Capítulo 5

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La puerta de su departamento sonó, el rubio sonrió divertido -Kurama-sama me ayudará con mi mente ¿verdad?- el zorro perezosamente contestó que sí - abrió la puerta con calma, con una tranquilidad enorme - jiji ¿vienes a comer conmigo?- el pequeño lo vio con esperanza - el mayor negó con pipa en mano - me preguntaba, ¿has entrado nuevamente a la sala de pergaminos?- el rubio giró su rostro con duda -¿de qué hablas jiji? aprendí mi lección, no volveré a hacerlo, dijiste que era un delito, no lo haré nuevamente- el anciano lo observaba con duda, había algo que lo hacía dudar -¿te molestaría si un Yamanaka revisará tus recuerdos?- el pequeño sonrió divertido - qué increíble, ¿se puede hacer eso?, ¿pueden enseñarme jiji? vamos corre, quiero ver cómo lo hacen - el anciano sonrió descartándolo, negó con diversión - vamos Naruto-kun-

Ambos entraron a TI dónde un equipo de recolección de información los esperaba- no quiero que lo lastimen, ¿entienden? - todos confirmaron - Inoichi estaré presente, no quiero errores - el pequeño se sentó en la silla, Inoichi entró en sus últimos recuerdos de la semana, veía al pequeño comer en Ichiraku, ser molestado por los aldeanos y sus conocidos, entró un poco más ligeramente, lo vio sentado por horas en el monte Hokage viendo la aldea con melancolía, diario una rutina similar. Inoichi estaba por salir cuando un rugido del zorro lo expulsó de su mente, el rubio Yamanaka salió de inmediato tomando su corazón con fuerza - demonios - los presentes se imaginaban qué sucedía, un doctor lo revisó con cuidado - nada Hokage-sama, el niño no fue- el anciano vio con duda al Uzumaki que los observaba con cuidado. El zorro había puesto recuerdos de algunos fines de semana, sustituyendo los verdaderos- ¿me enseñaran a leer mentes jiji? - el anciano negó, sobó sus cabellos - entonces, ¿me puedo ir? -el anciano e Inoishi sonrieron - puedes irte Naruto-kun-

El rubio salió con una sonrisa del lugar, podía sentir dos chakras siguiéndolo, se dirigió a su departamento, de ahí no salió todo el día -viste algo más en su mente Inoichi -el líder del clan vio al Hokage con cuidado -los aldeanos siguen molestándolo Hokage, pude sentir mucha tristeza en él, me da un poco de lástima - el anciano negó con fastidio -creó que en la aldea nunca será aceptado, por lo menos ya no lo golpean-

….

Una semana desde que se graduó había pasado, lo habían dejado de seguir, aprovechó, con velocidad fue al monte Hokage, recuperó los pergaminos, dejó un clon en la aldea, él se largó al bosque a entrenar. Dentro del pergamino de su clan encontró una carta de sus padres, lloró por horas al enterarse de toda su verdad, esa tarde se imaginó viviendo con ellos como cualquier otra familia y un hueco en su corazón aumentó, la soledad a veces lo hacía pensar tonterías, comenzó su entrenamiento.

Una semana entreno abusando de sus clones principalmente su control de chakra como el zorro le indicó, no salió del bosque hasta el día de la formación de equipos, concluyó cuatro niveles de sellado, logró sacar dos cadenas de su espalda, ahora sabía cómo se llamaba su habilidad para sentir el chakra, el ojo de la mente de kagura, selló en su abdomen en un pequeño sello de almacenamiento sus pergaminos, en su poder ahora tenía las pruebas para limpiar el nombre de su adorado ángel.

….

Un año había pasado, se encontraba frente a la tumba de Sarutobi, quisiera poder llorar, pero no le nacía, ese anciano le había ocultado mucho, dejó que los consejales abusaran de él, no cuidó apropiadamente su vida. Podía sentir a la gente observarlo, no dejó la rosa que llevaba en su mano, se giró dando la espalda a la tumba, caminó hacia la tumba del cuarto Hokage, ahí dejo la flor, la gente lo vio como una falta de respeto. Kakashi abrió sus ojos con sorpresa, todo este tiempo había creído que quería al anciano, no sabía si sabía la verdad sobre sus padres y por eso había hecho ese pequeño movimiento, era bien sabido por todos como admiraba al cuarto. Lo tomó del hombro, lo llevó lejos del lugar -puedo saber, ¿por qué? - el rubio no decía palabra alguna, sólo veía a su sensei con cuidado, había actuado como idiota todo ese tiempo sin usar sus verdaderas habilidades, no se podía exponer a que supieran que él tenía su pergamino, podía acabar en manos del consejo - ¿por qué, qué?- el peliplata lo observaba a detalle -¿por qué no dejaste la flor sobre la tumba?- el rubio frunció sus ojos un poco harto de aparentar - no sé, tal vez por no defenderme frente a los aldeanos, frente a los ancianos del consejo, no sé, tal vez por no ser un buen Hokage y permitir que fastidiaran mi vida por completo:- el rubio reaccionó, sonrió amigable - no me haga caso, sólo estoy enojado porque se murió Kakashi-sensei - el pequeño se alejó con sutileza, lo vio un momento con seriedad, corrió a su departamento a acostarse en su cama con fastidio. Kakashi se había sorprendido bastante - al parecer estaba equivocado Sandaime-sama, el niño guarda bastante rencor en su corazón-

Llévame contigo... (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora