Eʟ ᴄᴏᴍᴘᴀɴ̃ᴇʀᴏ ᴅᴇ ᴄᴇʟᴅᴀ || 𝑪𝒉𝒂𝒏𝑩𝒂𝒆𝒌 [𝑨𝑫𝑨𝑷𝑻𝑨𝑪𝑰𝑶́𝑵]

CAPÍTULO I 》La primera noche.

"Tal vez no hicieron nada que no hubieran hecho con otros, pero es muy distinto hacer el amor amando."

BaekHyun se quedó inmóvil sobre su delgado colchón, mirando a la oscuridad. Hacía frío en la celda, y la manta vieja y gastada que le habían dado no estaba ayudando mucho. Pero no era por eso que no podía dormir. No podía creer que su vida había llegado a este punto. 

Un error estúpido, una noche fuera del control bebiendo, una monumentalmente mala decisión de ponerse al volante. Y entonces el chirrido de frenos y la rotura de cristales y el ruido de muchos otros sonidos peores. Sonidos que no habían salido de su cabeza en los diez meses que habían pasado, meses de citaciones y abogados y audiencias y el juicio. Y allí estaba, un convicto más, situado en una pequeña celda que sería su hogar por un tiempo muy, muy largo. Él estaba muy, muy lejos de la lujosa casa en la que había crecido en las afueras de Seúl, y no sólo en términos de millas.

Oyó a su compañero de celda moviéndose en su propio colchón y cerró los ojos, volviéndose hacia la pared. Park era alto, intimidante, francamente aterrador. Tenía el pelo negro, unos ojos prominentes y fuertes características.

El rostro de Park no había mostrado emoción alguna cuando había sido metido en la celda junto a él esa mañana temprano, apenas y había mirado a BaekHyun.

BaekHyun no tenía idea de lo que había hecho el chico para estar allí, pero pensó que tal vez era mejor no averiguarlo. Se limitaba a permanecer lejos de Park, y Park debería mantenerse alejado de él. BaekHyun había decidido hace meses que era lo mejor y hacer frente a las cosas por su cuenta.

Era la razón por la que había roto con SeHun, el porqué había dejado de devolver las llamadas de sus amigos, el porqué en realidad no habló con sus padres nunca más. En realidad, no había dejado de hablarles del todo. Pero no lo hacía como antes. Había dejado a todo el mundo atrás, porque él no podía soportar causarle más dolor a nadie. Así que se quedó solo. Era mejor así. Pero ahora que estaba realmente solo, durmiendo en una celda pequeña y oscura, en su primera de muchas noches, muchas que vendrían, de repente se sentía solo. Por primera vez en un largo tiempo, quería a alguien que le esperara, para tocarlo, para cuidarlo. Se sentía tan pequeño.

De repente, oyó un ruido suave detrás de él y sintió un cuerpo que se arrastraba en su colchón. Sus ojos abiertos parpadearon, trató de sentarse, darse vuelta, pero una mano fuerte lo mantuvo en su lugar.

—Park... ¿qué...?

—Shh.

Él tenía una mano en la cadera de BaekHyun, mientras que deslizaba la otra debajo de la camiseta, acariciando la piel de su espalda, sorprendentemente suave. El aliento de BaekHyun quedó atrapado en su garganta. ¿Es así como era estar en la cárcel? ¿Sólo eras tomado, agarrado? ¿El hombre más pequeño le pertenecía al hombre más grande? Sólo que no era así como se sentía. Este no era el toque de alguien preparándose para tomar ventaja de él, para violarlo. Este era el toque de un amante.

La mano de Park se deslizaba alrededor del estómago de BaekHyun ahora, todavía tocándolo muy suavemente, acariciándolo. Sintió una boca en el sitio donde el cuello se unía con su hombro, besando, mordiendo. La respiración de BaekHyun creció más rápido. Su polla estaba comenzando a responder.

Pero él se quedó congelado, el cuerpo tenso, las manos en puños, los ojos bien abiertos. Cuando la mano de Park se hundió un poco más, rozando su entrepierna sobre los pantalones de su uniforme de la prisión, él gimió.