El chico pelirrojo┃Ikalshi

⚘│Extra: La estrategia

【Cartas para un pez】

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Cuando uno está intranquilo, ansioso, asombrado o con un sentimiento reprimido, lo único que quiere hacer es buscar a alguien para contar sus dudas e incertidumbres; siendo el que te escucha, en la mayoría de casos, un buen amigo, o incluso dos. Al menos así sucede con Ikalgo, quien no soportaba ese dolor agudo en su garganta, y peor era al tratar de aguantar la sorpresa recibida y esos bajos gritos llenos de interrogantes.

—No me quiere ver ni en pintura, ¡me golpeó sin dudar! ¡Nunca creí que mi lindo y amable Zushi llegaría a usar la violencia! —chilló un pelirrojo en su cama; Killua, su amigo del alma, había dejado de reír hace un largo rato, después de que su barriga comenzara a doler por tantas carcajadas —. ¡No es gracioso! ¡Mi pececito está muy distinto, algo le pasa! ¡¿No entienden lo grave que es?! ¡Me rechazó y me mandó al demonio!

El más alto soltó una última y exagerada risa, limpiando una pequeña lágrima salida por las carcajadas anteriores —. Te dije que sería tarde cuando por fin lo admitieras. —Le recordó sin pena, sonriendo altanero para molestarlo y; de no ser por la presencia de un orgulloso Gon, ambos ya se estarían dando unos buenos golpes. Le siguió haciendo memoria —: Pero no, te quedaste como un idiota, diciendo que lo pensarías mejor porque no estabas seguro, que no eras gay y que sólo había una gran amistad entre ustedes; tardaste tanto en darte cuenta de lo obvio que Zushi se rindió y decidió irse lejos. Sinceramente, también me deja sin palabras su regreso después de todo lo que pasó, y me alegra que esté renovado, sin intenciones de permanecer a tu lado como siempre.

El menor arrugó las cejas al oírlo, aceptando lo dicho por su amigo con resignación y culpa por no haber visto lo que claro estaba —. Pero Zushi... Él está aquí, sé que aún me ama... Y yo lo amo también, sentimos lo mismo, ¿entonces por qué me hace esto? —Buscó respuestas, pues no entendía lo ocurrido, no asimilaba que iba a ver a su mejor amigo y enamorado cerca suyo; mas sin poder hablarle o abrazarlo como soñaba antes.

—Lo lastimaste, Ikalgo —habló recién el Freecss, un poco enojado —. ¿Cómo crees que se siente Zushi cuando lo has rechazado más de una vez y ahora vas a él con el cuento de que le correspondes? De seguro te ve como un mentiroso, tú solo perdiste su confianza.

El albino cruzó sus brazos, de acuerdo con su novio, pensando en lo que dijo su amigo de ojos negros; concluyó —. Está muy molesto como para que se trate de sólo un rechazo, Gon. Si se enojó con él y lo golpeó tuvo que suceder algo más, ¿o me equivoco? —Sudor frío resbaló por la frente del contrario y el azabache parpadeó repetidamente, atónito.

—Killua... ¿Hay algo más y tú lo sabes? —El Zoldyck lo miró, asintiendo, los labios ajenos se abrieron inmensamente y el moreno se resintió —. ¡¿Lo sabías y no me dijiste?! ¡Dime qué es! ¡Le hizo algo a Zushi, ¿verdad?!

Ante los titubeos del más alto y las insistencias de la pareja de este, el pelirrojo suspiró, confesando —. Sí ocurrió algo más, pero... —Los presentes lo vieron, provocando un ligero sonrojo en su rostro  —. Me da vergüenza, fui muy tonto. No puedo decirlo.

—Creo saber qué pasó —dijo el de ojos marrones al escuchar y analizar la confesión del joven de gorra, imitó a su pareja y cruzó los brazos, declarando lo que pensaba —. Y siento que Zushi hace bien al no aceptarte.

—Perdón... —Agachó Ikalgo la cabeza, sintiendo un nudo en su garganta y algunas lágrimas aproximarse —. Ya sé que lo arruiné, pero me niego a aceptar que lo perdí para siempre, yo sólo quiero que sepa que nunca dejé de pensar en él y que voy a mejorar. —Una gota de sal rodeó su rostro —. En serio quiero ser merecedor de su cariño, quiero corresponderle como debí hacerlo hace tanto tiempo, quiero estar con él.