IMPORTANTE: En esta serie de one shots no existen las ETS ni los embarazos. Si quieres saber sobre educación sexual están en el lugar incorrecto.
DEDICADO A: wondergxrl_cosplay y a Liz Cardozo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
●●●
El capitán no tardó en demostrar su disgusto al escuchar que sería enviado como suplente para el entrenamiento matutino de los cadetes. Sí había algo que no soportaba —aparte de la suciedad y Zeke— era tener que oír las quejas de un montón de mocosos a la hora de realizar el circuito.
Shadis le entregó a primera hora una lista con el nombre de todos los cadetes que entrenarían bajo la supervisión de Ackerman. El azabache echó un vistazo rápido a la lista y esbozó una ligera sonrisa en cuanto se percató de que Faith Ruscetti estaría presente.
A pesar de que Faith era considerada —por algunos— como un eslabón débil, la muchacha se esforzaba día tras día para dar lo mejor de ella. Aquella mañana, al llegar al campo de entrenamiento se sorprendió un poco al ver al capitán Levi supliendo el lugar de Shadis.
—Qué extraño... —dijo la pelinegra en voz baja.
—Seguramente Shadis amaneció con el cabello enredado —comentó uno de sus compañeros e inmediatamente toda la tropa soltó una gran carcajada.
Levi observó desde su puesto aquella escena. Pensó en llamarles la atención, pero luego desistió rápidamente de aquella idea puesto que dentro de un par de minutos todos ellos estarían pidiendo clemencia por el intenso circuito que Ackerman había preparado para ellos.
[...]
Había pasado alrededor de veinte minutos y ya todos se encontraban agotados, pero sentarse a descansar no era una opción con el capitán Levi de instructor. En todo ese tiempo, Faith trató en lo posible pasar desapercibida ante la estricta mirada de aquel hombre tan intimidante y cuando volteó hacia el lugar dónde se encontraba el azabache se percató que éste se encontraba mirándola fijamente.
La joven se preguntó si estaba haciendo algo mal y al cabo de unos minutos escuchó la voz del capitán pronunciando su nombre lo cual provocó que su piel se erizara.
—Ruscetti, estás corriendo tan lento que le estorbas a tus compañeros, pásate para atrás.
Suspiró aliviada y asintió con la cabeza.
—Sí, capitán.
Aquello no fue más que una estrategia de Ackerman para alejar a esos dos soldados que se encontraban observando descaradamente el trasero de la pelinegra. Por más que lo consumiera la ira y los celos no podía hacer nada más que torturarlos un rato más en el circuito. Sin embargo, su fijación por Ruscetti se hizo notar más en cuanto le ordenó repetir aquel entrenamiento hasta que se hartó y la envió a descansar.