제 1 장

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ATENCIÓN:

"Romance/Suspenso/Smut/Lemon/Drama"

Érase una vez un dulce chico de tés blanca muy delicada y linda, su altura no era de las más altas. Pero era la adecuada para él, con una cabellera oscura y brillante al igual que sus ojos y con unos rasgos faciales muy definidos. Se llamaba Lee JinWoo; era de muy poco salir de su hogar. Sin embargo, todos los de aquel pueblo lo conocían ya sea porque su madre lo mencione, o que su padre lo llame a cada rato, o... que tal vez su hermano mayor le grite siempre para ir a cazar un rato. Era conocido por todos en ese pueblo por esas razones, pero en realidad por el verdadero nombre que lo conocía todo el pueblo era por "Caperucito rojo".

La hermosa capa de terciopelo color rojo con un gorro incluido para taparse del sol era el detalle que lo definió desde la primera vez que lo vieron llegar al pueblo con su familia. Ese fue el lindo regalo que le dio su abuelita cuando era chiquito. Antes le quedaba demasiado grande, pero ya que ahora creció le queda a la perfección y a su medida.

—¡JINWOO!

—¡YA VOY! —contestó el azabache mientras salía de su habitación y bajaba por las escaleras de roble hasta llegar a la cocina justo donde estaba su madre.

Aquel exquisito olor inundó sus fosas nasales, él reconocía ese olor a la perfección. Era la deliciosa tarta de manzana que hacia su madre en momentos especiales, y siempre que él la probaba era como transportarse a un sin fin de sabores que solo unas manos llegaban a hacer.

—¿Mama para quién es? —le preguntó su hijo con curiosidad cuando ya estaba en la cocina junto a ella.

—Es para tu abuela cariño —le respondió su madre mientras que ahora acomodaba aquella tarta en una linda cesta tejida —. Y necesitaré tu ayuda para que se la lleves.

—Ah que bien, llevo tiempo sin ver a mi abuela —respondió JinWoo en un tono alegre —. ¿Que más le voy a llevar ahí? —le preguntó mientras señalaba la cesta.

—Una botella de leche, y unas manzanas que también son muy saludables —le contestó su madre —, está un poco enferma y no me gusta que se sienta así —comentó la mujer mientras organizaba lo que faltaba en la canastilla —. Anda con cuidado por favor cuando vayas a irte, no te apartes del camino, recuérdate que hay lobos y puede ser muy peligroso.

—Si mama está bien, tendré cuidado cuando vaya —le respondió su hijo.

—Bien, anda a alistarte para que vayas por favor.

—Cierto —dijo el peli negro —, ya vuelvo mami —avisó para después salir de la cocina e irse a alistar en su habitación.

JinWoo salió de su habitación ya preparado para llevarle a su abuelita lo que su madre le hizo; tenia puesto un pantalón de jean ancho con ciertos rotos algo notorios en las partes de las rodillas, una camisa de botones manga larga de color blanco...

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JinWoo salió de su habitación ya preparado para llevarle a su abuelita lo que su madre le hizo; tenia puesto un pantalón de jean ancho con ciertos rotos algo notorios en las partes de las rodillas, una camisa de botones manga larga de color blanco y unas botas de cuero de color vino. Su cabello ya se lo había arreglado, pues él quería estar presentable para ver a su abuela y solo le faltaba colocarse una cosa más, su hermoso caperuzo rojo.

Bajó las escaleras y fue al perchero que estaba en la sala para luego tomar su capa con cuidado y colocársela, abotonándose justo el único botón que tenía para abrocharse el cuello. Luego se dirigió a la cocina y observó la linda cesta que guardaba la tarta y lo demás en ella.

Se colocó la capucha de su capa y después tomo en manos la cesta para después salir de la cabaña.

El sol brillaba con intensidad el día de hoy, debían de ser más o menos las tres de la tarde para que sol pegara con tanta fuerza. Debía de irse de una buena vez para no durar tanto y así no llegar tarde a la casa de su abuela.

Antes de comenzar su camino a la casa de su abuela observó a su hermano no muy lejos de la cabaña y se acercó hasta allá.

—¿Qué haces JeHyun? —le preguntó JinWoo a su hermano.

Su hermano mayor estaba sentado de espaldas en un tronco de un árbol.

—Afilando los cuchillos de caza, ¿por? —respondió su hermano; pues este estaba sacándole el filo a todos los cuchillos que utilizaban para cazar animales.

—Ya veo —dijo el azabache de capucha roja —... Voy a donde mi abuela a llevarle unas cosas.

—Lo sé —le contestó su hermano mientras se levantaba del tronco para luego verlo —. Quiero darte algo.

—¿Si? ¿Qué me vas a dar?

—Toma —el mayor le entregó en la mano un cuchillo de tamaño medio a su hermanito —. Esto es por si pasa algo, para que te defiendas como tú sabes.

—Ah ok, bueno, está bien —le respondió el azabache guardando justamente el cuchillo en el pequeño compartimiento que tenía su bota derecha, pues las botas de cazadores siempre las tenían, por si sucedía algo la podría sacar como forma de ataque sorpresa.

—Ten mucho cuidado por ahí hermanito, recuérdate que hay lobos y puede ser muy peligroso. —le avisó su hermano mayor tal cual como lo había hecho su madre.

—Si, está bien, yo estaré pendiente.

(...)

El chico por fin se encaminó hacia la casa de su abuela, pues su destino era a través del bosque, y como la cabaña de su abuela era algo lejana tardaría como más de media hora en llegar.

Cuando el azabache entró al bosque todo se veía normal, lindo y tranquilo.

La brisa fresca de la tarde lo acompañaba junto a la sombra cómoda de los árboles frondosos y abundantes. El jóven caminaba a paso tranquilo mientras que las pequeñas hojitas secas caídas de los mismos arboles sonaban con cada paso que el daba.

Un cantar de unas aves a lo lejos se comenzó a escuchar, era tan lindo ese sonido para él; le encantaba sin duda la fauna a aquel chico.

Pov's JinWoo

No tenía por qué apurarme, pues todo está relajado.

El sonido de los pajaritos, la brisa refrescante, la sombra para no quemarme y... esas flores.

Me acerqué hasta un pequeño arbusto y abrí mis ojos como platos al notar lo lindas que eran. Eran unas hermosas hortensias de color azul zafiro. Me encantó lo bien cuidadas que se veían y que los pocos rayos de sol que atravesaban las ramas de los arboles le daban más brillo a cada pétalo.

¿Cómo no estar encantado de esta belleza? Tomé con suma delicadeza alguna de esas hermosas flores. A mi abuela le van a encantar así que les llevaré algunas. Junté las que pude e hice un pequeño ramo, y luego seguí con mi camino.

Los arboles cada vez los veía más altos y notaba que el sol no tenía ese mismo brillo intenso de hace rato, debían de ser las cuatro y media, supongo. Iba relajado y sin apuro, hasta que a la lejanía escuché unos crujidos de hojas, como si alguien estuviera caminando.

Coloqué con sumo silencio la cesta en el suelo y comencé a ver hacia todos lados para ver de dónde provenía el ruido. Se escuchaban pasos cada vez más cercanos y ahora sentía que me observaban, pero no lograba ver que era.

El aura se sentía algo pesada pero aun así no debía demostrar miedo, los pasos se seguían escuchando y yo miraba a cada lado para estar prevenido. Hasta que sentí que los pasos estaban detrás de mí. Saqué rápidamente el cuchillo de mi bota y voltee con velocidad listo para atacar; pero antes de que lo hiciera observé lo que era.

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Solo... Disfruten.

𝖢𝖠𝖱𝖤 𝖨𝖭 𝖳𝖧𝖤 𝖥𝖮𝖱𝖤𝖲𝖳. ⚊ 𝖧𝖸𝖴𝖪𝖶𝖮𝖮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora