Sábado

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Ya eran las 8 de la mañana y el primero en despertar fue el pequeño Tristán, despertó de muy buen humor y sintiéndose feliz ya que había dormido en la misma cama que su padre, así que decidió despertarlo para que comenzara el día de diversión, comenzó a saltar encima de él, eso hizo que Meliodas despertara con una cara de chibi molesto ya que quería dormir mas.

Meliodas: ¡ahhh!!! Hijo tranquilo ¿Por qué tanta energía?—mientras se levantaba para sentarse en la cama— ¿tienes hambre?

Tristán: ¡shiii!!!! Papi quiero ir al parque y jugar futbol contigo—mientras sacudía el brazo de su padre.

Meliodas: jejejeje está bien campeón, primero hay que desayunar y después a cambiarnos—mientras se paraba de la cama y ayudaba a su hijo a bajar.

Tristan: papi, ¿hoy puedes hacer hot cakes de desayuno?—mirándolo con ojitos de ilusión

Meliodas: por supuesto tris, mamá me dejo la receta de hacerlo como te gustan.

El pequeño tristan se emocionó mucho, trajo su tablet y siguió a Meliodas a la cocina para ver como cocinaba el desayuno, para él era costumbre acompañar a su mamá cuando hacia alguna comida, le era muy curioso e interesante verla en modo hogareña, pero ver ahora a su papá haciendo lo mismo le pareció muy entretenido y sorprendente, así que mientras Meliodas hacia el desayuno Tristán jugaba en la tablet y de vez en cuando miraba lo que su padre hacia.

De la nada comenzó a salir un olor muy dulce y delicioso que hizo a Tristán encender todas las alertas de que el desayuno ya estaba listo.

Meliodas: bien pequeñín, ¡ya están tus hot cakes listos!— mientras acercaba los platos de hot cakes a la mesa junto con unos vasos de leche.

No espero ni un segundo y Tristán comenzó a devorar su desayuno, le era delicioso y muy parecido a los que hacia su mamá. Meliodas estaba feliz de ver a su hijo tan animado y más cómodo con él, así que decidió llevarlo como sorpresa al parque donde habían resbaladillas de todos los tamaños y un mini campo de futbol para que jugara a gusto.

Ya habiendo acabado el desayuno, Meliodas lavo los platos y vasos para después llevar a cambiar a Tristán y comenzar con el paseo.

Ya cambiados ambos, alistaron una pequeña mochila con agua y una que otra cosa que pudiera necesitar el pequeño, claro que un hombre precavido vale por dos como dice el dicho. Subieron al automóvil y comenzaron el trayecto hacia el parque, en eso Tristán se fijo que iban por un camino diferente y por ende a un parque diferente.

Tristán: papi ¿A dónde vamos? ¿Si el parque es por oto lado?

Meliodas: pues veras tris, esta vez iremos a un parque un poco más grande jijijiji

Tristán: —mientras se le iluminaba la mirada— ¿es al paque de los toboganes gandes? —Meliodas asintió— ¡yupiii!¡qué alegría!!

En todo el camino Tristán comenzó a cantar una canción inventada por el donde decía que su papi era el mejor, y Meliodas no dejaba de sonreír de alegría.

Llegaron al parque y apenas Meliodas abrió la puerta de Tristán salto de su asiento de la emoción, habían muchos niños jugando en el alrededor y se podía ver a lo lejos las mini canchas de futbol para niños, y sin esperar más Tristán condujo a su padre a las canchas y apenas llegaron sacaron la pelota y comenzaron a jugar, primero fueron lanzamientos entre ellos, después hicieron un mini partido entre ellos y al final se turnaron para hacer de arquero y parar los goles del otro.

Ya después de un rato tomaron un descanso y un poco agua de la que trajeron para hidratarse y a pedido del pequeñín compraron unos raspados de fresa y otro de mango para el calor, después de comer Tristán seguía lleno de energía así que corrió hacia el circuito de toboganes y puentes, de en vez en cuando Meliodas subía con él para jugar juntos en los juegos.

Papá y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora