Horus

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- Eres débil pequeño pichón, en la guerra no saldrás vivo de seguir así, ni siquiera has logrado asestarme un sólo golpe y ni hablar de la lucha cuerpo a cuerpo donde no puedes soltarte de las llaves que son fáciles para novatos como tú.

Y sus palabras eran ciertas, dos meses habían pasado en un parpadeo, se supone que debía adquirir habilidad con el paso del tiempo, pero seguía igual que en un principio, en verdad estaba dando su máximo esfuerzo, si decidió continuar en el ejército es porque afirmó no volver a casa de sus padres, con eso en mente lograba llenarse de determinación, pero todo parecía menguar a la mañana siguiente sólo recibiendo castigos por ser incompetente.

Es más, prefería eso que no cuando la khopesh hacía su aparición en los combates, aquella arma era exclusiva de Seth, nadie más podía usarla, sólo él, todos sin excepción temían a su letal filo, un descuido y serías hombre muerto.

Horus no se salvaba de tener cortes en espalda y brazos, su sangre ya se había derramado en la arena, su rostro la última vez sufrió uno que sólo fue un roce superficial, las sonrisas sádicas que le dirigía el mayor le indicaba cuanto disfrutaba de hacerlo sufrir, no sólo en los entrenamientos también fuera de ello.

Aunque le daba vergüenza admitirlo, donde si puede decir que adquirió resistencia y experiencia es en cada encuentro sexual con el pelirrojo, podía seguirle el ritmo a sus demandas, pero jamás podría dominarlo, él era como la arena del desierto, libre, nada podía retenerlo.

Pensó que sólo sería una vez, un simple encuentro casual ó su bienvenida a aquel lugar pero se equivocó ya que Seth buscaba la forma de tomarlo, el lugar que fuera y donde sea, los supuestos "castigos" sólo eran una excusa para hacer lo que le plazca con su cuerpo, aún recuerda lo sucedido unos días atrás.

Flashback

Cómo era costumbre por la mañana, el sonido mal desentonado de la trompeta lo despertó de un sobresalto, Anubis y sus gritos histéricos como la cereza del pastel.

Lo típico de un "buen despertar".

Saludó a su compañero y amigo con un buenos días, porque sí, fue una proeza hacerse amigo del siempre coqueto Nazareth, se acostumbró a ello, es más ya no lograban hacerlo sonrojar sus palabras, se dio cuenta que era así con todos, siempre tan halagador, sonrisa fácil y enamoradizo.

Despues del desayuno cada quien tomó un camino diferente, llegó puntual a su entrenamiento, Seth ya se encontraba ahí observando la perfecta alineación de sus hombres, tomó su lugar y sólo quedaba esperar sus órdenes, para ese día tocaba realizar lucha cuerpo a cuerpo y cómo era de esperarse su compañero en dos movimientos lo hizo besar el suelo.

Al escuchar el grito furioso del mayor sabía que le tocaba otro castigo más de su larga lista, limpiar su oficina no estaba mal, al término de ésta se dirigió a la zona sur que son los dormitorios y oficinas de los de mayor rango, cuando llegó al número indicado, tocó la puerta pero no recibió respuesta, así que la abrió sólo unos centímetros para asomar su cabeza y vio que no había nadie, finalmente se adentró y observó lo espacioso que era, si no fuera por la cama con sus sábanas pulcramente tendidas en el fondo de la habitación seguiría pensando que era una oficina.

God Of War [SethxHorus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora