III

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III. Preguntas

— ¿Te gusta?

La pregunta de Jay me hace dejar de pensar. ¿En qué estaba pensado? En cómo sería la vida si fuera surrealista.

— Sí, sí — Observo la pintura que acaba de hacer, es una flor flotando en el lago.

Todas sus pinturas están basadas en el lago y me encanta.

Hace una semana nos la pasamos aquí, en medio de la nada, lo disfrutaba muchísimo. Sentía mucha tranquilidad.

Jay cada día me hace comentarios sobre mi cuerpo, no sin antes pedirme permiso. Que este chico es genial.

Y cada comentario hace querer más mi no perfecto cuerpo. Porque no tengo curvas, un culo enorme – para Jay sí –, unas tetas grandes, un abdomen plano, piernas delgadas ni rellenas.

Supongo que así estoy bien, ¿no?

— Estás perfecta — Comenta, luego de llegar con un vasito de agua del lago y limpiar sus pinceles.

— ¿Disculpa?

— Se me antojó... hablar de otra cosa, ¿a ti no? No me importa, hablemos de otra cosa — Sonríe, metiendo sus cosas a una bolsita, que tiene un estampado de un gatito en medio.

Acomodo mi cabello y pienso. No sé sacar tema de conversación, menos con un chico.

Se me dificulta tanto que a veces se me va la respiración por los nervios.

— Me gusta ese vestido.

— ¿Ah, sí? ¿Por qué? — Cuestiono, dándole una sonrisa de lado.

— ¿Puedo decírtelo? — Dice y yo asiento —. Tus piernas, joder.

Era mejor que no lo dijera. Cómo es que no le costaba decir esos comentarios, si a mi con tan sólo escucharlo me pongo mas que roja.

— Que bonita te ves toda rojita.

— Jay...

— Olivia... — Esboza una sonrisa.

Nos quedamos un rato en silencio, no sabía qué preguntar, qué decir, qué hacer, si tenía que moverme o no. Era tan difícil.

Comienzo a arrancar pedazos de césped ansiosa.

— No sé que más decir, Jay.

— No es necesario que digas algo, me gusta este silencio.

Y con eso me calmó. Cuando reviso la hora en el móvil es momento de irme o mi madre no estará tan contenta.

Cuando me levanto, Jay tapa sus ojos y yo sin entender el porqué. Cuando estoy de pie, le doy un golpe con el pie.

— Ándate. No quiero verte el culo así. Con ese vestidito.

— ¿Así...? Oh, ya. De acuerdo. Me voy.

¿Cómo es que yo estaba tan dispuesta a que mirara esa parte de mi cuerpo? Me gustaba, podía sentir siempre su mirada ahí.

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⏰ Última actualización: Jun 27, 2022 ⏰

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