sabe como juega sus cartas.