—¿Qué piensa sobre eso, abuelo Galli?
Notte reposaba su cabeza en la palma de su mano mientras bebía un té de hierbas junto al nombrado en el mostrador de su tienda, su velo alzándose cada vez que la taza que contenía el líquido caliente se dirigía a su boca, sin llegar a quitárselo por la simple pereza a que debe volver a acomodarlo pronto.
El mayor frunció su ceño mientras trataba de pensar y analizar todo lo que el joven decía, más específicamente sacando cuentas sobre los precios que aquel hombre le había ofrecido por un trabajo. Negando con su cabeza una vez volvió a mirar al menor.
—Deberías pedir ochocientos por el cuadro familiar.
El pelinegro suspiró renegado ante aquella respuesta.
—Abuelo, no pregunté eso — dejó su bebida a un lado —. No sé si es buena idea trabajar para ellos. — Frunció sus labios, aunque nadie lo haya podido ver.
Su cabeza estaba volviéndose un lío ante el ofrecimiento pasado, de cierto modo tenía un poco de temor a que todo resultara un desastre, también porque nunca antes alguien había tenido la idea de proponerle algo en específico. Está acostumbrado a sólo hacer lo que le gusta.
Cuatro miembros de la familia, un retrato por cada uno de ellos y otro cuadro donde estén presentes todos. La manera en la que el hijo de los Marcini se lo propuso fue tan extraña a su entorno, en el momento parecía estar un poco nervioso y desconoce si lo ve como alguien estúpido al proponerle precios tan bajos a su trabajo o, simplemente, era una persona ajena a este campo de las artes.
¿Setenta florines por un retrato? Ni en sueños.
—Puedes tomar esto como una experiencia, para conocer tus límites bajo las órdenes de otra persona, lo que aún no puedes hacer para ir practicando en ello — el pintor se dejó caer en el mostrador, intentando despejar un poco su mente de lo absurdo que era el asunto —. Vamos, muchacho. No puedes rendirte sin antes haberlo intentado.
—Lo siento, ya lo hice.
Celio Galli negó a la par que suspiraba, sin embargo, luego mostró una sonrisa ladina por la actitud que tomaba el contrario.
Conocía a Notte desde hace algunos años, cuando uno de sus mejores amigos y mentor del menor – que en paz descanse – llegó a su tienda y la salvó de un posible cierre; la primera vez que lo vio, después de haber escuchado que se retiraría de la pintura para descansar en su adultez, fue para vaciar todos los materiales que tenía en el momento.
Sus bolsillos quedaron vacíos y sus manos llenas de pinturas, carboncillos, pinceles, paletas y más, tantas cosas que él mismo tuvo que ir hasta el establo que actualmente le pertenece al pelinegro cargando un poco de sus pertenencias. No lo vio ese día, mucho menos le habían dado explicaciones ante la extrañeza de la situación.
Pero lo dejó pasar, Valentino era un poco misterioso y estaba acostumbrado a ello.
La curiosidad lo abrumaba hasta el punto de creer que el nombrado se encontraba molesto con él por alguna razón, cosa que descartó una vez encaró a su amigo. Ocultaba un secreto dentro de su hogar, desconocía si se trataba de algo malo o sobre el cual se avergonzaba, hasta esperaba que estuviera escondiendo a una mujer en vez de aquel chico de ojos grandes.
Al parecer, el hombre que los años no parecían correr con él al casi no encontrar arrugas en su rostro al igual que él y quien dejó de pintar por el dolor en sus manos que ha tenido desde niño, volvió a hacerlo para distraer a un joven totalmente destrozado, sumergido en el mar de la infelicidad.
Admira el hecho de que su amigo haya podido ayudar al menor, en su rostro se pudo ver el cambio en cómo sus ojos empezaron a brillar una vez empezó a tomar la pasión del mayor en pintar, descubriendo un talento innato que cualquier ahora reconoce. Lamentablemente y como era de esperarse de un ser humano, sentía un poco de recelo y rencor injustificado, tal vez el pelinegro nunca lo sepa, pero su mentor sufrió mucho con el fin de apoyarlo.

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Bella Mujer.
Fiksyen RemajaChi è quella bella donna? | ❝¿Quién es esa bella mujer?❞ El amor es engañoso, fantasioso y manipulador. En un pequeño establo de madera en pueblo de la ciudad de Firenze, un hombre el cual oculta su rostro bajo un velo, es conocido por retratar la b...