La Boda

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Mi vestido, de un color champaña fatal, llegaba hasta el suelo y su cola cubría una gran porción del mismo, su escote en forma de corazón hacía que mi pronunciado pecho luciera de revista, lucía tan hermosa como siempre lo había soñado. Desde el peinado hasta el maquillaje, todo era perfecto, justo como debía ser.

Mientras terminaba de arreglarme frente al espejo, las náuseas que había estado sintiendo desde hace un par de semanas volvieron con mucha más fuerza que antes, traté de ignorarlas tanto como pude pero me fue imposible no correr hacia el baño para descargar el desayuno de esa mañana. Luego de limpiarme y poner todo en su lugar giré a ver el gigante reloj negro que adornaba la pared de la habitación, eran las 12:00 lo que significaba que el momento que tanto había estado esperando por fin había llegado. Cogiendo el ramo de tulipanes que se encontraba en la mesa central de la habitación me dispuse a salir del cuarto y caminar hacía la capilla que había dispuesto para este día tan especial. Con cada paso que daba mi emoción aumentaba a ritmos acelerados, mi corazón parecía querer salirse de mi pecho.

Ya en la puerta de la capilla, respiré hondo, calmé mis nervios y abrí la puerta. Los invitados se pusieron de pie y acompañada de sonrisas y felicitaciones hice mi camino hasta llegar al altar, ahí estaba él esperando por mí, con su hermoso traje negro y su sonrisa perfecta, pude ver en el brillo de sus ojos que le gustaba lo que estaba viendo. Marcos tomó mi mano y me ayudó a subir las pequeñas escaleras que nos dejaron frente a frente, todo lo demás desapareció para mí, solo éramos nosotros. La ceremonia avanzaba de manera ideal, cuando llegó el momento de decir nuestros votos, aquellos que sellarían nuestro amor para siempre, Marcos soltó mi mano y dijo:

- Hoy tengo el placer de decir estas palabras delante de ustedes, amigos míos- dio un rápido vistazo a todos los presentes que se encontraban en sus asientos- Hoy estoy aquí celebrando el amor, el amor de una mujer que se ha vuelto parte de mí, celebramos este amor que poco a poco nos fue transformando durante todos estos años, a mi querida Amalia- esta vez volteó a verme solo a mí- a quien nuestro amor convirtió progresivamente en una víbora y zorra mujer...

Todo el público empezó a murmurar y a mirarlo sorprendido, no sabía que estaba pasando, por qué Marcos decía eso en el día más feliz de nuestra vida, iba a interrumpirlo cuando de repente levantó su mano, diciéndome que no me atreviera a decir nada y siguió su discurso.

- ...Así es amigos míos, esta mujer que hoy se presenta como la novia perfecta no es más que una sucia puta que llego a envenenar poco a poco mi vida y la de todos a nuestro alrededor, siempre supe que esto acabaría mal, pero nunca preste atención a las alertas. Y como sé que todos se estarán preguntando qué pasó les diré todo: Hace dos meses, luego de una ardua jornada de trabajo, llegué a nuestro hogar, cansado y con deseos de fundirme en un abrazo con mi mujer escuché ruidos en el cuarto, me asomé solamente para descubrir que mi querida novia y compañera estaba teniendo relaciones con mi amigo de infancia, así es, no puedes escapar esta vez Daniel, tú, mi amigo, mi hermano, nuestro querido profesor de Alemán revolcándote con mi mujer y tu hermana. Qué clase de enfermos son ustedes dos.

Nadie podía creer lo que salía de la boca de Marcos, no podía creer que estuviera arruinando mi día por un sucio desliz del que me arrepiento. Daniel se puso de pie y tratando de llegar hasta su amigo intentó calmarlo, pero Marcos borracho de ira no lo dejó avanzar ni un paso más.

- No, no te atrevas a acercarte más, aún no he acabado con ustedes dos. No estando contentos con revolcarse en mi cama, ahora resulta que están esperando un engendro.

No pude contener mis lágrimas, todo estaba perdido, me tiré al suelo queriendo que la tierra me tragara, de pronto vi que Daniel estaba a mi lado, tratando de protegerme de la ira del monstruo que alguna vez había sido el amor de mi vida, ya no podía escuchar nada, solo veía la cara de todos transformarse en ira, sorpresa, tristeza y decepción, ya no estaba allí presente, me había ido lejos de allí.

- Ya no serás nunca más la narradora de esta historia Amalia, desde hoy estás condenada, tú, tu amante y el engendro que llevas en tu vientre, van a pagar por haber arruinado mi vida, te borraré de mi historia y me adueñaré de ella.

Saqué toda la fuerza que pude de mi ser y lancé el primer golpe, con este logré dejar fuera de combate a Daniel el tiempo suficiente para encargarme de la novia. "Te odio Amalia", justo después de decir esa frase descargué mi ira y mis frustraciones en ella, mis puños chocaban con su carne, y en unos momentos su bello vestido de color champaña se manchó de rojo. El río de sangre que brotaba de su cabeza representaba a la perfección mi desborde emocional, no me importó la gente, no me importó estar en un templo sagrado, solo quería venganza, luego de asegurarme de que ya no respiraba, subí su vestido y baje mis pantalones y la hice mía, muerta o no, le demostraría que al final yo había ganado la pelea.

Desde su enorme televisión de última generación la señora Ruth Longbottom veía las últimas noticias, la policía aún seguía tras la pista de Daniel Salamanca, un asesino en serie que había estado aterrorizando a las parejas próximas a casarse, su objetivo eran aquellas parejas que celebraban el día de su boda, la policía tenía la teoría de que había empezado el día que encontró a su prometida Amalia Avellaneda teniendo relaciones sexuales con su propio hermano, Marcos Avellaneda, ambos fueron sus primeras víctimas, y desde entonces este hombre no ha parado, haciéndose pasar por un invitado de estas ceremonias, siempre mencionando el nombre de su difunta prometida antes de cometer estas atrocidades.

Justo antes de que la aclamada señora Longbottom cambiara de canal escuchó el nombre de las últimas víctimas del asesino, no eran más que su hijo Lucas Longbottom y su dulce prometida, Leah, no podía ser cierto, su tesoro más preciado había sido asesinado y mancillado por un loco fuera de control.

Lejos de allí, en s escondite, Daniel se reía de estas noticias, no habían logrado atraparlo hasta ahora, y como él mismo decía, en el amor todo se vale. 

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