Las segundas oportunidades están para ser tomadas. Así que tanto Ohm como Nanon van a tener que luchar por ellas, porque se lo merecen.
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Había llorado toda la noche por alguien que vió en la televisión aquella mañana, era un sentimiento de añoranza lo que estaba instalado en su pecho. Definitivamente era alguien importante para él, era la única persona a quien de cierta manera ha reconocido.
- Dice mamá que bajes, vamos a cenar.
Ohm bajó al primer piso, solo su padre estaba con ellos, porque su madre estaba en el trabajo. Había llamado para decir que llegaría tarde y que cenen primero, comería con un cliente.
- ¿Les gustó mi cena? ¿Qué tal me salieron?
- Pues hacen muy ricas las pizzas en Pizza Hut, Papá.
El señor Pawat sonrió al verse descubierto.
- Así que... ¿Qué harán mañana?
- Señor Paw... Papá, tengo algo que pedirte.
El patriarca de los Pawat miró a su hijo mayor.
- Dime...
- Mañana por favor llévame a los edificios de GMM.
- Supongo que quieres ver a Nanon.
Ohm asintió ante tal pregunta mientras pasaba un pedazo de pizza por su garganta.
- A tu mamá no le agrada, pero qué importa. Es a ti a quien debe gustarle.
- No me gusta, solo deseo hablar con él.
- Pero si ustedes han sido novios, pareja o como le llamen a lo que hayan tenido.
- No me acuerdo de eso.
Ohm miró su plato con tristeza, porque aunque sabía que aquel chico de nombre Nanon es alguien importante para él, no le guarda ningún sentimiento en particular.
- ¿Puedes llevarme, papá?
- Solo con un par de condiciones.
Ohm y Tanat miraron atento a su padre.
- Que su madre no se entere y que me sigas llamando papá.
- Papá, eso no creo que sea posible, lo reconocerán apenas lo vean y querrán tomarle fotos y entrevistarlo -Acotó Tanat, ya que era verdad lo que él decía.
- Bueno, pero tratemos de que no se entere por nuestras bocas.
Ohm sonrió de manera extraña ante la promesa de no hablar del tema.
Al día siguiente, la madre tenía el día libre, pero por 'arte de magia' la llamaron de su trabajo indicando que un cliente quería comprar un automóvil. De esa manera pudieron salir sin problemas a los edificios de la GMM. Los tres se habían puesto tapabocas, gorra, pantalones y polos negros, nada llamativo.
